El pasado viernes 12 de mayo se llevó a cabo la Audiencia del juicio de lesa humanidad en la causa Wenceslao Pedernera. Fue un juicio oral y público. Principales opiniones luego de finalizada la Audiencia.

María Rosa Pedernera, hija del laico Wenceslao Pedernera, luego de su participación durante la Audiencia, admitió que se sintió “más aliviada, sabiendo que falta poco para que se dicte sentencia y se haga justicia terrenal, la que necesita mi papá”.

Debido a las reiteradas suspensiones del juicio, María Rosa Pedernera dijo que “dudaba que se diera este juicio”. No obstante, reconoció que ahora está “contenta” por el mismo. Respecto al imputado en esta causa admitió que le hubiera gustado “mirarlo a la cara, a sus ojos y que me dijera por qué hizo esto, la orden que dio –como tantas otras- y que si tuvo hijos, si pudo disfrutar de ellos y sus nietos. Porque él, a mi papá, se lo impidió”.

“Que mi padre llegara a la beatificación no fue porque nosotros lo buscáramos. Fue la gente, la iglesia la que propuso, pero, esto que tanto estábamos esperando, la justicia del hombre, es lo que está llegando y que se pueda reivindicar su nombre, en nombre de mi papá”, dijo María Rosa.

Finalmente, recordó que luego del asesinato de su padre, tanto su madre como ella fueron discriminadas en el ámbito donde llevaban su vida. “Fuimos muy discriminadas, nos tildaban con sobrenombres que capaz no sabían ni que querían decir, sino, porque escuchaban otras cosas. Pero con altura lo fuimos superando, gracias a Dios. Y con la fuerza que nuestro padre nos tiene que haber mandado también. Ahora, feliz porque esto está llegando a su final”, concluyó la hija del beato Wenceslao Pedernera.

El obispo de La Rioja, Dante Braida, también opinó sobre los alcances de la Audiencia. Y dijo que “Fue fuerte escuchar a su propia hija reconocer la bondad de su padre y después, todo lo que tuvieron que sufrir después de su muerte”.

Sostuvo el religioso que “este hecho merece ser aclarado, que la verdad salga a la luz y que sea justicia para el bien de toda la sociedad”. Y añadió: “En este caso, el de una persona que estaba  comprometida con el bien común, la justicia, por buscar una sociedad donde todos y los más pobres puedan tener una vida digna, con más razón, tiene que ser aclarado. Era alguien que estaba luchando por un mundo mejor, con convicciones evangélicas, en ese sentido vemos como muy positivo que este hecho pueda ser aclarado”.

También se refirió al caso, Luis Miguel Baronetto, para quien, “la consecuencia de la muerte de Wenceslao Pedernera, es su adherencia y compromiso con el Movimiento Rural Argentino”. En este marco, explicó, se ha tratado de “reafirmar” porque “es el motivo central por el que lo asesinan”. Las características personales que tenía Wenceslao, hacen ser una persona eficiente en e l marco de la organización en la que él está, que es el Movimiento Rural Diocesano”.

Según Baroneto, “la peligrosidad que representa Wenceslao, para los dueños de la tierra, los dueños de los factores económicos de la provincia en aquellas época, que son los mismos que existe hoy. Al contraponer, no en el discurso, ni a las palabras, porque Wenceslao no era amigo de los discursos, en el plano de los hechos y la construcción concreta, la cooperativa, los instrumentos puestos al alcance de los hombres comunes como él, capaces de generar organización, como única manera en la que los pobres –ejerciendo esa solidaridad- pueden ejercer su poder para contrarrestar cuando son explotados”.

Wenceslao es el prototipo del hombre común, que es capaz de asumir un compromiso y por eso es peligroso. Los líderes pueden ser desplazados o reemplazados, en cambio, los hombres comunes –cuando se organizan-  es más difícil desarmarlos, hay que eliminarlos a todos.

La organización popular es fundamental  para los pobres y en esa época fundamentalmente, para los peones rurales, para los pequeños  productores. Me parece que ahí está puesto el énfasis de Wenceslao y de ahí el motivo del asesinato.

Lindor Bestani el informante

Más adelante, Baroneto resumió la actuación de Lindor Bestani, un vecino de Famatina que en esa época de la dictadura militar tuvo alguna participación en estos hechos.  Según Baroneto, Bestani “Está bastante mencionado en la documentación de aquella época desde 1972 hasta 1976 inclusive. Era uno de los informantes de las fuerzas militares o de Gendarmería Nacional, porque era la que tenía la responsabilidad de la represión”.

Continuó Baroneto: “Era un informante interesado porque él mismo era uno de los acopiadores de la producción de los pequeños productores (uva, nuez y aceituna). Tenía un almacén de ramos generales en uno de los extremos del pueblo donde acopiaba en uno de esos baldíos esa producción que luego él la comercializaba al precio que realmente tenia, pero, minusvalorándola para los pequeños productores. Por eso, el gran enemigo de ellos es la articulación de las cooperativas que logran fijar precios más altos de sus productos. Los testimonios también sindican (como informante) a su mujer, que era maestra. Aparecen en los testimonios de los presos de 1976, que ha recopilado la Comisión Provincial de Derechos Humanos”.

En tanto, Ramiro Fresneda, dijo que los testimonios de María Rosa Pedernera y Luis Baroneto, “han sido de cardinal importancia. Han podido marcar desde distintas dimensiones lo que ha vivido esa noche su padre y ha dejado claro los niveles de persecución que ya venía sufriendo su padre. Y como hija, también ha podido marcar la extensión del daño que ha sufrido. Y por otro lado, Luis Baroneto ha hecho un contexto pormenorizado del plan de persecución que sufría el obispado y la diócesis de Monseñor Angelelli y que hayan sido asesinados cruelmente, Murias, Longueville y el beato Wenceslao Pedernera y finalmente el propio Angelelli”.

Por su parte, Mirta Sánchez, querellantes por el Obispado y por la familia, coincidió que “El blanco a exterminar no era (solamente) Angelelli, era Angelelli, los sacerdotes y todo el plan que tenía para llevar adelante el Concilio del Vaticano II°. Wenceslao Pedernera se quedó a vivir en Sañogasta porque creía que con el evangelio en la mano nada le iba a pasar, porque él no hacía nada malo, pero si molestaba su responsabilidad y compromiso con los campesinos, con la gente que necesitaba y él consideraba que tenía que ayudar. Era muy solidario. Nosotros acudimos en calidad de querellantes por el Obispado y por la familia, representándolos, buscando justicia. Creemos que la justicia humana –como abogados- confiamos que vamos a tener justicia al igual que la familia y toda la Diócesis de La Rioja también”.

También opinó Eugenio Biafore, querellante particular en representación de la Secretaria de Derechos Humanos de La Rioja, y al respecto de esta Audiencia, sostuvo: “Me parece muy importante por el contexto histórico que pinta las relaciones de fuerza de la dictadura de La Rioja que Baroneto pudo describir. En el contexto queda muy claro el rol de militante de la opción por los pobres de Wenceslao Pedernera, y la absoluta decisión de los poderes fácticos instituidos sobre el mandato militar para la desaparición y muerte de aquellos que, de alguna manera, se destacaban en esas organizaciones de bases, simples, pero que seguramente les molestaban tanto, como otras organizaciones populares”.

 

By omalarc

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