La Asamblea Jáchal No Se Toca presentó a la Corte Suprema una investigación encargada por la minera canadiense, y nunca difundida por el Estado sanjuanino, que confirma el daño ambiental infligido por el proyecto minero en la cuenca del Río las Taguas.
La empresa Barrick Gold sigue causando daño ambiental en San Juan según aseguró Diego Seguí, abogado de la Asamblea “Jáchal No Se Toca”, quien amplió la demanda contra la multinacional canadiense por contaminación en la cuenca del Río las Taguas en el fallido proyecto binacional de Pascua Lama. La presentación ante la Corte Suprema de la Nación incluyó un informe realizado para la minera por la consultora Knight Piésold, al que accedió PáginaI12, y que confirma la afectación severa en la vegetación y la acidificación de las aguas por metales pesados.
“Están causando daño sin haber iniciado la actividad”, aseguró el abogado demandante tras analizar el informe de la consultora, y agregó “que el ministerio de Minería de la provincia nunca difundió el estudio”.
Los análisis realizados por Knight Piésold de la vegetación en las vegas –el terreno bajo que puede ser inundado– localizadas en el río de Las Taguas, principal afluente del río Jáchal, muestran una “afectación severa de las plantas” y que eso “modifica sustancialmente las condiciones fisicoquímicas bajo las cuales se desarrolla la vega”. Sobre las aguas, el informe dice que “la acidificación se traduce en un aumento en la disponibilidad de algunos metales, cobre, hierro, manganeso, molibdeno y zinc”.
Pascua Lama es el primer proyecto minero binacional (argentino-chileno) del mundo. Emplazado a 4500 metros sobre el nivel del mar, del lado chileno está radicado en la comuna de Alto del Carmen en la Provincia de Huasco, mientras que en la Argentina se ubica en el departamento Iglesia en San Juan.
Como la mayor cantidad de mineral está del lado chileno (70 por ciento), el emprendimiento contemplaba trasladar lo extraído hasta el lado argentino para procesarlo. Para eso, se construyó un túnel de seis kilómetros de largo, que vincula ambos lados de la cordillera.
Pero en 2013 la justicia chilena paralizó las obras en ese país por la destrucción de glaciares (el Toro 1 y 2) y la contaminación de recursos hídricos.
Seguí explicó a PáginaI12 que del lado argentino “cuando abren el túnel se encuentran con que tienen que administrar un flujo de agua que drena e inunda permanentemente”. Esto era “obvio para nosotros que iba a pasar porque taladraron una zona periglaciar”, añadió.
“Por el drenaje continuo desarrollaron piletas de decantación, y tienen que calcificar (agregar cal) para bajarle el pH (medida de alcalinidad) al agua. Pero aún con las piletas y la cal no pudieron bajar el flujo de agua y esta contaminando el río Jáchal”, aseguró Seguí.
Ricardo Vargas, referente de la asamblea y demandante en la causa, explicó a este diario que “del túnel que tiene unos seis metros de diámetro, el agua cae por la paredes a razón de unos 79 litros por segundo, desde el año 2009. Sale la tierra color naranja y tiene un tratamiento, y ese barro es declarado residuo peligroso por la provincia de San Juan. Al agua se le echa cal porque el pH bajo quema la vida de los ríos, y desde desde 2009 gastan fortunas en echar cal al desagüe porque no lo pueden parar. Son cinco millones de litros de agua sumamente ácida por día, y ocurre porque rompieron un ambiente periglaciar que esta protegido por ley”.
“Es todo tan impune que el túnel se llama Marcelo, por Marcelo Ghiglione, el secretario de Control Minero de San Juan,al que echaron después del último derrame de cianuro, y las piletas llevan los nombres de sus hijas”, aseguró Vargas.
De acuerdo con Seguí, los datos de la consultora de la Barrick concuerdan con los últimos análisis de control de aguas en el río Las Taguas realizados en octubre y diciembre pasados la Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo), y que advertían por el aumento de metales pesados en los siete puntos en los que se recogen muestras. “Esos niveles serían explicables por estos derrames que están agregando metales”, estimó Seguí.
“Esta es la segunda cautelar que presentamos, la primera fue hace como tres años. En Chile, con mucho menos que lo que presentamos nosotros, el mismo tribunal, la Corte Suprema vecina, suspendió las obras por haber afectado un glaciar binacional. Y mientras nosotros pedimos el cierre definitivo, la empresa está pensando en reformular el emprendimiento con naturaleza nacional, lo que en caso de prosperar requeriría un nuevo análisis de impacto ambiental”, sostuvo el abogado.
En relación a la demanda sobre Pascua Lama que se tramita ante el máximo tribunal argentino, Vargas sostuvo que “el proceso viene siendo demorado desde hace años”, y remarcó que los jachalenses tienen puestas sus expectativas en la causa paralela sobre la violación a la ley de glaciares que lleva el juez Sebastián Casanello, quien tiene pendiente un dictamen.
Fuente: Página 12