En medio de un fuerte operativo de seguridad, Lombardi y Rodolfo Pousá respondían, al cierre de esta edición, los cuestionamientos de los diputados de la oposición por los 357 despidos en la agencia oficial de noticias.
Por Miguel Jorquera para Página 12
En medio de un estricto operativo de seguridad, finalmente el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, y el presidente de Télam, Rodolfo Pousá, se presentaron a rendir cuentas ante la Cámara de Diputados por los 357 trabajadores despedidos en la agencia oficial de noticias. Pero ante los diputados, Lombardi y Pousá ratificaron la decisión de los despidos en cuestiones “profesionales y económicas”, además de cargar las culpas sobre la anterior gestión. Diputados opositores demostraron que el principal argumento de los funcionarios de Cambiemos fue la “persecución ideológica, política y gremial”, que llevarán las denuncias ante la relatoría de libertad de Expresión de la Naciones Unidas y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Además de denunciar el desguace de la agencia estatal de noticias para favorecer a los medios de comunicación concentrados y reclamar la reincorporación de los despedidos. Pero Lombardi y Pousá afirmaron que se someterán a la “acción que el Ministerio de Trabajo propicie”, al que los diputados señalaron como “cómplice” de los despidos para favorecer solo a los empresarios.
Al cierre de esta edición, las intervenciones y los cuestionamientos de diputados opositores a los funcionarios continuaban. Pousá y Lombardi, en ese orden, abrieron la reunión de la comisión de Legislación del Trabajo que preside el peronista pampeano Jorge Ziliotto, leyendo sus discursos para justificar los despidos. Lombardi afirmó que los despidos son “una consecuencia lamentable pero imprescindible” y justificó la medida en cuestiones económicas, la supuesta “improductividad” de las corresponsalías cerradas del interior del país, en la “falta de profesionalismo” de los periodistas despedidos y sindicalización de los trabajadores que adhirieron a medidas de fuerza de centrales sindicales. Además de definir la gestión durante el kirchnerismo como “una agencia de propaganda”.
“Télam pasó de ser de una usina de periodismo a un espacio de militancia partidaria, cuando no de operaciones políticas o privilegios individuales”, afirmó Lombardi. Pousá siguió subordinado a la misma línea oficial. Los diputados de Cambiemos presentes, los aplaudieron.
A la hora de las primeras preguntas de los diputados, en tandas de a tres, comenzaron los duros cuestionamientos a los funcionarios macristas. Leopoldo Moreau (UC) como presidente de la comisión de Libertad de Expresión, repasó los dichos públicos de Lombardi y Pousá para justificar los despidos y lo que expusieron ante los diputados para concluir que “las afirmaciones impunes sobre eficientismo también revelan la persecución de naturaleza ideológica y gremial”, recordó que tener una ideología o actividad gremial “no constituyen delito” y que recurrirán a la ONU y la CIDH que “seguramente condenarán” al Estado argentino. Moreau también pidió que Pousá aclare el juicio que le hizo a Télam tras su despido en 2001 y solicitó que se abra una mesa de diálogo para buscar una solución. Por último cuestionó el “profesionalismo” que argumentaron los funcionarios al leer el cable de Télam que le gestión macrista emitió al empezar su gestión “sobre el paseo de mascota presidencial (el perro Balcarce) por la casa de Gobierno”. El recuerdo desató la sonrisa de diputados y hasta los propios trabajadores despedidos que estaban presentes en el anexo de la Cámara baja.
Lombardi negó la persecución política y gremial. Pousá aclaró que se fue de Télam durante el gobierno de la Alianza y que fue contratado para conducir el noticiero central de Canal 7, de “donde me despidieron sin causa”, afirmó. Los trabajadores despedidos no pudieron callar sus comentarios.
El macrista Eduardo Amadeo salió al salvataje de los funcionarios. Extrajo una serie de dibujos realizados por la anterior administración de Télam, en la que se mostraban logros de los presidentes Néstor y Cristina Kirchner, para afirmar que se trataba de “una agencia de propaganda”. Amadeo también preguntó porque no “presentaron un procedimiento preventivo de crisis” para ahorrar indemnizaciones y por qué no se realizaron despidos “con causa”. Ni Lombardi ni Pousá respondieron.
Tampoco a la pregunta del massista Facundo Moyano, sobre por qué no acudieron al Ministerio de Trabajo para una conciliación obligatoria y no abandonar como hicieron los funcionarios macristas la actividad de Télam. Aunque Moyano coincidió con definición que los funcionarios hicieron sobre la administración kichnerista, se refirió al caso de un trabajador despedido afiliado radical que nunca se plegó a un paro durante la gestión de Cambiemos. Lombardi agradeció la “sinceridad” de Moyano para afirmar que los despidos “no fueron por persecución ideológica ni gremial”.