La inesperada situación la vivió un grupo de personas que participaba de un taller de fotografía en la ESMA. ¿Que información contienen las carpetas? El estado se abandonó que es todo un símbolo de la época.
Redacción: Fernando Tebele
Edición : Pedro Ramírez Otero
Fotos: gentileza Gonzalo Moyano Balbis
Gonzalo Moyano Balbis está en pleno disfrute del curso de fotografía que decidió emprender. Es médico, pero también es militante del Encuentro Militante Cachito Fukman (EMCF), que forma parte del Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ). Con su grupo de trabajo eligieron la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), como el lugar para un trabajo práctico. Es la tarde del sábado 15 de junio cuando el contingente ingresa al predio donde funcionó uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más grandes del país, en competencia mano a mano por el horrible privilegio con Campo de Mayo. Ingresan con sus cámaras de fotos colgando del pecho. Los edificios y los jardines son lugares que con mirada seductora se prestan para las fotos. Mientras suben la escalinata del edificio Cuatro Columnas, no se imaginan lo que va a suceder.
“En el Salón de las Cuatro columnas había una escalera y pedimos permiso para poder sacar fotos desde una altura, desde una galería en una especie primer piso. Quisimos sacar fotos desde allí, así que subimos cinco o seis de ese grupo”, comentó casi 10 días después Moyano Balbis a La Retaguardia. Ese edificio emblemático de la ESMA tiene un extenso salón en la planta baja. Cruzándolo a lo largo se accede a una salida hacia la Plaza central del predio. En el extremo derecho se puede acceder a un auditorio. En la otra punta del espacio está la escalera que subieron quienes integraban el grupo. “La sorpresa fue que en una de las habitaciones que quedaron en esa galería encontramos en el piso, en una zona en construcción o en reparación —estaba sucio, con humedad, con algunos vidrios rotos—. Pero una de las habitaciones estaba además llena de documentación tirada por el piso como si fuera basura. Como si fuera ese tipo de papel que se tira a fin de año, que se descarta de una oficina”, indicó Moyano Balbis. Entre los documentos se pueden ver carpetas con nombres diversos. Pero se destaca una que dice: “PARTIDAS DE DEFUNCIÓN N.N. Período 1974-1983 DEPTO. ROSARIO”. Dio más detalles Moyano Balbis: “Había legajos con una carátula que decía NN, algún lugar de la República Argentina y algunos periodos de años todos vinculados con la época de la dictadura militar. Diversas carpetas con diversas carátulas, de diversas zonas y diversas características. Entonces decidimos sacar fotos de eso que encontramos todo sucio, tirado, despreciado, maltratado, diría yo, el efecto en todo caso del maltrato hacia nuestros compañeros que llevaron a la tortura y al exterminio allí. No parece que sea simplemente descuido”, opinó.
Sale perturbado de la ESMA. Sabe perfectamente que lo que acaba de fotografiar tiene una gravedad que no se podrá terminar de medir hasta que se conozca el contenido de las carpetas. Él, que es parte de la Cátedra Libre de Salud y DD.HH. de la Facultad de Medicina de la UBA, y que acompaña a las Madres de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora, tiene pergaminos suficientes como para comprender la situación. Escuchó a las Madres cada jueves gritar el pedido de “Abran los archivos”. Y ahora, solo por intentar aprender fotografía, queda frente a una situación inesperada. No demora mucho en llamar a Carlos Lordkipanidse. El Sueco, sobreviviente de la ESMA y también parte del EMCF, es además integrante del Archivo Popular de la Memoria (APM), una entidad que pretende realizar lo que consideran que el Estado no hace, o al menos no hace bien: buscar, encontrar y preservar archivos vinculados a la última dictadura.
—Sueco, nosotros buscando los archivos y… mirá estas fotos —le dice Gonzalo, todavía conomovido. Lordkipanidse ve las fotos que ilustran esta nota y su cabeza se pone roja, literalmente.
A partir de allí, comienza la tarea de saber desde cuándo esa habitación tiene ese contenido tratado como si fueran desperdicios.
Según pudo saber La Retaguardia, hace un par de semanas, al menos, las carpetas no estaban en ese lugar. La que anuncia partidas de defunción N.N. de Rosario en el período exacto que duró el último genocidio, contendría fotocopias, no documentación original. El Sueco mostró su indignación en diálogo con LR: “Lo que puedo pensar respecto de la aparición de estos archivos, en un lugar visiblemente claro, donde se supone que tiene que haber sido investigado hasta el último centímetro cuadrado, como es el Edificio de las Cuatro Columnas de la Escuela de Mecánica de la Armada… y resulta que son particulares los que descubren este conjunto de archivos, de carpetas, en un lugar en el que no tendrían que estar”.
Las hipótesis
A falta de información, queda solo interpelar a quienes tienen las respuestas a las preguntas que se puedan formular apenas conocida la situación. Las hipótesis posibles no parecen ser más que dos: la primera, la más grave también, es que se trate de archivos desconocidos hasta aquí y que la intención de que estén en ese lugar sea el ocultamiento; la segunda opción es que estemos ante documentación ya conocida, tal vez hasta digitalizada, y abandonada en el lugar en su formato papel. También sería grave. Digitalizar, si fuera el caso, no implica destruir o descuidar los originales. La Secretaría de Derechos Humanos debería explicar con urgencia qué son esos documentos y por qué están tirados en el piso de una habitación en desuso. Como símbolo es fuerte. También debería ocurrir que algún juez, actuando de oficio o porque alguien se lo pida, ordenara preservar la documentación y relevarla como corresponde. El juez a cargo de la Instrucción de la megacausa ESMA es Ariel Lijo, candidato del Gobierno nacional para ocupar un sillón en la Corte Suprema de Justicia.
Lordkipanidse tira una definición del APM que parece coincidir con la necesidad de esta época: . “El Archivo Popular de la Memoria justamente pretende que nuestro pueblo, aquellas personas que todavía siguen teniendo como consigna la apertura de los archivos desde el 74 al 83, todo dato que incorpora dentro de su área de conocimiento nos es acercado, no solamente en este caso, sino en muchos otros donde los testimonios nos llegan de personas que tal vez no tengan un compromiso cotidiano en la búsqueda de los archivos, pero sí en dóonde hurgar en la memoria, hurgar en la realidad cotidiana, prestar atención a tal o cual situación y generan este tipo de situaciones. La consigna central del Archivo Popular de la Memoria es una que elaboró nuestro compañero Cachito Fukman, hoy fallecido, que decía ‘La memoria es del pueblo’. Nosotros confiamos en que podremos reconstruir la historia de 74 del 83 justamente con esta clase de aportes que nos llegan de compañeros comprometidos con saber y difundir la verdad”. Habrá que ver cuál es el contenido de las carpetas para poder tomar dimensión exacta del asunto. Las respuestas no deberían demorarse en llegar.
Fuente: La Retaguardia – junio 28, 2024