Representantes de más de 100 países que participan este martes de la COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, llegaron a un acuerdo para la próxima década que consiste en frenar y revertir la deforestación así como reducir un 30% las emisiones de metano, uno de los gases que provocan el calentamiento global.
La Cumbre sobre Cambio Climático COP26 se desarrolla en la ciudad escocesa de Glasgow, en el Reino Unido, y cuenta con la participación de casi 200 líderes mundiales, entre ellos el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden; el mandatario francés, Emanuel Macron; el jefe de Estado argentino, Alberto Fernández; la principal ministra de Escocia, Nicola Sturgeon; y el primer ministro de Italia, Mario Draghi, entre otras.
Entre las ausencias más importantes se destacan las de los presidentes de China, Xi Jinping; Rusia, Vladimir Putin; Brasil, Jair Bolsonaro, y el papa Francisco.
Un freno a la deforestación
Este martes, los líderes de más de 100 países que albergan el 85% de los bosques del mundo acordaron, como primer gran logro de la COP26, frenar y revertir la deforestación en esta década.
Según se describe en el plan que buscará poner un freno a la deforestación, adelantado en la noche del lunes por el Gobierno británico y confirmado este martes ante la cumbre climática por el primer ministro Boris Johnson, los bosques y selvas absorben casi un tercio del dióxido de carbono global emitido por la quema de combustibles fósiles.
El problema es que cada minuto se pierde una superficie forestal equivalente a 27 canchas de fútbol. En ese sentido, se advirtió que el 23% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono proceden de actividades como la tala, la deforestación y la agricultura, mientras que 1.600 millones de personas –casi 25% de la población mundial– dependen de los bosques para su subsistencia.
“Estos grandes ecosistemas abundantes, son los pulmones de nuestro planeta y esenciales para nuestra propia supervivencia”, apuntó Boris Johnson, quien definió lo acordado como un pacto “histórico” y una “oportunidad sin comparación” para crear puestos de trabajo. “Con las promesas sin precedentes de hoy, tendremos la oportunidad de poner fin a la larga historia de la humanidad como conquistadora de la naturaleza y, en cambio, convertirnos en su custodio”, agregó.
Quiénes lo firmaron
Entre las naciones que forman parte del acuerdo se destacan Estados Unidos, Canadá, Rusia, Colombia, Indonesia y la República Democrática del Congo. Todos ellos se comprometerán con 12.000 millones de dólares de fondos públicos para proteger y restaurar los bosques, junto con 7.200 millones de dólares de inversión privada.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que su país aportará a la iniciativa 9.000 millones de dólares, a fin de “conservar y restaurar nuestros bosques”. Además de proteger sus propios bosques y los del mundo, Estados Unidos también desplegará esfuerzos por “motivar a Gobiernos, a propietarios de tierras y a las demás partes interesadas a priorizar la conservación”, según el mandatario demócrata.
Por su parte, el presidente de Colombia, Iván Duque, dijo que su país no solo participará de la iniciativa sino que, además, declarará el próximo año el 30% de su territorio como área protegida. En Colombia “no vamos a esperar hasta 2030, sino que hoy nos comprometemos a proteger el 30% de nuestro territorio como área protegida en 2022, porque tenemos que actuar ahora”, afirmó.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Brasil, Jair Bolsonaro, que no asistieron a la COP26, expresaron su respaldo al acuerdo de deforestación en videos pregrabados. “Nuestro país tiene cerca del 20% de las tierras forestales del mundo. Hemos adoptado las medidas más fuertes y vigorosas para conservarlas”, dijo Putin en su video, y recordó que Rusia se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono en 2060.
Bolsonaro, que ha sido acusado de permitir una enorme pérdida de la selva amazónica durante su mandato, urgió a todos los países “a defender todos los bosques, comprometiendo los recursos adecuados, para el beneficio de todos”. Su participación generó reacciones diversas: mientras algunos la consideraron positiva, aunque advirtieron que un acuerdo previo de 2014 no logró detener la deforestación en absoluto y que es imperioso cumplir con los compromisos, otros –entre ellos Greenpeace — denunciaron el anuncio como una “luz verde para otra década de destrucción forestal”.
Reducir las emisiones de metano
Este martes, la Unión Europea y Estados Unidos impulsaron en la COP26 una alianza para reducir esta década un 30% las emisiones de metano (CH4), un potente gas de efecto invernadero menos conocido que el dióxido de carbono.
Según los promotores de la propuesta, cumplir ese objetivo permitiría limitar el aumento de las temperaturas en 0,2 ºC para 2050 y evitar 200.000 muertes prematuras, cientos de miles de ingresos hospitalarios de emergencia por asma y la pérdida de 20 millones de toneladas de cosechas al año.
“En torno al 30% del calentamiento global desde la Revolución Industrial se debe a las emisiones de metano”, pero “es uno de los gases que podemos cortar más rápido. Y haciéndolo se ralentizará inmediatamente el cambio climático”, explicó en la presentación de la iniciativa la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El metano proviene principalmente de los vertederos, del sector ganadero y del sector energético: es este último sector, afirmó la funcionaria, el que presenta “sin dudas más potencial de reducción”.
Este gas es hasta “80 veces más destructivo que el CO2 y es totalmente responsable de 0,5 grados del calentamiento de 1,1 ºC que tenemos hoy”, dijo, a su turno, el enviado especial de Estados Unidos contra el cambio climático, John Kerry.
Joe Biden, por su parte, advirtió que “alrededor de la mitad del calor que experimentamos” proviene de las emisiones de metano. El presidente estadounidense recordó que cuando se anunció la iniciativa el pasado septiembre solo la UE y nueve países se habían sumado a ella, mientras que ahora son más de 100 los que manifestaron su apoyo –que representan alrededor del 70% de las emisiones de ese gas–, entre ellos Colombia, Togo, Vietnam, Brasil, Canadá, Ecuador, Micronesia, Chile, Indonesia y Marruecos. No adhirieron, en cambio, los tres grandes emisores, Rusia, la India y China.
“Lo que hagamos entre ahora y 2030 va a tener un impacto significativo en que podamos o no cumplir nuestros compromisos a largo plazo”, planteó Biden, quien confió en que se pueda ir “más allá” de esa reducción esperada del 30% de las emisiones de CH4, que Estados Unidos tratará de reducir en su sector agrícola y en sus gasoductos.
El pacto busca no solo reducir la cantidad de metano que se libera a la atmósfera, sino también desarrollar “mejores metodologías de inventario disponibles para cuantificar las emisiones de metano”.