El secretario de Trabajo, Julio Cordero, saldrá en apoyo de un proyecto del diputado Martín Tetaz para impulsar el “día Osvaldo”, una iniciativa que se presenta como apuntada a reducir la jornada pero que en realidad habilita la flexibilización y estiramiento del día de trabajo hasta doce horas.
Por Mariano Martín
El Gobierno propondrá una ampliación de la jornada laboral en una mesa de diálogo con el sindicalismo, tal como adelantó El Destape. Lo hará apalancado en un proyecto del diputado radical Martín Tetaz que cuenta con el visto bueno del secretario de Trabajo, Julio Cordero. Días atrás cuando este medio anticipó la iniciativa junto con otras reformas laborales bajo análisis, el actual ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger (ideólogo de la flexibilización de la jornada laboral que plasmó en el DNU 70/23), buscó desacreditar la información con un posteo en el que sólo apuntaba “falso” como respuesta en mayúsculas.
“Efectivamente a muchos en el Gobierno les parece muy interesante mi proyecto de explorar jornadas laborales alternativas”, afirmó Tetaz ante la consulta de El Destape tras haber recogido en el Ejecutivo la confirmación de un intento del oficialismo que quedará, por ahora, sujeto a un eventual guiño de la CGT. El responsable de sondear la iniciativa será el propio Cordero en los ámbitos de debate que habilitó desde la cartera laboral y que hasta ahora, sin embargo, tuvieron escasa repercusión en la central obrera.
El diputado aseguró incluso estar dispuesto a concurrir a un espacio de concertación con empresarios y sindicalistas: “Cordero me ofreció esa posibilidad y le dije que sí, que estábamos avanzando en la construcción de un dictamen de mayoría en la comisión y que si ese dictamen requería más conversación y se trababa había una posibilidad de aprovechar una mesa de diálogo con otros sectores”, ratificó.
El proyecto que entusiasma a Tetaz y a Cordero consiste en la adopción de un “régimen optativo de jornada laboral alternativa” no sujeto a las actuales limitaciones normativas que fijan un máximo de ocho horas de prestación diaria y 48 horas semanales. Para la prueba piloto bajo estudio se requerirá del consenso del sindicato correspondiente plasmado en un convenio colectivo y se prevé fijar un plazo de vigencia de las nuevas condiciones de tres a seis meses con la posibilidad de reversibilidad a la jornada preexistente en caso de no haber satisfacción de las partes al cabo de ese período.
El plan guarda similitudes con el artículo 79 del capítulo laboral del DNU 70/23, frenado por un amparo judicial, que habilitaba la constitución de bancos de horas o alteraciones en la extensión de la jornada en cada convenio con la sola limitación de un descanso mínimo de 12 horas entre un día de trabajo y el siguiente. El proyecto de Tetaz es más ambicioso: “no pone límites porque hay un montón de convenios que tienen más de doce horas de trabajo por jornada, como el del Servicio Penitenciario, donde se cubren 24 por 72, o en las guardias médicas, con servicios de 24 horas seguidas”, explicó.
Tanto el legislador radical como el secretario de Trabajo presentan la idea como un esquema de “reducción de la jornada laboral” y en el caso de Tetaz hasta bautizó su proyecto como “del día Osvaldo”, en alusión a una publicidad que proponía agregarle al fin de semana un día con ese nombre. La contrapartida es la extensión -para el diputado, sin límites, para el funcionario, no más de 12 horas diarias- de la jornada de trabajo sin el pago de horas extra para compensar el o los días menos de prestación de tareas.
“El proyecto tiene varias ventajas. Les permite a las partes explorar jornadas laborales alternativas, fijar cuatro días de trabajo y tres de descanso o reducirlas a cambio de un compromiso de productividad. Creamos el instituto de la prueba durante tres a seis meses con un cambio en las reglas de juego. Si funciona para ambas partes, se mantiene; si no, reversibilidad”, precisó Tetaz. El diputado agregó que impulsará también “un nuevo dictamen que permite mayor flexibilidad para trabajos a tiempo parcial, como los ‘minijobs’ de Alemania que permiten mejorar la inserción laboral de las madres o para quienes no quieren trabajar a jornada completa”.
La propuesta del legislador plantea que la jornada laboral alternativa “tendrá una duración máxima de cuarenta y ocho horas semanales” que “cada sector en función de las características de la actividad definirá cómo distribuirlas, pudiendo existir jornadas diarias más largas durante menos días de la semana o bien jornadas más cortas durante mas días de la semana”. Para instrumentarla, el proyecto habilita saltearse los artículos 1 y 2 de la ley 11.544 de jornada laboral que establecen una duración máxima diaria de 8 horas y de 48 horas por semana con excepciones como el trabajo agrícola, ganadero y de personal de casas de familia.
Fuente: El Destape – 15 de agosto, 2024 |