Por Aldana Cuello

Ganó el interior de Argentina, las familias humildes, los hijos de albañiles y trabajadoras de casas particulares.
Ganaron las pibas escuchando por primera vez una final de un mundial de fútbol relatado por una mujer.
Ganó un himno cantado por una piba feminista y las intenciones de las nietas de las brujas que no pudieron quemar en cada partido y que aquí están, en esta hinchada hermosa.

Ganó la gente de Bangladesh y de todas esas partes del mundo que sienten la justicia poética del fútbol, gracias a “la mano de D10S” y a esta hermosa memoria popular.

Ganaron los besos en los semáforos, las murgas de los barrios, las “abuelas lalala” festejando con las juventudes en las calles, tomando las calles.
Las infancias bailando libres, la niña que también se imagina jugando al fútbol.

Ganó la pasión y las ganas, a pesar de todo y contra todo, de creer, de seguir creyendo que otro final es posible.

By omalarc

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