Por Claudio Lozano
La entrega de 166.000 km cuadrados más de Mar Austral al Reino Unido y la OTAN, la decisión de ceder a Montevideo la posibilidad de ser el único modo de salida al Atlántico desde la vía troncal del Paraná, la decisión de cederle a los Estados Unidos el control de la mal llamada Hidrovía y la reciente, canallesca y payasesca actitud de recibir a la Generala Laura Richardson en Tierra del Fuego para desarrollar la Base Naval Integrada con Estados Unidos, son las claves que expresan la decisión gubernamental de avanzar en un proceso de disolución nacional.
A diferencia de los fascismos o neonazismos en Europa, donde el autoritarismo se asocia con la reivindicación de la cuestión nacional y el fortalecimiento del Estado, el componente anarco de @JMilei remite a la disolución nacional y la definitiva fragmentación de la Argentina.
Fragmentar al extremo la Argentina para consolidar paraísos extractivistas con el litio en el norte, la soja en el centro, los hidrocarburos en el Sur y la megaminería en la Cordillera de los Andes y la definitiva renuncia de nuestro país a todo tipo de injerencia sobre Malvinas, el Atlántico Sur y el continente Antártico, es el anhelo imperial que Milei pretende concretar.
No hay diálogo posible con esta orientación
Voltear el DNU 70/23 y generar las condiciones políticas que hagan posible terminar con este rumbo, son las tareas políticas principales de este tiempo.