Según el informe, la exención del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría es regresiva y no alcanza a salarios informales.
“Eximir del Impuesto a las Ganancias e imponer aumentos centralizados de salarios es regresivo” porque las más beneficiadas son las grandes empresas, que contratan a apenas uno de cada cuatro trabajadores formales. Así lo sostuvo IDESA, al considerar que estos aspectos “alcanzan sólo a los asalariados formales excluyendo a los empleados informales y a los cuentapropistas”. Esta situación “perjudica a las pymes al imponerles aumentos de costo laboral que duplican al de las grandes empresas”, sumado a que “las exenciones del Impuesto a las Ganancias benefician mayoritariamente a los trabajadores de las empresas más grandes”.
El estudio surgió luego de que el Gobierno anunciara un bono de $1.000 para los jubilados con el haber mínimo y los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Además, para calmar las amenazas de huelga de las centrales gremiales, se eximió del Impuesto a las Ganancias al medio aguinaldo, aunque se estipuló un límite desde los $55.000 de salario para atenuar la regresividad. “Los sindicatos insisten con la demanda de que se imponga a los empleadores de todo el país el pago de un bono de fin de año”, sostuvo IDESA. “Una primera limitación es que este bono alcanzará sólo a la mitad de los ocupados, que son los asalariados formales”, explicó. “Una segunda consideración es que implica aplicar igual regla a situaciones muy diferentes”, agregó.
El informe destacó que “fijar reglas de manera centralizada lleva a ignorar estas profundas brechas de productividad”, ya que “representantes empresariales, sindicales y funcionarios nacionales toman decisiones basados en la realidad de las grandes empresas, lo que fatalmente implica discriminar a las pymes”. IDESA consideró que “es de alta hipocresía declarar la defensa de las pymes y el compromiso con los pobres e insistir con políticas laborales centralizadas y renegar del Impuesto a las Ganancias”. “En mercados laborales tan segmentados como el argentino, donde la mitad trabaja en la informalidad y de los formales sólo un cuarto se desempeña en grandes empresas, la centralización genera desigualdad y exclusión”, concluyó.
Fuente: Ámbito Financiero