Evalúan que el fallo, cuya inmediatez tomó por sorpresa a más de un funcionario, dejó a la vista la nula injerencia del presidente en las decisiones que toma el poder real.
Por Tatiana Scorciapino
@Tatiscorciapino
El regodeo digital de las excitadas bases libertarias no tiene punto de conexión con el presente que atraviesa el gobierno puertas adentro. La confirmación de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos que la Corte Suprema de Justicia impuso contra Cristina Fernández de Kirchner no sólo desconfiguró el escenario político nacional, sino que atentó de lleno contra los planes de un oficialismo que precisaba de la presencia de la dos veces presidenta en la carrera electoral como elemento de polarización y dispersión de la homogeneización del peronismo.
Cuando Javier Milei se encuentra fuera del país, los días en Casa Rosada suelen transcurrir con calma y sin mayores sobresaltos. Sin embargo, la decisión de la Justicia de prohibir a la líder del justicialismo a participar de las elecciones corrompió sin piedad el planeamiento que los estrategas del presidente diagraman desde hace meses. Con la titular del Instituto Patria fuera de las boletas, los arquitectos electorales del gobierno reescriben por estas horas los nombres de los potenciales candidatos que podrían competir en la trascendente tercera sección.
Como dio a conocer este medio, la decisión de la Corte molestó a las entrañas del gobierno. No sólo por la decisión de judicializar la política, una postura que no se hermana con la convicción del mileísmo de derrotar a su oponente a través de las urnas. Sino porque este fallo, cuya inmediatez tomó por sorpresa a más de un funcionario, dejó a la vista la nula injerencia del presidente y sus laderos en las decisiones que toma el poder real que conduce los destinos de esta nación.
En este punto, y siempre en estricto off the record, no son pocos los referentes de LLA que califican como “proscriptiva” la decisión de la Justicia, al tiempo que reconocen que la misma sienta un precedente que, más tarde o más temprano, podría jugarles en contra. “Obvio que esto nos puede afectar a todos, sería muy necio negarlo”, reconoció a Tiempo una fuente de trato habitual con el presidente.
Al igual que ocurrió en materia mediática, la situación judicial de CFK se coló en todas las actividades de gobierno. Este viernes, por caso, Guillermo Francos recibió en Casa Rosada a un grupo de gobernadores para concretar la cumbre que los mandatarios habían solicitado días atrás luego de su encuentro en el CFI. E aquel encuentro, que contó con la llamativa presencia del pampeano Sergio Ziliotto, el jefe de gabinete afirmó ante los jefes provinciales que en el oficialismo no se esperaban una resolución tan pronta de la Corte y reconoció que desde el momento que se conoció la noticia reina un clima de “inestabilidad” en materia política que tiene un efecto directo en el oficialismo.
Según pudo reconstruir este medio de distintas fuentes que participaron del encuentro, en este punto el jefe de la cartera ministerial se sinceró y expuso que el fallo llegó en “un mal momento” para el gobierno, puesto que la interna del justicialismo beneficiaba a la atomización de la oferta electoral. Con la reorganización inmediata que se puso en marcha luego de conocerse la condena, en el oficialismo empiezan a olfatear la reconstrucción natural de un espacio que hasta hace una semana discutía si la figura de la ex vicepresidenta tenía potestad para conducir el histórico partido.
“Antes de este fallo, todos sabíamos que había un sector del peronismo que se encolumnaba detrás de la figura de Cristina y otro que la despreciaba y la quería fuera de todo. Eso nos ordenaba a todos. Ahora que están todos juntos puede ser que las alianzas que tenemos se reacomoden”, reconoció ante este medio un importante miembro de la mesa chica del gobierno. En concreto, el temor que ronda a los arquitectos del relato libertario es que el abroquelamiento espontáneo del justicialismo en favor de la exmandataria sea más que una mera reacción oportunista y se concrete una unidad que ponga en jaque las expectativas electorales de La Libertad Avanza.
Los ejemplos sobran. Durante esta semana no sólo se pudo ver la unión de las facciones que comandan Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof nuevamente trabajando en conjunto, sino que además sectores que habían marcado una fuerte distancia con CFK se acercaron para ponerse a disposición. Tanto así que los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), quienes desde el inicio del mileimato dieron un vuelco al libertarismo, se expresaron en contra del fallo de la CSJN. “Estamos convencidos de que estos tiempos tan complejos exigen unidad, organización y autocrítica dentro del movimiento nacional y popular más importante de la Argentina: el Partido Justicialista”, dijo el tucumano a través de sus redes sociales.
El movimiento de los gobernadores llamó la atención en Casa Rosada. Sin embargo, la reacción se enmarca en un mensaje anterior que ambos aliados habían hecho llegar al gobierno tan sólo un par de días antes. Los diputados nacionales que responden a ambos caciques provinciales se plegaron al grupo de legisladores que votaron a favor del aumento jubilatorio que Javier Milei ya anticipó que vetará en caso que el Senado lo apruebe.
En un importante despacho de Balcarce 50 leyeron esta decisión como una advertencia desde las provincias respecto a la insistencia del gobierno por desembarcar en sus territorios con listas propias que busquen complicar la hegemonía provincial. En Tucumán, por caso, el viceministro del Interior, Lisandro Catalán, tiene un particular interés en encabezar una lista violeta este año para comenzar un largo camino como candidato a gobernador en 2027, una ambición que el gobernador lee como un ataque personal auspiciado por la dueña de la lapicera libertaria, Karina Milei, y sus armadores nacionales Martín y Eduardo “Lule” Menem.
Pese a la mala praxis electoral que dejó expuesto el oficialismo nacional, en la mesa chica del presidente confían en que los resultados económicos de la gestión, sintetizados en la reducción del índice inflacionario que este jueves se clavó en 1.5%, serán el motor para una contienda que, por primera vez desde 1973, estará atravesada por la proscripción de la líder de la oposición. «
Fuente: Tiempo Argentino – 14/06/2025