Fue elaborado por equipo de especialistas que forman parte de Unidad Ciudadana y se lo hicieron llegar a la expresidenta. Proyecciones de un dólar a $60 y más devaluación, entre los pronósticos.
Un grupo de economistas pertenecientes a Unidad Ciudadana, el espacio liderado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, le entregaron a la actual senadora un informe sobre los pronósticos para 2019 en ese terreno: un dólar a $60 y una mayor devaluación, entre las proyecciones.
El trabajo de análisis estuvo encabezado por la diputada Fernanda Vallejos. Titulado “Pronósticos 2019: una tendencia que no se revierte. Línea Coyuntura y Proyecciones”, el texto consta de un PDF de 5 páginas en donde participaron además de Vallejos, los licenciados Genaro Grasso, Estanislao Malic, Horacio Rovelli, Federico Vaccarezza y Martín Carro, quienes forman el grupo “Proyecto Económico”, según consignó el periodista Eduardo Paladini del diario Clarín. “El año económico entrante estará signado por políticas de ajuste, tanto en el plano fiscal como en el monetario”, sostienen en el informe “El año económico entrante estará signado por políticas de ajuste, tanto en el plano fiscal como en el monetario.
Tras el acuerdo con el FMI, el Gobierno se autoimpuso un ajuste fiscal muy exigente que llevará a una fuerte reducción del gasto público, incluso mayor a la de 2018. Mientras este año se redujo el déficit fiscal primario de 3,9% a 2,6% del PBI, llevar el resultado primario al equilibrio significa duplicar la magnitud del ajuste. Adicionalmente, desde octubre de este año, el BCRA sostiene una política de no expansión de la base monetaria hasta junio de 2019 y una variación del 1% desde entonces”, sostienen entre sus argumentos. Asimismo y más en detalle, hace hincapié en diferentes ítems, como la devaluación, y sostienen: “Estas medidas apuntan a cumplir las pautas del FMI, reservando recursos para el pago de intereses de la deuda, pero no garantizan el fin de las tensiones cambiarias. En un contexto de elevadísima formación de activos externos (la fuga de divisas acumula U$S 32.200 millones entre enero y octubre de este año) y un endeudamiento externo que mostró haber llegado a un límite en 2018, es de esperar otro año donde continúe al alza el tipo de cambio”: Y agregan: “Además, a medida que se acerquen los comicios electorales, es posible que crezca la volatilidad en el tipo de cambio que, sin margen para la intervención, prevemos una devaluación durante 2019 del orden del 43%”. Y, en el cuadro donde se ve un resumen de los pronósticos, los especialistas fijan un dólar a 60 pesos. “Prevemos una devaluación durante 2019 del orden del 43%”, agregan los economistas En ese marco, sentencian: “El desempeño del tipo de cambio, combinado con la dura regla monetaria del BCRA respecto del crecimiento de la Base Monetaria, le pondrá límites a la baja de la tasa de interés. La volatilidad cambiaria hará de las leliq (o el instrumento que fije la tasa de referencia durante el año que viene) un activo menos atractivo, lo que obligará a mantener una tasa alta para cumplir la regla monetaria. A esto se le adiciona el creciente monto de intereses acumulados que le pone un piso a la tasa de interés para poder renovarlos. Por lo tanto, es de esperar que la tasa de política monetaria finalice el año 2019 en torno al 50% (TNA)”.
“En un contexto de ajuste, el Ejecutivo deberá recortar gastos en la obra pública, mientras que las PPP (programa Participación Público Privada) han mostrado un desempeño de malo a prácticamente nulo. Esto profundizará la caída en la construcción, actividad traccionadora de diversos sectores de la economía, que se agrega a la difícil situación a la que se encuentra sometida la producción nacional debido a la importante depresión del consumo y la apertura importadora. Al mismo tiempo, los salarios del sector público seguirán perdiendo poder adquisitivo, mientras que esperamos un escenario paritario que se acerque más a la inflación en el sector privado.
Mientras el Gobierno ya ha fijado la pauta salarial para las paritarias de 2019 en 23%, con la pérdida de poder adquisitivo de 2018 y previsiones privadas de inflación que superan holgadamente a la expresada en el Presupuesto 2019, es esperable que los gremios más fuertes consigan acuerdos bastante superiores, como ya ha venido sucediendo. En promedio, estimamos para el conjunto de los trabajadores, una caída del salario de 3,8% en términos reales”, añaden. “Los salarios del sector público seguirán perdiendo poder adquisitivo, mientras que esperamos un escenario paritario que se acerque más a la inflación en el sector privado”
A su vez, remarcan: “Esto redundará en una nueva caída del consumo (-2,3%, según nuestras proyecciones), a lo que se suma el arrastre estadístico de la recesión del año 2018. Con esto y una economía brasileña deprimida (fundamental para nuestras exportaciones industriales) proyectamos para 2019 una recesión de 2%. Diferente será el caso de las exportaciones agropecuarias, que rebotarán en relación con un magro 2018, y hacen aparecer a las exportaciones como la única variable de la demanda agregada con signo positivo (12%), aunque muy por debajo de las proyecciones oficiales. Mientras que el consumo público (-3,6%), el privado y la inversión (-10%) sufrirán contracciones. De su lado, también caerán las importaciones (-2%), como consecuencia del achicamiento de la economía”. “Más allá del empeño oficial en la profundidad del ajuste sobre el gasto primario, el objetivo de déficit 0 parece difícil de cumplir.
Entre las principales razones que colisionan con este objetivo aparecen: la recesión de 2019 profundizará la merma en la recaudación. Es esperable que el alza en algunas alícuotas no sea suficiente para compensar esta pérdida y la recaudación crezca menos que la inflación. A ello se le debe agregar que las retenciones de $ 4 por dólar equivale a 11% al tipo de cambio actual, cayendo al 6,6% bajo nuestra hipótesis a diciembre de 2019”, destacan los economistas en el informe.
Por la devaluación, en noviembre de 2018 crecieron las exportaciones y hubo superávit comercial En este escenario, relatan: “Más del 45% del gasto público indexado en un 70% a la inflación pasada pone un piso de gasto demasiado alto para un proceso que apunte a una inflación descendente.Los salarios públicos sufrieron fuertes pérdidas de poder adquisitivo durante 2018, por lo que será difícil otro recorte de iguales magnitudes en 2019. Sin embargo, una inflación alta contribuye a incrementar la recaudación, hecho que produce una disyuntiva entre el objetivo fiscal y la reducción de la inflación. En este tránsito, es posible que el Gobierno se quede a mitad de camino y no logre el añorado equilibrio fiscal ni tampoco una fuerte baja de la inflación, que será empujada por la inercia de 2018, los incrementos de los precios regulados y la suba en el tipo de cambio”.
“Existen varios indicios que le ponen un piso alto a la inflación de 2019” “Este escenario hace esperable un déficit primario de 0,9%. Por su parte, los intereses de deuda representan, según el tipo de cambio vigente, entre 3 y 4% del PBI. En el mismo presupuesto nacional se estima que los intereses ascenderán a $ 593.224,5 millones en 2019, al tipo de cambio de $ 40,10. Con un tipo de cambio promedio más elevado, la carga de los intereses será aún mayor. Esperamos, por lo tanto, un déficit fiscal de, al menos, 4,3 por ciento”, expresan.
El grupo de economistas reconoce: “Al mismo tiempo existen varios indicios que le ponen un piso alto a la inflación de 2019. No sólo estará empujada por la inercia de 2018 y el desempeño del tipo de cambio, sino que el presupuesto nacional prevé continuar con la quita de subsidios económicos, lo que equivale a nuevos incrementos en las tarifas de servicios públicos. Sin embargo, un segundo año de recesión hará que la variación general de precios sea menor a la de 2018, por lo que estimamos una inflación en el entorno del 35%”. “La recesión de dos años consecutivos en conjunto con la caída de ingresos reales, prolongarán el deterioro de los indicadores de desempleo y pobreza” Mayor pobreza y desempleo. “El escenario macroeconómico descripto no hará más que profundizar el deterioro de las condiciones de vida de la población. La recesión de dos años consecutivos en conjunto con la caída de ingresos reales, prolongarán el deterioro de los indicadores de desempleo y pobreza. El primero no sólo subirá por la pérdida de puestos de trabajo, sino porque con la caída de ingresos cada vez más personas (jóvenes) se volcarán antes al mercado de trabajo para complementar los ingresos familiares que cada vez compran menos”, completan en su análisis.
Y concluyen: “En tanto que la porción de la población que tendrá ingresos por debajo de la línea de pobreza irá en aumento, en sintonía con una inflación que no cesa y salarios que no corren, sino que caminan de atrás. Es probable que el deterioro del poder de compra sea menor al de 2018 (aún resta plasmarse en las estadísticas oficiales los números finales), pero no se revertirá la tendencia. Así, prevemos que el desempleo alcance el 13,6% al finalizar 2019, mientras que la pobreza llegaría a 37%, teniendo en cuenta que por cada 10% de pérdida de poder adquisitivo el incremento en la pobreza resulta superior al 4%”.
(Fuente www.perfil.com).