El estreno del documental de Fabio Zurita, hoy en la Sala Gaumont
Mediante recuerdos inéditos de amigos y colegas como David Viñas, Eduardo Galeano o Hebe de Bonafini, el director halla una historia distinta para contar.
Por Juan Pablo Cinelli
Zurita acompañó, filmó y entrevistó al escritor en muchas ocasiones, entre 1994 y el fallecimiento de Bayer en 2018.
Yo filmé a Osvaldo Bayer 6 puntos
(Argentina, 2025)
Dirección y guion: Fabio Zurita.
Duración: 76 minutos.
Intérpretes: Osvaldo Bayer, David Viñas, Eduardo Galeano, Hebe de Bonafini, León Rozitchner, Leonardo Fabio, Fabio Zurita y Diego Capusotto (narración).
Hoy a las 20 en la Sala Gaumont; 7 de mayo a las 20 en el Cine Teatro Helios, El Palomar; 10 de mayo a las 20 En el Espacio INCAA de Rauch, provincia de Buenos Aires.
En 2025 se cumplirán siete años de la muerte de Osvaldo Bayer, figura esencial del pensamiento político argentino y uno de los intelectuales que mejor definió qué es la libertad. Un asunto ahora en disputa que es mucho más que solo esa palabrita, hoy tergiversada a base de repeticiones, a la que casi lograron vaciar de su sentido más profundo. Este es también el año en el que un gobierno que utiliza a la libertad como escudo para justificar incluso los ataques contra ella misma, decidió demoler un monumento en conmemoración a su figura. Y justo en la Patagonia, territorio emblemático dentro de su obra. Todo eso hace que este sea un buen momento para que Fabio Zurita estrene su documental Yo filmé a Osvaldo Bayer.
La película está compuesta por una serie de imágenes pertenecientes al archivo personal de Zurita, quien demoró más de 30 años en concretar su anhelo de realizar un documental sobre Bayer. Un sueño que hasta 2018 se sustentó en la complicidad del propio escritor, quien le permitió al cineasta acompañarlo, registrarlo y entrevistarlo en muchas ocasiones desde 1994 hasta su muerte. De esa persistencia (y de la sorprendente capacidad de procrastinación de Zurita, cuyo relato en off da cuenta de una larga lista de demoras que él mismo se fue imponiendo) surge lo mejor de la película: una serie de imágenes y testimonios inéditos que le otorgan un valor insoslayable como documento vivo.
A partir de eso, es posible ver y oir al autor de La Patagonia rebelde en un material que recién ahora es exhibido en público por primera vez. Pero también forman parte de la película David Viñas, Eduardo Galeano y León Rozitchner, amigos personalísimos del escritor, a quienes Zurita interroga a partir de una serie de preguntas sugeridas por el propio Bayer. Así, Yo filmé a Osvaldo Bayer consigue revivir ya no a una, sino a cuatro figuras fundamentales del pensamiento rioplatense, en testimonios que también aquí por primera vez salen a la luz.
En ese acto de rebelión contra la muerte, que esta película hereda del cine mismo –un espectáculo basado en la fantasmagoría, en la capacidad de infundirle vida a imágenes inertes–, se haya el mayor mérito de Yo filmé a Osvaldo Bayer. En paralelo, quizás su principal torpeza se encuentra en el protagonismo algo excesivo que el director decide asumir, a través de un relato en el que se esfuerza por construir una poética no siempre lograda. Sin embargo, ese mismo recurso también permite que se filtre cierto humor autocrítico, a partir de la narración de una serie de interrupciones, torpezas y obstáculos que el propio Zurita va interponiendo en su propio camino, pero a las que este estreno, por fin, le regala el mejor de los cierres posibles.
Fuente: Página/12 – 3 de mayo de 2025 –