El dólar mantuvo este jueves su tendencia al alza y profundiza la devaluación que comenzó pocos días despues de la asunción de Mauricio Macri en la presidencia. ¿Qué sectores ganan y cuáles pierden con la devaluación?
Desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada la devaluación del peso pegó dos grandes saltos, el primero a los pocos días de su asunción y el segundo se viene consolidando desde la semana pasada. Desde aquel 10 de diciembre de 2015 a este jueves el peso ya se depreció un 78,07% frente al dólar.
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En los últimos dos meses el dólar pasó de 15,64 pesos a la cotización de este jueves, 17,38 pesos, es decir que se de devaluó un 11,12% en apenas unas semanas. Esta devaluación por goteo avalada por el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, que eligió no intervenir para contener la escalada amplía la ya profunda brecha entre ganadores y perdedores que está dejando el modelo económico impuesto desde el inicio del gobierno de Cambiemos.
Una vez más los sectores exportadores, en especial el campo, se beneficia de esta nueva devaluación. El agro comenzó hace ya varios meses a acopiar grano a la espera de una mayor devaluación y evita liquidar sus stocks. Esta nueva escalada del dólar, de confirmarse en las próximas semanas, podría incentivarlos a liquidarlos.
Entre los ganadores también se encuentran los bancos que están posicionados en dólares y pueden así asumir sus compromisos en pesos con una menor cantidad de recursos. El turismo receptivo también gana ya que se vuelve más competitivo y por el contrario perderá Chile que, con cada centavo que se devalúe el peso se volverá un centavo menos atractivo para los consumidores argentinos.
En la vereda de enfrente por el contrario se encuentran los trabajadores asalariados y las pymes. Es que la devaluación siempre tiene su correlato, en mayor o menor medida, en los precios. Por eso de trasladarse la depreciación del peso a precios impactará una vez más en el más que golpeado poder adquisitivo del salario. El consumo, que no deja de caer desde fines de 2015 se volverá a resentir y el 80% de las pymes, que viven casi exclusivamente del mercado interno, deberán enfrentar un nuevo sacudón.
Así, es de esperar que una profundización de la devaluación tenga su correlato en el poder adquisitivo del salario, el consumo, la producción y el empleo.
El año comenzó con un dólar planchado que osciló por encima de 15 pesos y pocas veces superando los 16 pesos. Así se comportó hasta que el impacto del escándalo de corrupción que envuelve al presidente de Brasil Michel Temer instaló la divisa definitivamente por arriba de los 16 pesos. La espiralización comenzó con ese golpe de Brasil a los mercados a mediados de mayo y a partir de allí no paró. Luego hubo otros sucesos que sumaron al incremento: la negativa del MSCI a considerar a Argentina un “mercado emergente” y la incertidumbre política derivada del período preelecciones.
FUENTE: MINUTO UNO