Los ex gobernadores de La Rioja y Santa Fe Beder Herrera y Bonfatti aseguraron que sus sucesores fueron coercionados y presionados para acompañar las iniciativas de Cambiemos. En el mismo sentido se expresó la legisladora chubutense Rosa Muñoz.

Los métodos extorsivos con que el gobierno de Mauricio Macri aprieta a gobernadores y legisladores para conseguir en el Congreso la aprobación de sus reformas comenzaron a salir a la luz. La diputada chubutense Rosa Muñoz reconoció que el gobernador Mariano Arcioni le pidió que diera quórum y votara a favor la reforma provisional para que “los empleados públicos de Chubut pudieran cobrar el aguinaldo”. Muñoz, que aportó al quórum pero se ausentó a la hora de votar, relató como presionaron a Arcioni durante la fallida sesión del jueves 14 de diciembre en la Cámara baja: “me mostró los mensajes y la foto, le dijeron ‘tu diputada todavía no se sienta’”, le señalaban al gobernador desde el Gobierno. El diputado y ex gobernador riojano, Luis Beder Herrera, que votó en contra de la reforma previsional –que definió como “perversa y dañina”– expresó públicamente su hartazgo de las presiones y promesas incumplidas del gobierno de Cambiemos: “Nos tienen agarrados con el tema de que si no votamos no nos bajan la plata; dos años los acompañamos con las leyes y lo mismo no nos mandaron un peso y no se ha iniciado una sola vivienda en La Rioja”, posteó en su cuenta de Twitter. Otro ex mandatario, el santafesino Antonio Bonfatti, también se refirió a los mecanismos de disciplinamiento que sufrió el socialista Miguel Lifschitz: “No fue un consenso, fue una imposición, una coerción a los gobernadores”, denunció.
Beder Herrera, que tras la derrota presidencial de 2015 rompió junto a otros diputados el bloque de FpV-PJ para emigrar a una bancada que armaron los gobernadores peronistas “dialoguistas” con el gobierno de Macri, decidió que no era tiempo de callar. “Ayer creo que se les cayó la careta @mauriciomacri que hagan lo que quieran, pero yo contra la gente, los abuelos, los niños, los ex combatientes de Malvinas, no me voy a meter”, escribió en su cuenta de la red social.

El interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores, dividió voluntades a la hora de sentarse para garantizar el quórum al oficialismo y también con su voto: 16 lo hicieron a favor, 15 en contra, dos se abstuvieron y otros se ausentaron antes de emitir su voto. “Estoy tranquilo porque hemos hecho todo lo posible para tratar de impedir esta ley tan perversa y dañina que muestra el verdadero rostro del Presidente”, agregó minutos después el riojano sobre el sentido de su voto en contra. Pero Beder Herrera también consideró que era momento para correr el velo sobre el discurso oficial de “diálogo y consenso”: “Nos tienen agarrados con el tema de que si no votamos no nos bajan la plata; dos años los acompañamos con las leyes y lo mismo no nos mandaron un peso y no se ha iniciado una sola vivienda en La Rioja”, sumó para desmentir que el alineamiento de los gobernadores con el poder central le trajera algún beneficio a las provincias. “Les pido a los riojanos que tengan fe; arrodillarse, mendigar en Buenos Aires no vale la pena, hay que estar parados defendiendo a la gente porque la gente y La Rioja va a seguir progresando”, posteó seguido el ex gobernador provincial.

Aunque Beder Herrera evitó ayer contactos directos con la prensa, sus declaraciones públicas dejaron expuesta la actitud de muchos gobernadores y sembraron dudas sobre la estrategia parlamentaria de la bancada “dialoguista” y el futuro de la misma. Pero tampoco fue el único que dejó al descubierto las presiones que el Gobierno niega sobre los gobernadores. Bonfatti reveló que si su gobernador no firmaba “se quedaba sin compensación (del déficit) de la Caja de Jubilaciones, sin el fondo sojero”. El titular de la Cámara de Diputados de Santa Fe aseguró que “hubiesen estado en peligro las prestaciones de salud, educación, seguridad y justicia”.

La chubutense Muñoz denunció “las presiones” para dar quórum y votar la reforma previsional. Muñoz se sentó en su banca, esquivo su voto a favor ausentándose y manifestó su bronca en el recinto: “El presidente de los argentinos se quejaba de la vieja política. Lamentablemente, hicieron un curso acelerado porque aprendieron a extorsionar a los gobernadores con la chequera a cambio de los votos; aprendieron algo que no debe hacer un político, que es ser soberbio”, sostuvo en la madrugada del martes.

Ayer explicó más detalladamente el sentido de sus palabras. “Mi sentada valía que los chubutenses, los empleados provinciales cobren el aguinaldo y todo lo que tienen”, dijo en una entrevista a una radio local. “El gobernador me lo pidió y me lo dijo clarito”. agregó. “El compromiso era con el gobernador. Pensé en mi provincia”, se justificó Muñoz y sentenció: “El gobierno nacional presiona a todos los gobernadores con conductas extorsivas”. “De mi provincia somos cinco (diputados nacionales) pero el único voto que puede disponer el gobernador es el mío. Le dije, me puedo sentar pero jamás votar. Voy a hacer lo que se mas conveniente para mi provincia y la gente”, continuó Muñoz, que justificó su postura en beneficio de los chubutenses.

Luego se explayó sobre su especulación en la primera sesión en que la Cámara baja quiso abordar la reforma provisional. “Yo tenía el mismo mandato para la semana pasada, nada más que especulé. Me senté y dos minutos que me senté, ocurrió lo de los diputados truchos y pasó lo que pasó”, dijo sobre la fallida sesión. Fue entonces que el gobernador Arcioni recibió la foto y advertencia del Gobierno. Muñoz luego contó que en la madrugada del martes “la oposición planeaba retirarse del recinto y dejar al oficialismo sin quórum. No me quedaba más remedio que sentarme”.

“Yo podría haber elegido salir indemne de todo esto y haber hecho lo que mi pensamiento me dictaba pero pensé en mi provincia a quien represento, entonces tuve que tomar una decisión que más allá de todo no fue la que me pidieron”, insistió la diputada chubutense para rusticar su postura.

“Era una decisión comprometida, todo sea porque mi provincia y los chubutenses salgan adelante. Ya está”, agregó cuando le preguntaron a la experimentada militante del dasnevismo si se arrepentía de haber regresado al ruedo político y haber asumido una postura que mucha gente parece no compartir. La publicación de sus teléfonos en las redes sociales (“por otro diputado de la provincia que no es de mi partido”) le provocó más de un disgusto: recibió “unas dos mil entre llamadas y whatsApp acordándose de mi y de mi hijos”. Ayer Muñoz analizaba realizar una denuncia penal por las amenazas.

Fuente: Página12

By fralo

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