En Luque, su principal industria se desprende de 200 obreros altamente capacitados. Se encienden las alertas en el Gobierno de Llaryora por la caída del empleo formal.
Por Juan Manuel González (Córdoba)
Luque fue uno de los primeros distritos electorales que el 19 de noviembre informaron el resultado del balotaje: Javier Milei sumó 82% de los votos, una paliza descomunal a Sergio Massa, la más amplia de Córdoba, el bastión libertario.
Cinco meses después, 200 familias de esa localidad de 7.000 habitantes recibieron en las últimas horas telegramas de despidos o firmaron desvinculaciones con la empresa mexicana Mabe, fabricante de la marca Dream, cuya planta, en la que empleaba hasta esta crisis a 900 personas, es el corazón productivo de la región.
Para reordenar el personal, la planta, emblemática en la industria nacional porque fue fundada por una familia de la zona (Alladio) y vendida a capitales internacionales, estará cerrada entre el 22 de abril y el 6 de mayo.
La recesión empieza a impactar en todo el sistema productivo cordobés, y afecta a trabajadores calificados de la industria automotriz y metalmecánica; y en la dinámica área de servicios, como los servicios de vigilancia.
Los datos de la Secretaría de Trabajo encendieron las alarmas en el Gobierno de Llaryora, quien será el anfitrión de Milei el 25 de mayo, cuando se firmaría el “pacto de mayo”.
Desde el inicio del año, 43 empresas iniciaron procedimientos preventivos de crisis y 7.851 trabajadores fueron afectados con suspensiones de jornadas y reducciones salariales de hasta el 50%. En las empresas afectadas trabajan 18.691 personas, por lo general obreros calificados.
Cinco meses después de la elección presidencial, 200 familias de Luque, localidad de 7.000 habitantes, recibieron telegramas de despidos o firmaron desvinculaciones con la empresa mexicana Mabe, fabricante de la marca Dream, cuya planta, en la que empleaba hasta esta crisis a 900 personas, es el corazón productivo de la región.
De los trabajadores suspendidos o con quitas salariales, 7.025 empleados están en la ciudad de Córdoba, un polo automotriz que está afectado por la recesión: de hecho Renault, que viene con un agresivo plan de retiros voluntarios, anticipó que no renovará 270 contratos.
En el caso de los operarios suspendidos en el interior, por lo general están vinculados a la fabricación de maquinaria agrícola, rubro que también está en recesión: en los dos primeros meses del año cayó 14%, pero trae un arrastre de 2023: se comercializaron 16.720 unidades casi lo mismo que en 2002 y mucho menos que durante la crisis de la 125. El grueso de esas fábricas está en los departamentos del sudeste cordobés, donde Milei rondó entre 70 y 75% de los votos.
El cálculo de la Secretaría de Trabajo no incluye la no renovación de contratos a términos y de acuerdos informales, los seguros de desempleo de la construcción, los acuerdos firmados en escribanías, los despidos judicializados y las cesantías en el Estado nacional, provincial y municipal. Los casi 8.000 suspendidos que están contabilizados por Trabajo son personal de empresas importantes y con procesos tecnológicos.
Las suspensiones y cesantías en empresas de vigilancia y servicios de limpieza son un coletazo de esta crisis: la reducción presupuestaria en la universidad nacional (con dos hospitales importantes en Córdoba) y el cierre de dependencias del Estado nacional, el recorte en el Estado provincial y municipal y el parate en fábricas reciente los servicios tercerizados.
Fuente: LaPoliticaOnLine – 13/04/2024