Por Eduardo Bonugli
“Ante el fallecimiento de la reina de Inglaterra, ante el dolor que transmiten los medios de forma abrumadora y por coherencia con mi profunda convicción humanista y mi respeto por la vida, quiero hoy más que nunca rendir un emocionado y sentido homenaje a los compatriotas argentinos del crucero General Belgrano, asesinados cobardemente en 1982 por Inglaterra —bajo la máxima autoridad de la hoy fallecida— que festejó sin pudor ni remordimiento y ante la prensa de todo el mundo semejante crimen de guerra.
“También a los héroes caídos en la guerra de Malvinas, como a los heridos, a los prisioneros y a sus familiares, que lucharon simplemente por recuperar lo robado, ante la más poderosa maquinaria pirata de todos los siglos.
“A los muertos y heridos en 1955 —todos civiles— en los bombardeos de Plaza de Mayo, con munición y asistencia estratégica del Reino Unido.
“A los fusilados, represaliados y perseguidos a partir del golpe de estado de la Revolución Libertadora en 1955 en Argentina, organizado y asistido por Londres y Washington.
“A los miles y miles de torturados, desaparecidos y asesinados por los golpes de estado de Videla y Pinochet, en los que Gran Bretaña jugó un papel central a favor de los militares genocidas.
“Mi homenaje además a todos los países americanos cuyos ciudadanos de varias generaciones sufren y sufrieron en estas siete décadas del reinado de Isabel el terrible poder inhumano, bélico y destructor del imperio británico a través de golpes de Estado, crisis económicas, atentados y provocaciones permanentes.
“Además, acerco mis pensamientos a los millones de personas de esas naciones hermanas que padecieron y padecen las terribles penurias económicas por el pillaje y el robo descarado a su patrimonio por parte de los poderes anglosajones. Y que ha permitido que ésta mujer y su familia —y sin trabajar jamás— sean de las más ricas del mundo.
“Y para no extenderme más, aunque con una penosa y nunca resignada rebeldía, resumo en una sola lágrima a tantos y tantos pueblos del mundo, arrasados por las crueles armas británicas y por sus dictaduras económicas a lo largo de los siglos, con esa actitud criminal, salvaje e hipócrita que ellos llaman ‘flema’ cuando en realidad les corresponde el título de ser los que ‘industrializaron’ la esclavitud.
“Hoy, la prensa del sistema tiene su minuto de gloria y con morbo y demagogia llora a su muerta de sangre azul, lo inunda todo con lamentos oportunistas en medio de un escandaloso ejercicio de obsecuencia y sobreactuación.
“Pero, a la vez, esa misma prensa hipócrita tiene la desvergüenza de no mencionar ni a una de las millones de víctimas a lo largo de estos 70 años de reinado.
“Por ello, quiero inclinarme ante el doloroso recuerdo de cada una de ellas y decir con el corazón en la mano:
“¡Nunca te olvidaré!
Que descanses en paz”.