Entre uno de sus tantos actos en tiempos de campaña electoral, el ahora presidente de la Nación había firmado un “compromiso por la educación”; luego, siendo ya presidente en funciones, desplegó un conjunto de medidas de ataque a la escuela pública, que afectaron directamente el derecho a la educación.

Entre las primeras definiciones en el campo educativo, podemos observar la predisposición de este gobierno a permitir la injerencia del sector privado en la definición de la política educativa. Fue muy evidente, en este sentido, cómo desde la Secretaría de Educación se “adoptó” el plan de alfabetización que las ONGs, empresas privadas y fundaciones se habían encargado de promover desde fines del año 2023, ante la supuesta “epidemia de analfabetismo”.

Lo educativo, evidentemente, no forma parte de las prioridades del gobierno “liberal-libertario”. Incluso en los hechos, parece que les tuvieron que “soplar al oído” que la educación no había sido considerada en el texto del deslucido Pacto de Mayo, y tuvieron que enmendar, “presurosos”, tan inexcusable omisión. Un pacto, como sabemos, de neto corte economicista, que fuera anunciado para el mes aludido, pero que, finalmente, se firmará en julio. El gobierno nacional, condicionado por las circunstancias, debido a la recomendación de alguna consultora de opinión, o simplemente “por compromiso”, se vio obligado a incluir, tardíamente, un aspecto central de la vida social de cualquier país que no parece ser importante para el actual presidente: “la educación”.

No sólo desde CTERA evidenciamos y denunciamos esta situación; son múltiples las consideraciones en este sentido, incluso hasta la ex ministra Soledad Acuña, en su propia cuenta de una conocida red social señaló: “No alcanza. Se sintieron en el compromiso de incluir a la Educación en el Pacto de Mayo y metieron una frase vacía”.

Más allá de esta mención tardía del tema educativo en el “Pacto de Milei”, desde la CTERA vemos, con mucha preocupación, el tratamiento y el sentido que se le otorga al aspecto educativo, tanto en los proyectos de ley que se presentan desde el oficialismo como en las definiciones concretas de políticas educativa que este gobierno está llevado adelante.

En lo que va del mandato de Milei como presidente, solo se registran medidas tendientes a la destrucción de la escuela pública. Basta observar el brutal ajuste del presupuesto educativo, el desfinanciamiento de las distintas partidas, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes (por la interrupción del pago del FONID y por desactivación de las paritarias), la interrupción de programas escolares nacionales (copa de leche y comedores, la nula distribución de libros y computadores, la supresión de la extensión horaria de la jornada escolar, la interrupción de las obras de infraestructura y el desmantelamiento del programa de formación permanente en ejercicio y gratuito “Nuestra Escuela”, entre otras.

Ligado a esto, en lo estrictamente pedagógico, se han limitado a “lanzar” un Plan de Alfabetización que no sólo parte de un diagnóstico incompleto y sesgado, sino que además promueve las ya denunciadas tendencias privatizadoras de la educación y se sustenta en una concepción tecnocrática, reduccionista, cientificista y autoritaria de la alfabetización en particular y de la educación en general.

Milei planteó, en el acto de lanzamiento del plan, que “la crisis educativa que arrastra la Argentina tiene muchas dimensiones, pero no cabe duda que el fracaso en la alfabetización está en la base”. Sin embargo, y contrariamente a estos dichos infundados, es necesario remarcar que la Argentina es, en la actualidad y a lo largo de toda la historia, uno de los países con mayor porcentaje de alfabetización del continente. No hay ninguna duda de que hay problemas educativos, por supuesto; pero la gran mayoría de ellos pasan por otro lado y requieren abordajes de otro tipo y densidad.

Sobre el Plan de Alfabetización, Milei también dijo: “Vamos a darles recursos y herramientas a los docentes … Vamos a formar en alfabetización a todos los docentes del país … Vamos a darles recursos a las provincias para que los formen… Vamos a evaluar a los docentes … Vamos a plantear incentivos para que los mejores docentes vayan a enseñar en las escuelas con peores indicadores de alfabetización…”. Vamos y más vamos; todas expresiones que remiten a un futuro que -parece- nunca tiene un anclaje real en el presente, ni se materializa en un accionar concreto, en un “estamos haciendo”. Nuestra pregunta es, entonces, ¿por qué no lo hicieron hasta ahora? Porque lo que se observa es que no se entregan más libros ni computadoras a las y los estudiantes, que el INFoD suspendió todos sus programas de Formación Docente, que se precarizó la condición salarial de las y los trabajadores de la educación, que las partidas presupuestarias solo se otorgan discrecionalmente a aquellas provincias cuyos gobiernos adscriben a los requerimientos políticos del actual gobierno nacional y en función de los resultado de la negociación de los votos obtenidos en el Congreso de la Nación.

Desde CTERA observamos que esto que presentan no es un “Plan Nacional”, sino la sumatoria de 24 proyectos provinciales, en los que cada jurisdicción va a desplegar propuestas de alfabetización dependiendo de las condiciones que tenga y con sus propios recursos. Esto devendrá, sin dudas, en más desigualdad e injusticia para la ciudadanía, afectando especialmente a los sectores más vulnerados por las actuales políticas neoliberales que está llevando a cabo este gobierno.

Las trabajadoras y los trabajadores de la educación seguiremos resistiendo y luchando para que la educación no se convierta en un privilegio para pocos, en una mercancía o en un “servicio esencial”, como pretende este gobierno. Necesitamos que la educación sea considerada y respetada como un derecho social y humano, que sea inclusiva y de calidad, que cuente con los recursos suficientes provenientes del Estado y no sea un negocio más para las ONGs, empresas privadas y fundaciones que hoy pretenden tener mayor injerencia en las definiciones de política educativa y lucrar.

No vamos a ser testigos indiferentes ante la destrucción de la educación, pilar de toda Nación, forjadora de ciudadanas y ciudadanos libres, críticos y democráticos.

Buenos Aires, 8 de julio de 2024.

JUNTA EJECUTIVA CTERA

By omalarc

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