El encargado de mantenimiento global fue despedido poco después de visitar Veladero, donde advirtió las pésimas condiciones en las que se estaba explotando. Se podría haber evitado. Esa es la conclusión. Raman Autar, el gerente de mantenimiento global de Barrick Gold, había advertido que la mina Veladero, en San Juan, era una bomba de tiempo. Pero en lugar de escucharlo, sus jefes lo hostigaron, hasta que finalmente lo echaron. Poco después sucedió la mayor tragedia ambiental minera de la historia argentina, cuando millones de litros de una solución con cianuro y otros metales pesados contaminaron cinco ríos.
Raman Autar trabajaba para la consultora internacional AECOM cuando Barrick Gold lo fue a buscar, porque era una de las pocas personas en el mundo capaz de cubrir el cargo que estaba buscando: un gerente de mantenimiento para todos sus proyectos. Tan importante era, que le ofrecieron un contrato más que seductor, que incluía un sueldo anual de 185 mil dólares, más otros 92.500 dólares de incentivo y 20 mil dólares para el seguro médico de su familia, entre otros beneficios que rozaban los 320 mil dólares al año, algo así como 5 millones de pesos. También le financiaron la mudanza de Nueva Zelanda a Canadá y se ofrecieron a tramitarle el permiso de residencia. Le prometieron el cielo en la tierra. Y estaban conformes con él, porque superó los 6 meses en los que estuvo a prueba. Pero a los 14 meses lo dejaron en la calle.
barrick goldInfobae tuvo acceso a la demanda por 10,5 millones de dólares que Autar le hizo a Barrick Gold. Su existencia fue revelada por el National Observer de Canadá y acercada a este medio por el abogado Marcelo Arancibia, uno de los representantes de la Asamblea Jáchal No Se Toca. En el documento, Autar cuenta que su camino hacia el despido comenzó luego de un viaje a Veladero, en el que advirtió cinco cuestiones:
– “El (mal) estado de la planta y equipamiento”
– La “fatiga” que produce trabajar y conducir a grandes altitudes en un corto espacio de tiempo”.
– Los niveles de polvo “inaceptables y peligrosos”.
– La mina funciona “por debajo de la norma general de seguridad laboral.
– La “eliminación intencional” y la falta de funcionamiento de los sistemas de extracción y contención de polvo diseñados en la planta.
Veladero era un emblema para Barrick Gold. Y un ejemplo para el mundo minero. Tal es así, que en marzo de 2015, pocos meses antes del primer derrame que se conoció (y, tal vez, el más grande), el proyecto había recibido un premio interno de Barrick Gold, que la calificó como la mina más segura del mundo.
Las observaciones de Autar contradecían esa versión. Por eso, según la demanda, le trajeron problemas. Pese a que le habían prometido que iba a poder ser honesto en su trabajo y que tenía que respetar el Código de Conducta y Ética interno de Barrick Gold –que resultó ser una mera fachada–, los intentos de Autar de modernizar e implementar prácticas más sanas en Veladero le valieron el acoso de sus superiores, en particular, del director global de mantenimiento e ingeniería, Richard Fifield.
Hay un dato más que sugestivo en este punto: Fifield rompió su vínculo con Barrick Gold en noviembre de 2015, poco después del derrame. Había sido ascendido en agosto del año anterior. Desde 1999 era empleado de la minera, a donde ingresó como supervisor de mantenimiento. Tenía una gran carrera allí. Y de manera casi sorpresiva, a un año y medio de ascender, se fue.
En la demanda el otro personaje que se menciona es Basie Maree, quien según el curriculum que figura en LInkedin, era “vicepresidente senior”. Habría evitado reunirse con Autar para escuchar sus advertencias.
La empresa emitió una breve declaración sobre el caso. “Barrick desmiente de manera rotunda que los trabajos de Raman Autar tuvieran alguna conexión con los incidentes en el valle de lixiviación de Veladero. Asimismo, tal como oportunamente lo ha informado la compañía en su casa matriz, su despido no tuvo que ver con el planteo de preocupaciones acerca de la operación en Veladero”, informó.
Autar fue contratado en enero de 2013 y echado en marzo de 2014. En abril del año siguiente anunció su voluntad de demandar a Barrick, y entre el 12 y 13 de septiembre se produjo un enorme derrame de sustancias tóxicas, el primero de muchos. Infobae intentó comunicarse con su abogado, Gil Fischler, pero no respondió a los correos y llamados.
Por su parte, uno de los abogados de los asambleístas, Enrique Viale, consideró que el caso debería incidir en el expediente abierto en la justicia federal sanjuanina por el primer derrame. “Esto agrava la situación penal de los directivos de Barrick Gold, porque estaban advertidas que un desastre ambiental podía ocurrir y no tomaron ninguna medida al respecto”, evaluó. Y cerró: “También confirma lo que venimos denunciando hace años: Barrick tiene un desprecio absoluto por la población y el territorio argentino”.
Fuente: Infobae