Escandalosa intervención del Gobierno sobre la paritaria de Comercio
La Casa Rosada vuelve a presionar fuerte para bajarles el sueldo a los mercantiles, en un intento de digitar todas las paritarias para evitar que se dispare la inflación. El gremio y las patronales, en guerra.
Por Leandro Renou
Capitulando en su discurso de que la inflación es un fenómeno sólo monetario, el gobierno de Javier Milei primero pisó el precio del dólar quemando reservas y ahora entró en una dinámica peligrosa de intervenir en paritarias para que no haya aumentos superiores al 1 por ciento que recaliente el IPC. El caso testigo de la iniciativa es el zafarrancho que generaron el tándem Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, en la mesa salarial más grande de la actividad privada: los empleados de Comercio, con 1,2 millones de trabajadores afectados que hoy no pueden cobrar su aumento en una actividad de salarios muy bajos y por decisión exclusiva del gobierno libertario. Una intervención que, además, intenta domesticar no sólo a esa actividad, sino al resto de los gremios y, sobre todo, a los empresarios, en medio de la evidencia de que la plata cada vez alcanza para menos.
En las últimas horas, con un acuerdo ya cerrado hace más de dos semanas y una suba superior al 5,4 por ciento, el Gobierno convocó por segunda vez a la Federación de Empleados de Comercio (Faecys) y a la Cámara de Comercio (CAC) para que tumben ese porcentaje y acuerden un aumento menor. Eso, que ya había sido rechazado por las partes la semana pasada, detonó el nexo entre el gremio y los privados y dejó al Gobierno expuesto interveniendo de manera directa en un acuerdo entre privados. Justo cuando, en campaña, el Presidente había garantizado paritarias libres.
Este lunes, en medio de una confusión pocas veces vista, la Faecys, con Armando Cavallieri al frente, aseguró que las empresas van a pagar los aumentos. Por medio de un comunicado precisaron que “gracias a su diálogo responsable con las cámaras empresarias del sector (CAC, CAME y UDECA), y en reconocimiento a la validez del acuerdo firmado paritario firmado, correspondiente al trimestre abril-junio, los supermercados y comercios se comprometieron a abonar durante la corriente semana los incrementos salariales previstos”.
El problema es que esas cámaras son una parte. Fuentes del sector supermercadista, la otra parte clave, dijeron a Página I12 que “a fin de tomar en consideración a nuestros trabajadores se pagará un adelanto de sueldo que no implica reconocer la paritaria que el gobierno ha llamado a renegociar”. Es decir, el sector que tiene -sumando a los mayoristas y los hipermercados- a un tercio de los trabajadores totales, se niega a pagar no porque el acuerdo no esté firmado, sino porque el Gobierno de Milei no lo homologa, es decir, no lo aprueba.
Adelantos y un gremio alerta
Naturalmente, la tensión que generó la intervención del oficialismo puso al gremio en alerta y con amenazas de asambleas en los lugares de trabajo, lo que llevó a los comercios más grandes a aceptar dar adelantos. Lo curioso es que es tan grave la apuesta del Gobierno que hasta lograron que los privados hagan oídos sordos, sin hacer nada ilegal, a una cláusula que debía garantizar el pago.
El artículo 10 especifica que “(…) para el caso de estar pendiente la homologación del acuerdo y se produzcan vencimientos de los plazos pactados para el pago de los incrementos en la forma escalonada prevista, los empleadores abonarán las sumas devengadas con la mención “Pago anticipado a cuenta del Acuerdo Colectivo Abril 2025”, el que quedará reemplazado y compensado por los rubros correspondientes una vez homologado el acuerdo”.
El conflicto que inquieta al Gobierno es que Milei le pidió a Caputo que no haya subas mensuales de salarios mayores al 1 por ciento. Y este acuerdo de Comercio, que es grande, no sólo lo sobrepasa sino que, cuando se pague, los comercios lo trasladarán a precios. Un breve resumen refleja que el pacto de los mercantiles tiene un aumento de 1,9 por ciento en abril, más suma fija de 35 mil pesos; suba de 1,8 en mayo, con suma fija de 40 mil pesos; y aumentos del 1,7 por ciento más suma fija de 40 mil pesos en junio. Esos montos se pagan como no remunerativos y se incorporan a los básicos de manera escalonada desde julio próximo.
Caputo armó una interna empresaria
Vale decir que, una vez aplicada la suba que el Gobierno no quiere aprobar, el sueldo básico de los empleados de comercio ascendería a algo más de 1,2 millones de pesos. Es decir, la foto de un rubro que está por debajo de la media de los sueldos de privados y que no alcanza a pagar la canasta de pobreza que mide el INDEC.
Otro punto interesante de esta pulseada que el Gobierno busca forzar es que generó una interna entre los que firmaron el acuerdo y los supermercados y mayoristas, que son los mayores pagadores. La rúbrica más importante del lado privado la estampó Natalio Mario Grinnman, el presidente de la CAC y uno de los ceos más militantes de los libertarios. En las últimas horas recibió fuertes críticas de funcionarios nacionales, que le observan que no podía firmar algo con lo cual los grandes supermercados y mayoristas no estaban de acuerdo con abonar. Hoy la foto es que CAC quiere pagar, pero en el resto está dificil.
El asunto es que viendo el desempeño de la inflación en los primeros meses del año en base al IPC CABA (que ya midió abril), el número supera al 11 por ciento. Es decir, aún contando las sumas fijas, el acuerdo de comercio queda por debajo de los precios. Pero para el Gobierno no es suficiente: si firma una paritaria de ese estilo, en la Rosada saben que habilitan acuerdos por ese monto, con el riesgo seguro de que se vayan a precios.
Fuente: Página/12 – 13 de mayo de 2025 –