El Comité Central Confederal facultó al Consejo Directivo a convocar a una medida de fuerza cuando lo crea conveniente. La CGT pidió que se compense la caída salarial, eximir de Ganancias el medio aguinaldo y un aumento para jubilados.
El Comité Central Confederal CGT resolvió ayer hacer una medida de fuerza, pero pateó la pelota hacia delante: siguiendo aquella máxima de Perón de “todo a su debido tiempo y armoniosamente”, no le puso fecha a la protesta sino que facultó al Consejo Directivo a implementarla cuando lo considere conveniente. La decisión surgió tras un debate en el que se criticaron con dureza las políticas económicas de Mauricio Macri, se advirtió sobre el impacto del ajuste en la clase trabajadora y se le reprochó al Gobierno la falta de respuesta a las demandas gremiales. En un escenario en el que las otras centrales sindicales y los movimientos sociales promueven la unidad de acción y la convocatoria a un paro nacional, la idea de la CGT es esperar hasta octubre con el doble objetivo de darle a la administración macrista otra oportunidad de que haga lo que hasta ahora no hizo y trabajar en la consolidación del frente interno, donde hay gremios que consideran que aún no es momento de parar. Hasta entonces, el Gobierno seguirá operando, como lo viene haciendo, sobre la interna cegetista.
Lo que hizo ayer el Confederal de la CGT fue refrendar una decisión que en las últimas semanas fue tomando forma ante la falta de respuestas del Gobierno a los planteos del sindicalismo. La conducción de la central sindical fue recibida por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y otros funcionarios nacionales a principios de este mes. Ninguno de los problemas que entonces se expusieron fueron solucionados por la administración macrista.
El ánimo con el que la dirigencia cegetista llegó al Confederal quedó reflejado en las declaraciones que Juan Carlos Schmid, titular del gremio de Dragado y Balizamiento y uno de los miembros del triunvirato que conduce la central, hizo al entrar al encuentro: “Ya está decidido un paro de 24 horas. No está definida la fecha.”
De la reunión del Comité Central Confederal participaron 253 congresales, 180 de ellos secretarios generales, y estuvieron representados 225 sindicatos. El debate duró algo más de tres horas, en las que –según contó luego Héctor Daer, otro de los tres secretarios generales de la CGT– se coincidió totalmente en el diagnóstico: “El Gobierno decidió transferir grandes recursos a varios sectores concentrados y aumentó las tarifas de los servicios, mientras cayó el salario y continúa el proceso inflacionario, que deterioró el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados y maltrató la economía de quienes cumplen tareas en la informalidad.”
Puertas adentro el tono de las críticas a la administración macrista fue subiendo a medida que avanzó el encuentro y llegó a uno de sus máximos puntos durante la intervención de Sergio Palazzo. “Este es un gobierno poderoso con los débiles y débil con los poderosos”, afirmó el líder de los bancarios y referente de la Corriente Federal de Trabajadores, quien llamó a “confrontar con este modelo económico, político y social que está trayendo problemas a la clase trabajadora”.
Al conjunto de conjunto de gremios que integran esa corriente, y que desde la movilización de todas las centrales sindicales del pasado 29 de abril vienen bregando por la implementación de un plan de lucha contra el ajuste, se sumaron ayer los sindicatos moyanistas. “Basta de forreadas”, pidió Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, un gremio fundamental dentro de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte y clave para garantizar el éxito de cualquier medida de fuerza. Moyano, como otros que hablaron a favor del paro, dejó en claro que no espera nada del Gobierno.
“Quienes están al frente de la negociación tienen el pulso y saben cuándo conviene convocar a una medida de fuerza”, fijó posición el líder del gremio de la sanidad, Carlos West Ocampo, desde la vereda de los que prefieren no dinamitar aún los puentes con el macrismo.
Al margen de las diferencias, todos en mayor o menor medida formularon críticas a las políticas implementadas desde el 10 de diciembre en adelante y coincidieron también la reivindicación de los reclamos de los trabajadores informales y desocupados. “Los integrantes de los movimientos sociales, las cooperativas de trabajo y las empresas recuperadas son todos compañeros trabajadores”, enfatizó al respecto el canillita Omar Plaíni y señaló que “esta CGT debe ser la reordenadora del peronismo y conducir a toda la clase trabajadora argentina”.
Schmid subrayó al término del Confederal que la fecha de un paro, si finalmente se decide, será fijada por el triunvirato “luego de un acabado análisis” y no se anunciará en “un set televisivo ni en una conferencia de prensa” porque ello es “una estrategia de la CGT”. “El Gobierno tiene que cumplir con sus promesas electorales”, sumó Carlos Acuña, el tercer integrante de la conducción cegetista, y rechazó “el nivel de desocupación actual y los tarifazos”.
El camino que seguirá la CGT lo expuso Daer: “Se van a agotar todas las instancias de diálogo que tenemos con el Ejecutivo y con distintos sectores de la sociedad. De no encontrar respuestas, vamos a llevar adelante las medidas que en su momento se consideren oportunas.”
En esa hoja de ruta sobresale la reunión que la CGT tendrá el próximo jueves con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, a la que podría sumarse Macri. “A esta altura hay tres cuestiones básicas: compensar la pérdida del poder adquisitivo, eximir del pago de Ganancias el medio aguinaldo y dar un aumento de emergencia a los jubilados. Entendemos que el empleo no se genera en forma inmediata, pero para solucionar estas tres cosas el Gobierno tiene las herramientas al alcance de su mano y debe hacerlo en un cortísimo plazo”, sintetizó a Página/12 un hombre de la conducción cegetista. Dicho de otro modo, que haya o no paro en octubre pasa a ser ahora una decisión de Macri.
Fuente: Página 12