Tras el fallido intento de pelear contra CFK, debe gestionar una provincia que arde. Crisis económica, cuasimonedas, deuda en default y la amenaza opositora.

Por Juan Rezzano – Jefe de Redacción

Ricardo Quintela ni siquiera logró que el partido en el que intentó enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner comenzara. Ahora, con la parte más activa del peronismo apoyando la espada de Damocles sobre su espalda y al margen de sus planes para no diluirse en el PJ, deberá volver a concentrarse a su gestión en La Rioja, barajar y dar de nuevo.

Pese a que anticipa que no abandonará la batalla interna, el riojano debe concentrarse en los asuntos domésticos tras su aventura en el PJ, de la que todavía no se reconocen efectos inmediatos. En su provincia, donde la crisis lo empujó a ser el único mandatario del país en emitir cuasimonedas, el panorama no pinta alentador. Por ejemplo, el informe del INDEC que midió los datos del primer semestre de 2024 dice que la pobreza ya llegó al 66,4% y la indigencia al 15% en la capital riojana y sus alrededores. En ese ranking negro, sólo es superada por el Gran Resistencia y Formosa.

La discusión abierta con el kirchnerismo dejó a Quintela en el mismo lote de peronistas libertarios donde CFK, cuya consagración no pudo obturar pese a la saga de fracasos que acumula la expresidenta en su rol de jefa política, al tucumano Osvaldo Jaldo, al catamarqueño Raúl Jalil, al salteño Gustavo Sáenz y al misionerismo renovador de Hugo Passalacqua. Sin embargo, el riojano es uno de los pocos mandatarios que todavía sostienen su enfrentamiento abierto con Javier Milei. En esa posición apenas se cuentan el bonaerense Axel Kicillof, el formoseño Gildo Insfrán y el pampeano Sergio Zilioto.

La relación con Javier Milei

En ese contexto, Quintela encuentra limitaciones para su estrategia política, que se viene sosteniendo en base a gestos rebeldes que evitan las disparadas en materia tarifaria o frenan una mayor caída en el poder adquisitivo a partir de la irrupción de los Chachos, la primera cuasimoneda de la era Milei, una alternativa con olor a 2001 que en el inicio de la gestión libertaria parecía que se extendería por doquier, pero que sólo floreció en La Rioja. Flor de mancha en la corbata del gobernador.

En medio de un panorama en que algunos de sus pares del Norte Grande se acercan abiertamente al Presidente, la dependencia de los fondos nacionales asoma en el horizonte como una de las variantes que la Casa Rosada podría usar para arrimarse al peronista que se animó a cuestionar y enfrentar a CFK, la enemiga predilecta del Presidente, pero hizo todo mal.

Este viernes, todos se reunirán con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en busca de fondos para hacer frente a los desarrollos locales que no encuentran eco en Balcarce 50. La gestión de Quintela acumula malos antecedentes en materia de deuda externa. En septiembre pasado, un tribunal de Estados Unidos le ordenó a La Rioja que pague una deuda de U$S 40 millones a raíz de la demanda de bonistas que reclaman por incumplimientos de la provincia con títulos para construir un parque eólico.

Con el fanstama del default encima, Quintela espera poder apoyarse en sus colegas norteños para conseguir recursos, mientras una astilla del peronismo riojano amenaza su propio poder en la provincia: el presidente de Cámara de Diputados, Martín Menem.

¿Asoma un frente opositor en La Rioja?

De cara a 2025, el sobrino del expresidente -referente histórico del peronismo riojano- no juega en soledad. Hace poco más de un mes, Patricia Bullrich encabezó un encuentro en Buenos Aires con líderes de la oposición provincial que generó todo tipo de lecturas por parte de la política riojana, que entiende que los puentes entre los sectores no peronistas empiezan a tener correlatos a lo largo de todo el país. Detrás, hay una idea latente: un gran frente que achique el margen de acción justicialista en el Congreso.

Entre quienes asistieron al cónclave estuvieron Liliana Medina, de La Libertad Avanza; el radical Gustavo Galván; Nadina Reynoso, de Hay Futuro en La Rioja, y Guillermo Galván, exviceintendente capitalino y hoy director nacional de Articulación Federal. Aunque el objetivo fue discutir sobre la seguridad en la provincia, la reunión activó alertas en todas las direcciones, también en las filas del oficialismo.

Según se supo, durante el encuentro la ministra de Seguridad subrayó la necesidad de establecer estrategias de seguridad en La Rioja en colaboración con la Nación. Sin embargo, en la UCR ya señalaron que, “más allá de las diferencias ideológicas, hay una coincidencia en que la provincia necesita un cambio”.

En ese campo, la creciente necesidad de una alternativa política para el electorado riojano parece haber impulsado a estos sectores a dejar de lado sus diferencias. Voceros de la oposición recalcaron que “es momento de empezar a construir un proyecto común que priorice las necesidades de los riojanos”.

La presencia de Galván refuerza la posibilidad de una alianza. Su rol en La Libertad Avanza y su relación con la gestión de Milei sugieren una proyección política más amplia, con miras a los comicios nacionales y provinciales, escenario en el que tienen un peso específico Martín Menem y su primo Lule, dos de los responsables principales de la estrategia libertaria en las provincias.

La economía en la provincia de Ricardo Quintela

En el plano económico aparecen las complicaciones más importantes para Quintela. Además de la situación extrema que lo llevó a imprimir su propia moneda, los efectos de la recesión golpean las cajas provinciales como casi en ningún otro distrito del país. Las transferecias automáticas de octubre presentaron una retracción promedio del 5,4% interanual a nivel país, pero en La Rioja retrocedió un 6,4%. En lo que va del año, la caída acumulada de las transferencias ya se acerca a los 12 puntos, una complicación para la capacidad de financiamiento y la puesta en marcha de programas específicos.

Los últimos números del INDEC también dan cuenta de otro problema de La Rioja a la hora de abastecerse de recursos: es una de las dos provincias con menor participación en el comercio internacional. Con una caída superior al 50% en el despacho de vinos al exterior, en los primeros nueve meses de 2024 La Rioja acumuló exportaciones por 167 millones de dólares, lo que representa apenas el 0,6% del total de exportaciones nacionales. Sólo Formosa exportó menos.

Como síntoma de la recesión a nivel nacional, se desploma el consumo, el poder adquisitivo de los salarios y el empleo registrado. Allí hay otro dato que empieza a sonar demasiado amenazante: en la capital provincial, el 42,6% de la Población Económicamente Activa tienen algún tipo de problema vinculado con su trabajo, lo que representa una dificultad para más de 46 mil personas.

Fuente: Letra P – https://www.letrap.com.ar/

By omalarc

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