Insólitamente, desde la izquierda trotsista argentina se plegaron a la movida anticubana junto a figuras como Piñeira, Vargas Llosa y Macri. ¿Son lo mismo?
Por Juan Carlos Venturini para agenciapacourondo.com.ar
Luego de la derrota catastrófica del imperialismo en la reciente votación de la ONU (184 contra 2, EE.UU. e Israel) contra el criminal bloqueo de EE.UU. a la Cuba revolucionaria, el gobierno de Joe Biden contragolpea armando una gran provocación contra la isla. En aquella votación EE.UU ni siquiera pudo lograr el voto de aliados incondicionales, de ultraderecha, como Ucrania y Brasil, que se abstuvieron.
Como lo ha denunciado el gobierno de Díaz Canel, las agencias de seguridad de EE,UU., con asiento sobre todo en Miami, y utilizando el control de las redes sociales que inundan todo el territorio, convocaron a varias movilizaciones que, de todas maneras, no reunieron más que a varios centenares de personas. Los portales más destacados fueron “SOS Cuba” y “Patria y Vida” (que intenta remedar al histórico “Patria o Muerte, Venceremos”, de la Revolución Cubana).
Las sanciones y prohibiciones, incrementadas por Donald Trump, fueron continuadas por Biden, agravando las consecuencias del bloqueo económico, que ya se extiende por más de sesenta años. Además, las restricciones a la actividad económica, por la pandemia, que afectan a todos los países, en Cuba afectan al turismo, su principal fuente de divisas.
Es este incremento de las penurias, la que es aprovechada por las agencias imperialistas para promover la oposición al gobierno y la desestabilización política. Por eso, desde todas las usinas mediáticas de la derecha mundial, se lanzó una campaña por una “ayuda humanitaria” sobre Cuba, que no es más que un tapadero de una intervensión militar. No es casual que Macri se haya plegado de inmediato a esta campaña. Y que Clarín y La Nación se hayan pronunciado, puntualmente, contra el gobierno de Alberto por no sumarse. Tanto los gobiernos argentino como mejicano, correctamente, contestaron que, si interesa tanto el sufrimiento del pueblo cubano, que se levante de inmediato el bloqueo.
El extremista alcalde republicano de Miami, el cubano norteamericano Francis Suarez, no descartó el bombardeo de la isla, en defensa de la “libertad”. Pero por ahora lo que se impuso es la “guerra híbrida”, a traves de miles de mensajes lanzados por las redes de internet, llamando a la insurrección. Las computadoras y celulares, son las novísimas armas de guerra de la agresión imperialista.
Según el analista español, especialista en redes sociales, Julián Macías Tovar, la campaña partió de dos cuentas de Twitter. Una operó desde Miami y la otra desde Buenos Aires. Son la de un activista cubano llamado Yusnabi y la del argentino Agustín Antonetti, capaces de lanzar numerosos tuits a granel por segundos. Este último fue denunciado por el gobierno cubano… Integra la Fundación Libertad, un think tank de la derecha argentina, con sede en Rosario, y anfitriona de Mauricio Macri, Sebastián Piñera y Mario Vargas Llosa en una entrevista muy publicitada de 2018. (Información de Pagina 12 y de El cohete a la luna).
La movilización “contra” fue respondida con una multitudinaria manifestación sobre el malecón de La Habana, convocada por el gobierno cubano. En los días previos, concentraciones de organizaciones y militantes defensores de la Revolución Cubana, se produjeron en toda América Latina, incluyendo la realizada en Buenos Aires, frente a la Embajada de Cuba.
Quienes estuvieron ausente de toda solidaridad con Cuba fueron los trotskistas argentinos. No sólo eso, en realidad, encubrieron a la provocación yanki.
En una nota firmada por Alejando Bodart y Vicente Gaynor, del portal del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores – integrante del FIT – U) se llegó a afirmar: “Es falso que sea el imperialismo el impulsor de la masiva y extendida movilización que estamos presenciando. Es el hartazgo auténtico y espontáneo del pueblo trabajador cubano contra la opresión burocrática y la bronca contra el ajuste que viene aplicando el régimen lo que provocó este levantamiento de características históricas. El bloqueo que sostiene Estados Unidos contra Cuba desde hace décadas juega un rol muy importante en las penurias que se viven en la isla. Pero ha sido la política de restauración capitalista y el ajuste salvaje del propio régimen durante los últimos años el que ha deteriorado de tal forma las condiciones de vida que esta se ha vuelto insoportable para la mayoría de la población” . (Las negritas son nuestras).
Por otra parte, el dirigente Jorge Altamira, recientemente expulsado del Partido Obrero, del que fuera fundador, expresó refiriéndose a las dos tendencias en pugna: “El gobierno y el partido comunista de Cuba, son abiertamente restauracionistas – así lo han puesto en la nueva Constitución. La otra es el gusanismo cubano, con gran influencia en el Senado y la política de Estados Unidos. Con las contradicciones del caso, incluidos choques violentos, la burocracia, de un lado, y los agentes directos del imperialismo, del otro, representan una tendencia hacia el capitalismo. La crisis, amplificada por la burocracia, acentúa la presión que encarna la ‘prosperidad’ de la potencia imperialista sobre una isla corroída por todas las carencias”. (J. Altamira, Política Obrera, 13 – 7 – 2021, las negritas son nuestras).
Es decir que, aunque no se niega la influencia del bloqueo, se hace responsable fundamental de las penurias del pueblo al gobierno cubano y no al imperialismo. Bodart, directamente afirma que es falso que el imperialismo esté detrás de la provocación, a pesar de todas las evidencias. Por otra parte, sobre todo Altamira, se caracteriza a ambos contendientes (EE,UU y gobierno cubano) como restauracionistas del capitalismo, aún cuando puedan tener “choques violentos”, lo que no puede aludir a otra cosa que a una invasión militar a la isla.
El razonamiento recuerda a la manera en cómo se sitúa el FIT-U frente al gobierno de Alberto y Cristina. Tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio, para los dirigentes troskistas, son, igualmente, dos frentes de colaboración con el imperialismo. Pero esta caracterización no hace más que embellecer a la reacción. Como la posición que adoptan ahora, sobre Cuba, no hace más que encubrir a la agresión imperialista.
Muchos amigos del FIT-U se ofenden cuando les advertimos que le hacen el juego a la derecha. Pero los hechos cantan. Los llamamos a la reflexión, y a abandonar esta grave claudicación. Cualquiera sean las críticas que se puedan tener contra el gobierno cubano, cuando son el imperialismo y la derecha internacional los que lo atacan, hay que defenderlo. Cualquiera que sean las diferencias que se tengan con Cristina, hay que defenderla contra los embates de la mafia judicial-mediática, y de las “fuerzas de tareas” de los fondos buitres. Intentar una equidistancia imposible es favorecer a la reacción.