El olimpo militar, empresarial y legal de EEUU festeja el viraje de Brasil a la derecha con el ascenso de Bolsonaro que se suma a las victorias conservadoras en casi todo el continente americano con la excepción de México. El poder de los militares en Brasil será considerable y será un gran aliado geoestratégico de Trump.

James Stavridis pertenece a la alcurnia de una extraña mezcla militar, legal y empresarial de grupos omnipotentes de EEUU: exalmirante, anterior comandante de la OTAN, decano emérito de la Fletcher School of Law and Diplomacy de la Universidad Tufts, consultor ejecutivo del misterioso Grupo Carlyle —con fuertes nexos con ‘Daddy’ Bush y su secretario de Estado texano, James Baker, y que manejó el portafolio financiero de la familia Bin Laden— y preside el consejo consultivo de McLarty Associates, cuyo mandamás es íntimo de Bill Clinton y quien se asociara en una etapa con Kissinger.

En síntesis, el exalmirante Stavridis se mueve en el olimpo estadounidense. De ahí que su opinión vertida al portal Bloomberg —vinculado a los intereses de Salomon Brothers-Citigroup y Merrill Lynch, cuyo controlador, el israelí-estadounidense Michael Rubens Bloomberg, es un vulgar ‘saltimbanqui’ de la política: primero demócrata, luego alcalde por Nueva York como republicano, y hoy de nuevo como demócrata contra Trump y pro-Hillary— tome una relevancia singular en referencia al beneficio que obtuvo EEUU con el ascenso del exmilitar y hoy presidente de Brasil: “Bolsonaro de Brasil completa la barrida estadounidense en Sudamérica: el continente es ahora amigable a EEUU, con la excepción de Venezuela, el tiempo que Maduro resista en el poder”.
Mas allá de que Stavridis confunda “Suramérica” con el “continente” entero, comenta que “hace una década solía visitar frecuentemente Brasil” en su calidad de comandante del Comando Sur y no se le escaparon “sus inmensos recursos naturales y el poder y profundidad del río Amazonas”.

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El excomandante de la OTAN aborda el viraje de la elección presidencial en Brasil que “se movió abruptamente, casi en forma impensable, a la derecha” con el “poderoso triunfo” de Bolsonaro. Omite que tal triunfo fue acompañado del rechazo del 46% del electorado y que a final de cuentas contó con una diferencia de 11% que no significa ningún mandato.

El eje Trump, Netanyahu y Bolsonaro
En forma interesante, el exalmirante detecta “notables paralelismos con la elección de EEUU en 2016” y el triunfo de Donald Trump, quien obtuvo la presidencia después de ocho años ininterrumpidos de control de la Casa Blanca por el Partido Demócrata.
Stavridis también aborda el significado de Bolsonaro para “Brasil, la región, EEUU y el mundo”.

No duda que el militar de reserva usará una “mano de hierro” contra el crimen y sus pandillas cuando una de sus principales cartas electorales fue detener “la epidemia homicida que asesinó a más de 63.000 en 2017”.

Mas allá de sus acrobacias retóricas sobre la forma de combatir el crimen, el exalmirante sentencia que la “elección de Bolsonaro consolida el viraje a la derecha en toda la región”, con la “excepción de México, que frecuentemente se mueve en forma ortogonal a sus vecinos”.

Por “ortogonal” Stavridis se ha de referir a la llegada del centroizquierdista López Obrador a la presidencia de México que llevaba desde hace 36 años con Miguel de la Madrid Hurtado, gobiernos neoliberales ininterrumpidos del binomio coaligado PRI-PAN que siguieron al pie de la letra el decálogo del Consenso de Washington, obedeciendo todos los dictados estratégicos de EEUU y llegando hasta entregar en forma anómala la joya geoestratégica de sus hidrocarburos: el petróleo.
El excomandante de la OTAN juzga que “la mayor parte de los países se mueve a la derecha como Argentina, Chile, Colombia y Perú, las más poderosas economías de Sudamérica, que han elegido presidentes conservadores en los pasados tres años” y aduce que “aún Bolivia y Ecuador se han cargado un tanto a la derecha”.

Pero nada se compara al gigante brasileño que ostenta 200 millones de habitantes del total de 600 millones de toda Latinoamérica y que con el ascenso de Bolsonaro se ha cargado a la derecha: “Es un movimiento tremendo que será visto en términos muy favorables por Donald Trump”, quien “tendrá un aliado íntimo y un acólito en Bolsonaro”.

El exalmirante considera que “las tensas relaciones actuales mejorarán en forma considerable”. Se ha de referir a la pertenencia de Brasil a los BRICS y a su cercanía geoeconómica con China.

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Para Stavridis “una de las zonas potenciales más poderosas de cooperación” será el ámbito militar y espera que los “militares de Brasil inviertan más en los sistemas de defensa de EEUU” con “mayor énfasis en la investigación y desarrollo de la aviación, la ciberdefensa y las fuerzas especiales”.
El exalmirante, con fuertes nexos con el Grupo Carlyle y McLarty Associates, no oculta su satisfacción por la postura “extraordinariamente pronegocios de Bolsonaro” quien imitará a Trump recortando las regulaciones de la economía, “reduciendo las protecciones ambientales para los sectores del petróleo y el gas” sin ningún miramiento por el medioambiente y “el poder y la profundidad del río Amazonas”, que tanto lo sedujo.

Lo más relevante para el excomandante de la OTAN es que Bolsonaro “se moverá más cerca de EEUU y se alejará de China”, lo cual ya había avizorado en un previo artículo.

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Stavridis se jacta de que “EEUU deberá usar su influencia considerable para mejorar los resultados geoestratégicos para el beneficio” de ambos países. Así las cosas, Stavridis festeja que “EEUU haya encontrado de un día a otro un entusiasta socio internacional y regional”.

A Juicio de Stavridis, “para EEUU, la elección de Bolsonaro representa una oportunidad real de tener un socio fuerte para tratar con Venezuela y Cuba, así como lidiar con el flujo de narcóticos, la producción de energía y las operaciones militares”.

Predice que “los militares de Brasil tendrán una mayor voz en la dirección del país”, mientras que el poder del Congreso “será disminuido”, así como la independencia del Poder Judicial. Es clara la bendición de un gran sector del olimpo de EEUU por la militarización de Brasil y su desdemocratización que puede servir de ejemplo a toda Latinoamérica con la explícita anuencia del Pentágono. Stavridis con su bola de cristal predice que los multimedia “se encontrarán bajo una fuerte presión”.

¿La militarización de Brasil, con máscara electorera y sin un mandato rotundo con un magro 11% de diferencia, será el conejillo de indias para toda Latinoamérica? El mismo excomandante de la OTAN pregunta ¿qué tan lejos deseará ir Bolsonaro para empujar los límites del imperio de la ley, la democracia y los derechos humanos? Y contesta que “una apuesta inteligente sería decir que irá tan lejos como las otras instituciones de Brasil se lo permitan”.
¿Las instituciones a las que alude Stavridis —el Congreso atomizado, y un poder judicial en su mayoría vinculado al ejercito como se notó con la colusión del juez Sergio Moro, adoctrinado en Harvard, quien tuvo la tarea de despedazar a la izquierda del Partido del Trabajo— podrán resistir la omnipotencia conjugada de los militares y los empresarios agraciados por las futuras privatizaciones y regalías al estilo Trump?

Fuente:mundo.sputniknews.com

By omalarc

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