En una charla con este medio, la escritora resumió valiosos conceptos que aborda la temática del libro. “El texto aporta muchos elementos metodológicos pero también importantes para pensar cual es el papel de las finanzas en nuestras sociedades contemporáneas”, dijo.

Cavallero se hace preguntas de “quienes son las que se endeudan, para qué y a que costo se endeudan las mujeres”, y agregó: “Y porque es necesario pensar el mundo financiero con los cuerpos concretos de quienes se endeudan y dejar de pensar en términos abstractos este mundo financiero y poder decir quiénes son los que están haciendo negocios con nuestra pobreza”.

Sus interrogantes se orientan hacia los fines de esos endeudamientos: “para qué nos endeudamos, por qué nos endeudamos y cuál es la función que debería tener el Estado para desendeudarnos”.

Más adelante describió el ámbito en el cual se trabajó en el libro. Según indicó la autora, fue “en plena efervescencia de las movilizaciones feministas, de la discusión feminista en todos los ámbitos, de cómo la economía feminista nos permitió pensar procesos económicos-sociales y políticos con  otros vocabularios dándonos cuenta de otras desigualdades. Por ejemplo de otras desigualdades en trabajos que se remuneran, los que no se remuneran, desigualdades y brechas de género en ámbitos laborales, políticos”.

Solución rápida, una pesadilla

Para Cavallero, en ese ámbito, “también el mundo financiero exige ser pensado desde las categorías  de la economía feminista”. Observó que “Muchas de las Financieras están ubicadas cerca de los lugares donde transitan las mujeres, sobre todo, a tareas asociadas a cuidados. Por ejemplo, cerca de las escuelas, tiene que ver como a aparecer como una solución rápida a problemas en los que está gran parte de la población que no está llegando a fin de mes, o que tiene mucho que ver con el nivel de salario o subsidios les alcance para vivir y entonces, aparecen como una solución rápida y cercana, pero después se transforma en una pesadilla, una bola de endeudamiento desde la cual es muy difícil salir  y sobre todo, es un negocio con la pobreza”, sostuvo.

Educación financiera

Acerca de este tema, Lucía Cavallero dijo: “Creo que es muy importante la educación financiera, pero, no orientada a culpabilizar en términos individuales, sino, a ubicar este problema de sobreendeudamiento como un problema social, que dé herramientas  desde los saberes que ya existen en los territorios y que no se trate a las personas como iletradas financieras, sino que se de cuenta de cuáles son los problemas que llevan a sobreendeudarse y trabajar de manera integral”.

Momentos difíciles para las mujeres

Reconoció la autora de “Una lectura feminista de la deuda” que es “un momento difícil para las mujeres de nuestro país, quienes son las que más trabajos de cuidados hacen, también de trabajos comunitarios. Están sufriendo un empobrecimiento acelerado, por la inflación y también por estos chantajes del poder económico. Corridas cambiarias, subida del dólar ilegal, que terminan repercutiendo en  la economía cotidiana de un montón de mujeres que se ven cada vez más compelidas a endeudarse para vivir. Creo que en este momento se da una crisis en la que conviven mayor tipo de trabajos con muy pocos ingresos, o mal pagos, o no pagos y al mismo tiempo, mayor endeudamiento para vivir”.

En este sentido, consideró “necesario que se avance en políticas distributivas entre los sectores populares y particularmente hacia las mujeres porque hoy, el empobrecimiento tiene cara de mujer”.

Una nueva mirada  a los procesos económicos

En cuanto a la presencia de una nueva mirada a esta problemática que atraviesa a gran parte de la sociedad y particularmente a las mujeres, Cavallero describió: “El movimiento feminista ha conmovido todas las estructuras políticas, también como se miran los procesos económicos, los vocabularios como se piensa la crisis económica. Creo que hay un antes y un después en muchos aspectos de nuestra vida social, política y económica y que se ha cambiado la mirada, desde la manera en que nos relacionamos hasta la manera en que pensamos la política”. Finalmente sugirió que las mujeres “se organicen, que hablen de economía porque somos las que tenemos un rol muy importante en la producción de riqueza y en sostener la vida cotidianamente”.

 

By omalarc

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