Docente de alma, Luisa Torres de Toledo, había llegado a la Capital riojana desde lo profundo de los Llanos, un puesto cerca de Tama, camino a Malanzán.
Formó su familia, donde crecieron cinco hijas e hijo. Un solo varón: Oscar Alfredo, “el Chuschín”, como apodaban a la familia de su padre.
Oscar, fue detenido – desaparecido en el año 1.975 en Tucumán, donde había emigrado para estudiar.
Doña Pocha asumió la búsqueda con decisión, paciencia y ternura de madre, sumándose, apenas nacieron, a las Madres de La Rioja. Estaba a punto de llegar a los 99 años.
Tu lucha nos marcó el camino. Oscar, el de todos y todas los y las detenidos y detenidas desaparecidas, fueron tu estandarte y los nombres abrigados en tu pañuelo y en tu corazón lleno de vida y fortaleza.
Hasta siempre.