La norma representa un nuevo avance en la ampliación de derechos en el país. Hubo 55 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones. Euforia en las organizaciones de la diversidad.
Por Santiago Brunetto para Página 12
El cupo laboral travesti-trans ya es ley en Argentina. Por amplia mayoría, el Senado de la Nación aprobó la norma, una de las más urgentes demandas del colectivo travesti- trans, que lleva el nombre de dos de sus históricas referentes: Diana Sacayán y Lohana Berkins. Fuera y dentro del recinto, militantes del colectivo travesti trans celebraron con emoción el nuevo avance en la ampliación de derechos en el país. La ley estipula que el Estado nacional deberá garantizar un mínimo del 1 por ciento de su planta laboral para personas travestis, transexuales y transgénero. Además, tendrá que cumplir una serie de obligaciones de “no discriminación” en el acceso a los puestos de trabajo y habrá incentivos económicos para contrataciones en el sector privado.
A las 18.30 de este jueves llegó a su fin el tratamiento en el Senado de la “Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero ‘Diana Sacayán – Lohana Berkins'”. Tras la media sanción de Diputados y los años de lucha de las organizaciones militantes, el tablero de la Cámara Alta marcó 55 votos a favor, 1 en contra y seis abstenciones, y la norma quedó sancionada.
El debate comenzó a las 16, cuando tomó la palabra Norma Durango, presidenta de la Comisión Banca de la Mujer y miembro informante del proyecto: “Tenemos la oportunidad como legisladores y legisladoras de revertir una realidad de discriminación y violencia a la que se ha sometido a las personas travestis, transexuales y transgénero”, expresó. La senadora del Frente de Todos (FdT) por La Pampa agregó: “Sancionar esta ley es reconocer la ciudadanía de esta población y quitarla de los márgenes de la discriminación”.
Antes del inicio de la sesión, cerca del mediodía, las organizaciones nucleadas en la Campaña Nacional por el Cupo y la Inclusión Travesti Trans realizaron un pañuelazo frente al Congreso para exigir la sanción. “Hoy empezamos a escribir otro capítulo de nuestra historia, la de una Argentina más igualitaria. Nuestro colectivo va a poder acceder al trabajo formal. Esto va a repercutir en lo individual y lo colectivo”, expresó en los pasillos del recinto, una vez aprobada la norma, Claudia Vásquez Haro, presidenta de Otrans Argentina y de la Convocatoria Federal Trans y Travesti Argentina.
“Nos llena de emoción que la ley sea aprobada. Es un reconocimiento a una lucha histórica y a que nuestras vidas valen, que tenemos derecho a una ciudadanía plena, a elegir nuestros proyectos de vida y a desarrollarlos libremente”, dijo a Página 12 Thiago Galván, vicepresidente de la Liga LGBTIQ+ de las Provincias. Por su parte, Marcela Tobaldi, integrante del Frente Orgullo y Lucha, subrayó que “la sanción de la ley viene a revertir la condena estatal y social, después de tantos años de militar este proyecto, hoy podemos no solo soñarlo sino comenzar a abrazarlo como un cambio concreto”.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del cuerpo legislativo, celebró la sanción de la ley a través de su cuenta de Twitter: “Esta ley es el resultado de una lucha muy larga y todavía queda mucho por avanzar. Siempre por más derechos y más igualdad”, publicó.
Además de militantes del colectivo, que celebraron la sanción al grito de “al calabozo no volvemos nunca más”, por los balcones del recinto pasaron funcionaries nacionales, como Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación. También dijeron presente algunos de los diputados y diputadas que impulsaron el proyecto en la Cámara Baja. “Estamos construyendo un futuro de amor, igualdad y libertad para las infancias trans de todo el país”, señaló la diputada del FdT, Gabriela Estévez, autora del proyecto impulsado por la Campaña.
En concreto, la norma aprobada estipula, entre otros puntos, que el Estado nacional “comprendiendo los tres poderes que lo integran, los Ministerios Públicos, los organismos descentralizados o autárquicos, los entes públicos no estatales, las empresas y sociedades del Estado” tiene que destinar un mínimo del uno por ciento de su personal para personas travestis, transexuales y transgénero.
El proyecto recoge el antecedente del decreto firmado en septiembre del año pasado por el presidente Alberto Fernández, que había establecido que el sector público nacional debía destinar el 1 por ciento de su planta a travestis y trans. Ahora, la medida tiene fuerza de Ley Nacional y podrán adherir los estados provinciales, algunos de las cuales ya cuentan con leyes similares.
Amplia mayoría
Como los números lo reflejan, tanto la votación en el Senado como en Diputados –207 votos a favor y solo 11 en contra– dieron cuenta de un amplio consenso en el acompañamiento del proyecto. “Estamos discutiendo algo más que el cupo, estamos discutiendo si este colectivo va a empezar a tener los derechos humanos que como ciudadanos les corresponden”, marcó el camino Durango en la primera intervención.
La siguió Gladys González, senadora del Pro, que indicó que “tenemos que hacernos cargo y reparar lo que hicimos mal como sociedad y como Estado. Tal vez algunos piensen que no es el momento de sancionar esta ley, pero ¿cuándo fue el momento? ¿Cuánta más violencia y sufrimiento tienen que atravesar las personas travestis y trans?”. También Luis Naidenoff, presidente del bloque de la UCR, acompañó el proyecto. Ernesto Martínez, senador cordobés por el Pro, fue el único que votó en contra de la ley, pero no tomó la palabra durante la sesión.
En tanto, Silvia Sapag (FdT), que comenzó su discurso recordando a Lohana Berkins y Diana Sacayán, utilizó su tiempo para defender el artículo 7 de la ley, que establece que para el acceso a los puestos laborales no podrán ser considerados los antecedentes contravencionales de la persona postulante ni los antecedentes penales “que resulten irrelevantes”. Durante la sesión, el senador Pablo Blanco, de Juntos por el Cambio, repitió el pedido que su bloque había realizado en el tratamiento en comisiones: que ese artículo sea modificado en la reglamentación final del Ejecutivo.
“Es la marginalidad a la que se encuentra sometida esta población la que la relega a estas situaciones. Han sufrido la forma más extendida de violencia institucional amparada en códigos contravencionales y de faltas, que fueron la principal herramienta de control y persecución”, advirtió Sapag, senadora por Neuquén. “Objetar este artículo es desconocer que desde el Estado se les ha empujado a la calle, a la clandestinidad o a la cárcel como únicos destinos posibles de su existencia. Este artículo está para comenzar a pedir perdón como Estado”, agregó.
La senadora Lucila Crexell, en tanto, recordó que la mayor parte de las personas travestis y trans “vive en condiciones de extrema pobreza, condiciones de miseria, con un acceso muy precario al ejercicio de sus derechos”, y remarcó que “el 88 por ciento nunca accedió al mercado formal de trabajo”. Desde la Campaña remarcaron que “el colectivo travesti trans tiene una expectativa de vida de entre 35 y 40 años de edad en nuestro país, como consecuencia de la vulneración sistemática de sus derechos fundamentales, comenzando por su exclusión estructural del mercado laboral formal”.
En este sentido, la senadora por Tierra del Fuego (Fdt), María Eugenia Duré, mencionó en su intervención una frase dicha por Lohana Berkins en una entrevista con Eduardo Aliverti: “El empleo es nuestro problema, entendido como el gran organizador de la vida de las personas, y es el gran paso que tenemos como desafío, porque es el trabajo el que nos cambia la vida y porque además tenemos que ser sujetas de ese cambio revolucionario”, citó.
También la palabra de Diana Sacayán estuvo presente en el recinto, a través del discurso de Durango: “Cuando yo me vaya sé que en algunas cuantas conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la resistencia trava, sudaca, originaria”, citó Durango, quien cerró su discurso “por Diana, por Lohana y por Tehuel, que desapareció buscando trabajo”.