Al subir los precios por debajo de los aumentos de costos, la mayor productora de alimentos del país acumula millonarias pérdidas en lo que va de año

Por Andrés Sanguinetti

En tiempos de derrumbe del consumo, de movimientos pendulares del dólar que inquietan a las empresas y a la sociedad, y de conflictos entre productoras y cadenas de supermercados por nuevas listas de precios, una de las más grandes alimenticias de la Argentina responsabiliza de sus problemas financieros a los precios que aumentaron por debajo de la suba de costos.

Se trata de Molinos Río de la Plata, que acaba de enviar un comunicado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) para informar sobre su balance correspondiente al primer semestre de este 2025.

En el documento, la empresa propiedad de la familia Perez Companc repite casi los mismos argumentos que viene utilizando en los últimos años para justificar performances comerciales y financieras que se encuentran por debajo de las expectativas de su grupo de control.

En este caso, entre enero y junio pasados, Molinos registró ingresos netos por $437.542 millones, lo que implicó una caída del 19,7% en términos reales respecto del mismo período del ejercicio anterior.

Si bien alcanzó un incremento de su volumen de ventas en el mercado local de 1,9%, el dato fue más que compensado por una caída de precios en términos reales, ya que fueron ajustados durante el último año solo en un 11,1% nominal en promedio, mientras la inflación registrada por el INDEC fue de 39,4%, en el mismo período.

Resultado negativo para Molinos Río de la Plata

“Con costos de venta unitarios aumentando nominalmente por encima de los precios, el resultado neto fue negativo por $19.485 millones”, destaca el documento de la compañía, cuando en igual período del 2024 había registrado ganancias que superaron los $55.900 millones.

Para el directorio de la empresa, semejante diferencia se explica por el “escenario de consumo aún deprimido, en el que las principales consultoras de mercado registraron una caída de 4,9% semestre contra semestre, lo cual hizo que la sociedad se enfocara en mantener su enfoque de preservar el adecuado posicionamiento de sus marcas”.

El plan se basó en ofrecer la mayor accesibilidad posible a los consumidores en cada una de las categorías en las que opera lo cual le permitió lograr un incremento generalizado en la participación de mercado con respecto al mismo período del año anterior.

Adicionalmente, durante el primer semestre se registró un importante incremento de las exportaciones del 21,8% a pesar de que la economía mundial continúa atravesando un escenario de elevada incertidumbre, profundizado por la creciente escalada de tensiones comerciales.

Ocurre que tanto el FMI como el Banco Mundial han recortado sus estimaciones de crecimiento para 2025, que oscilan entre el 2,8% y el 2,3% respectivamente marcando la expansión más lenta desde 2008.

La mayor productora argentina de alimentos espera el efecto derrame

En Argentina, el proceso de estabilización macroeconómica iniciado en 2024 continúa avanzando de forma gradual pero tampoco ha logrado, por lo menos por ahora, un efecto derrame sobre el consumo masivo, que se mantiene deprimido y con caídas generalizadas en casi todos los rubros alimenticios de los que participa Molinos.

En este contexto, las principales consultoras estiman un crecimiento de entre 4,5% y 5,5%, aunque con una marcada heterogeneidad sectorial, donde las actividades relacionadas al agro, energía, bancos y minería registran tasas positivas, mientras la construcción, el consumo masivo y la inversión privada aún están por debajo de niveles esperados y previos a la recesión.

En esta línea, el informe de Molinos enviado a la CNV asegura que “la inflación ha mostrado una desaceleración significativa, logrando romper el umbral del 2% mensual durante el segundo trimestre”.

Además, destaca que la proyección anual para 2025 se ubica en torno al 27%/32%, apuntalada por el nuevo esquema cambiario (flotación administrada entre bandas), que, por el momento, no ha desencadenado en una devaluación con pass-through a precios.

Sin embargo, advierte sobre la persistencia de “cierta volatilidad por ajustes en las tarifas de los servicios públicos y la volatilidad del tipo de cambio real”, advierte el paper.

La empresa de los Pérez Companc busca equilibrar el desfasaje

Frente a este entorno de gran presión competitiva y con el propósito de optimizar la ejecución de su plan de negocios, Molinos asegura haber intensificado la gestión y revisión de sus costos operativos y gastos centrales, implementando un estricto programa de control, buscando generar eficiencias y mejoras en todos los procesos operativos.

“La efectividad de esta gestión se evidencia en la mejora de los costos de venta y los gastos de comercialización y administración, que en su conjunto mejoran 8,6pp sobre ventas respecto al trimestre anterior”, sostiene la empresa.

Por otra parte, a partir de la recuperación del ingreso disponible de los hogares, sus ejecutivos anticipan que continuarán buscando equilibrar paulatinamente el desfasaje registrado entre el aumento de precios y los costos de venta.

En cuanto a los desafíos de corto y mediano plazo, apuestan a enfocarse en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia “para seguir acompañando a los argentinos con productos cada vez más saludables, ricos, prácticos y accesibles”.

En este contexto, y teniendo en cuenta que se trata de un año electoral, el directorio de Molinos entiende que el gobierno del presidente Javier Milei apunta a sostener el equilibrio fiscal como principal ancla de confianza y señal de solidez financiera.

Sin embargo, la familia Perez Companc advierte que el riesgo país sigue elevado en la zona de 700 pb. “limitando el acceso de los agentes locales a financiamiento internacional”.

También aseguran que la cierta recuperación mostrada por el consumo masivo durante el segundo trimestre, impulsado por la desinflación y una moderada mejora del poder adquisitivo, “está lejos de alcanzar niveles previos a la recesión”.

Sueldo, empleo e inflación: la estabilidad macro, condicionada

Para la cúpula de Molinos “la evolución del salario real y el empleo serán claves para determinar si esta mejora logra sostenerse en el tiempo, teniendo en cuenta que durante la primera mitad de 2025, el patrón de consumo se vio alterado por un cambio en la composición del gasto de los hogares”.

Otra de las quejas plasmadas en el documento enviado a la CNV se centra en que las mejores condiciones de financiamiento —especialmente desde mayo— estimularon con fuerza la demanda de bienes durables, en detrimento del consumo esencial, que se mantuvo rezagado.

A esto le suman que la recomposición parcial de ingresos, particularmente en salarios del sector formal, “no logró todavía compensar el deterioro acumulado en jubilaciones y programas sociales, lo que explica la lenta recuperación del consumo masivo, a pesar del entorno de menor inflación”.

De cara al segundo semestre, la alimenticia entiende que las proyecciones estiman un crecimiento del consumo masivo de 5,8% para 2025 (y 4,1% en 2026), “condicionado a la estabilidad macroeconómica, mantenimiento del proceso desinflacionario y mejora del ingreso de las familias”.

En cuanto a su estrategia para enfrentar estos desafíos, el informe de Molinos señala que, durante el primer semestre, “la compañía logró fortalecer su posición en el mercado, apalancándose en la fortaleza de su portafolio de productos y marcas, en un entorno cada vez más competitivo”.

De cara a los próximos meses, anticipa que “continuará enfocándose en mejorar la eficiencia operativa, la optimización de costos y la adecuada gestión de márgenes, adaptándose de forma ágil a las nuevas tendencias del consumo capturando nuevas oportunidades de negocio y crecimiento”.

En este sentido la compañía, acaba de finalizar un proceso de modernización de sus sistemas de gestión y de sus procesos productivos y operativos, y confía en consolidar y capitalizar el fortalecimiento de la competitividad, la eficiencia y con ello impulsar una mejora sostenida en los resultados económicos.

Desde el año pasado, Molinos viene implementando una estrategia basada en gestionar con mayor eficiencia su aprovisionamiento de materias primas e insumos, como así también reforzar la distribución física de sus productos a nivel nacional, accionando estratégicamente en los distintos canales comerciales, gestionando de manera equilibrada sus niveles de capital de trabajo y fortaleciendo el valor de sus marcas en todo su portfolio.

Crecer con compras

Molinos Río de la Plata cotiza en la bolsa porteña con el símbolo de “MOLI”; cuenta con más de 2.600 colaboradores y 14 plantas productivas a través de las cuales fabrica las marcas más famosas del sector como Matarazzo, Lucchetti, Granja del Sol, Gallo Snacks, Bodega Nieto Senetiner, Gallo, Cocinero, La Salteña, Exquisita, entre otras.

También es propietaria de Terrabusi; Calsa; Patitas; Favorita; Don Vicente; Preferido; Vitina; Lira; Ideal; Blancaflor; Nobleza Gaucha; Minerva; Cruz de Malta; Arlistan y Máximo, para citar algunas otras.

Es decir, actualmente participa en los sectores de pastas secas y frescas; premezclas dulces y saladas; tapas de empanadas y tartas; arroz; snacks; rebozadores; aceites y aderezos; harinas; vinos; congelados e infusiones. Es decir, en casi toda la cadena de productos alimenticios de la mesa de los consumidores.

En los últimos tiempos también ha realizado varias adquisiciones como la marca de pizzas congeladas Sibarita a McCain Argentina.

Además, adquirieron la empresa La Salteña, conocida por sus tapas de empanadas, pascualinas y pastas frescas, con una planta en Burzaco.

También se menciona la venta de cuatro marcas emblemáticas a BRF por parte de Molinos Río de la Plata.

Más allá de los alimentos

Pero, sus accionistas decidieron que la compañía amplíe a todas las categorías de consumo masivo o todo lo que se puede consumir en el hogar y no solamente alimentos y bebidas alcohólicas sino también a otras categorías como productos de higiene, tocador, limpieza, alimentos para mascotas, entre otros nuevos segmentos.

De esa forma, se incorporaron nuevos segmentos a los negocios en los que ya participa Molinos Río de la Plata como los de explotación de toda clase de molinos, elevadores de granos, silos y otras instalaciones para almacenar granos y semillas; compra, venta, canje, permuta o adquisición por cualquier título, comercialización y/o reventa, distribución, suministro, depósito y almacenaje de insumos agrícolas, tales como fertilizantes, agroquímicos, gasoil y otros combustibles líquidos e hidrocarburos; industrialización, preparación, venta, distribución, transporte, depósito y/o almacenaje, de productos de consumo masivo en general como aceites, infusiones, secos, frescos, congelados, refrigerados, lácteos, derivados de la industria frigorífica y/o bebidas -incluso alcohólicas-

A estos rubros se le sumaron la posibilidad de competir en la producción de alimentos para el consumo animal; artículos de cuidado e higiene personal y/o para el cuidado de la salud y la limpieza del hogar.

También la compra, venta, cría, engorde, invernada, comercialización y transporte de ganado; elaboración, compra, venta, canje, permuta, comercialización, reventa, distribución, suministro, depósito y/o almacenaje de combustibles líquidos y/o hidrocarburos, propios o de terceros.

La reforma de su estatuto incluye además la generación, producción, comercialización y venta de energía eléctrica; compraventa de acciones, títulos debentures y demás valores mobiliarios, operaciones de afianzamiento financiero, comercial o de otro tipo; (xii) operaciones financieras; la exportación e importación, que se relacionen con el objeto social, pudiendo actuar en negocios y/o industrias derivadas, subsidiarias y/o complementarias y/o afines de los anteriormente mencionados.

La decisión de ampliarse a “nuevos horizontes” y dejar de ser solamente una empresa de producción y venta de alimentos y bebidas de consumo masivo se tomó tras varios años de escenarios negativos que Molinos Río de la Plata vino atravesando, más que nada durante los gobiernos kirchneristas, con la imposición de cepos a los precios de sus marcas y la disparada de la inflación, entre otros motivos de macroeconomía.

Fuente: IProfesional – 06/08/2025 –

By omalarc

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.