En el marco de la 20ª Edición de la Feria del Libro en La Rioja, el pasado martes 19, la Socióloga de la Universidad de Buenos Aires, Soledad Catoggio, presentó su trabajo de investigación. Se trata del libro “Los Desaparecidos de la Iglesia”. Al respecto, el titular de la Secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Délfor Brizuela, fue consultado acerca de la temática del mismo y del marco histórico en el que se desenvuelve la investigación.
Entre otros conceptos, Brizuela destacó la importancia de este trabajo y consideró el mismo como “una radiografía de lo que nos pasó como argentinos”. En esta dirección advirtió sobre la idea “de La singularidad del cristianismo en ese momento en Argentina, durante la dictadura militar”. Es decir, “el cristianismo que tomaba una opción, que entraba en conflicto con los sectores internos dominantes de la iglesia, salvo algunas excepciones, como Enrique Angelelli”.
Por otro lado, le pareció interesante “revalorizar” el concepto de “mártir”. Al respecto ahondó esta idea y explicó: “Es un concepto en discusión actual a nivel político. Es como que le quitáramos fuerza o le mermáramos el precio. A mí me parece que el concepto de mártir, como algo que permite resolver el tema de no caer en lo que conocemos como la teoría de los Dos Demonios”. Según explicó el funcionario de DDHH, se trató de “una opción social-política de transformar el mundo y esa opción es la que la represión del terrorismo de Estado, la quiso aniquilar”.
Heroísmo vs Martirio
Para Brizuela, el heroísmo se manifiesta en “personas que se encuentran en situación de guerra”, en cambio, “el martirio, es el conflicto con colectivos que luchan por un mundo diferente, donde vale la pena gastar la vida hasta la muerte”. Opinión fundada en que en Argentina, durante el nefasto proceso militar, no hubo ninguna guerra.
“Los mártires son personas de carne y hueso que, desde su fe, compartieron una lucha con otras personas en donde había un sueño común: construir una sociedad igualitaria, a contramano de una sociedad que nos impone lo dominante, que es el capitalismo”, resumió Brizuela.
Caso de los Jesuitas Yorio y Jalics
Según explicó el Secretario de DD HH, Délfor Brizuela, “eran dos Jesuitas –dependían de Jorge Bergoglio- que hacen una opción: la de salir a las villas, salir del Convento, salir del Colegio máximo, de la seguridad de ahí e irse a vivir a la villa y correr la suerte de la gente más humilde que vive en la villa del Bajo Flores”.
En consecuencia, prosiguió el funcionario, “Debido a las represiones del terrorismo de Estado, y porque se veía mal esta tarea, además, porque los militares imponían la idea que estos curas eran subversivos, Bergoglio –en vez de identificarse con la búsqueda de los dos curas- les dice: no, ustedes tienen que dejar (esta tarea) o salen de la Congregación. No los podemos bancar (apoyar) y están confundiendo el camino. Están llevando a la equivocación a otras personas”.
Entiende Délfor Brizuela que “Para Yorio, esto fue muy doloroso, porque justo cuando le plantean eso, Yorio y Jalics desaparecen, son chupados (secuestrados) por agentes de la Marina y terminan en la ESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada). Sufren todo lo que padecieron los secuestrados, torturas etc. Después, ambos curas logaran ser blanqueados y salen, pero, quedan fuera de la Congregación (de los Jesuitas)”.
En esas circunstancias –dijo Brizuela- Bergoglio fue verdugo de Yorio y Jalics. “Lamentablemente, Yorio se murió con esa espina. El nunca aceptó que Bergoglio –que después fue Cardenal- haya impedido que ellos pudieran desarrollar una actividad y presencia que era totalmente legítima y que la deslegitimara, además, que los sacara de la Congregación. Francisco Jalics, se pudo reconciliar con Bergoglio, porque, las vueltas de la vida, llega (Bergoglio) al papado, y justamente toma como bandera, la bandera de Yorio y Jalics, aquellos que él había perseguido dentro de la Congregación”.