Cristina y Quintela tienen la oportunidad de devolver al peronismo su esencia.
Por Martín García
En las entrañas del Partido Justicialista, un nombre comenzó a resonar con fuerza, incluso captando la atención de la mismísima Cristina Fernández de Kirchner. Aquí Castiñeira de Dios entregándole una distinción en el 2000.
En las entrañas del Partido Justicialista, un nombre ha comenzado a resonar con fuerza, incluso captando la atención de la mismísima Cristina Fernández de Kirchner: Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja.
Lo que empezó como una propuesta para la región, hoy se ha convertido en un fenómeno nacional.
Quintela ha despertado el interés de los sectores más tradicionales del peronismo y ha logrado sumar adhesiones estratégicas de peso, consolidando su imagen en un contexto de incertidumbre política en todo el país.
Quintela ha logrado lo que pocos en el escenario político reciente: convocar, construir y armar desde las bases.
Sindicatos clave como la CGT, agrupaciones docentes universitarias, y sectores importantes del sindicalismo han decidido poner sus fichas en el gobernador riojano para lo que es una muy posible candidatura a la cabeza del PJ Nacional.
No es casualidad que estos apoyos provengan de aquellos que ven en él una continuidad de las políticas de Néstor Kirchner, un líder que supo reorganizar al país desde los escombros de la crisis del 2001, un escenario similar al actual.
Quintela “se parece a Néstor” en algo más que su retórica inclusiva: su capacidad para unir al peronismo bajo un mismo techo, crear puentes entre diferentes actores, reconstruir la confianza de la militancia, siempre escuchando y tendiendo una mano a quien más lo necesita.
Y no se trata sólo de un modelo político, es también una cuestión de identidad histórica.
Esta es la tierra de San Martín, de Belgrano, del Chacho, de Rosas, de Artigas, de Perón.
No nos andemos con chiquitas. Quintela ha adoptado una visión que trasciende las fronteras de su provincia: construir un país grande y una nación que enorgullezca, un proyecto basado en los pilares históricos de la Patria.
Su llamado es claro: un pueblo feliz, una Patria grande y una comunidad organizada, como lo soñaron los próceres que dieron forma a nuestra nación.
Pero el eco de Quintela no sólo suena en los despachos de La Rioja.
Gobernadores, vicegobernadores, intendentes, senadores y diputados de todo el país han visto en él una figura de consenso y de unidad.
Su presencia genera adhesiones y expectativas de renovación dentro de las propias filas del justicialismo.
Quintela crece, mostrando que el peronismo tiene un futuro si vuelve a sus raíces, si recupera esa capacidad de brindarse a todos los sectores.
Es hora de consenso y fortaleza, de fértil unidad y de abrazar al pueblo, de potenciar a los grandes dirigentes referentes del movimiento nacional sin exclusiones, consolidar las aspiraciones de los más jóvenes y honrar a los más grandes.
Es momento de unir al pueblo argentino hacia un nuevo periodo de crecimiento, de distribución de la riqueza, para que el éxito llegue hasta el último de los ciudadanos.
Un periodo de amor y valoración del hombre y la mujer argentinos.
Aquí es donde surge una posibilidad que podría cambiar el rumbo del peronismo a nivel nacional: la alianza entre Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Quintela.
Juntos, ambos líderes tienen el potencial para reconstruir una nueva estructura dentro del peronismo.
Cristina, con su experiencia y liderazgo, sigue siendo la figura clave en el armado político, mientras que Quintela aporta una frescura y una cercanía con las bases que ha logrado revitalizar el movimiento justicialista y que no se veía desde la época del «pingüino».
“Cristina y Quintela podrían perfectamente construir un nuevo ciclo del peronismo, uno que convoque a todos los sectores y que logre reordenar el tablero político”.
La comparación con Néstor Kirchner no es superficial.
Ambos del interior del país, y al igual que el expresidente, Quintela ha demostrado que el poder no reside en el escritorio, sino en la calle, en los sindicatos, en las universidades, y en los barrios populares, junto a la gente de a pie.
Su gestión en La Rioja ha despertado el interés de compañeras y compañeros de todo el país por su defensa de la soberanía sobre el litio, un recurso estratégico que ha sabido preservar, por la protección de las empresas estatales y su capacidad de mantener tarifas bajas en servicios esenciales como la electricidad, son medidas que impactan directamente en la vida cotidiana de la población y que lo han posicionado como un líder sensible a las necesidades del pueblo.
¿Es Quintela el hombre que necesita el PJ?
La respuesta parece estar clara para quienes han decidido sumarse a su proyecto.
La aceptación popular, junto con el respaldo de sectores estratégicos, lo posicionan como un candidato importante que ha logrado despertar el interés de figuras clave, incluida la expresidenta Cristina Fernández, que observa cómo La Rioja se convierte en un punto neurálgico del rearmado peronista.
Con las internas del PJ cada vez más cerca, Ricardo Quintela se muestra como un líder capaz de tejer alianzas, generar acuerdos y enfrentar las tensiones que inevitablemente surgen en la disputa por el poder.
Pero, sobre todo, demuestra que el peronismo aún tiene mucho por ofrecer si se orienta hacia la inclusión, el consenso y la construcción colectiva. Cristina y Quintela tienen la oportunidad de devolver al peronismo su esencia, y juntos podrían edificar una nueva estructura política que impulse al país hacia un futuro más justo y equilibrado.
Fuente: NAC & POP – 02/10/2024