El Secretario General de la CTA, Hugo “Cachorro” Godoy, brindó un detallado informe al Consejo Federal donde repasó algunas de las acciones más destacadas de la Central y propuso definir un programa de la clase trabajadora “para derrotar a Milei y alumbrar un nuevo tiempo de esperanza para nuestro pueblo”.
El 2024 fue uno de los años más difíciles que le tocó enfrentar a la clase trabajadora con la asunción de una experiencia de gobierno que representa abiertamente a los grupos económicos, y que son los mismos que se beneficiaron con la dictadura de Videla y Martínez de Hoz. Por eso no fue un año cualquiera aunque, a diferencia de la experiencia de Macri, Milei rápidamente se sacó la careta, renegó de su carácter democrático y pasó a gobernar por decreto, asumiendo la suma del poder público con el decreto 70/23 y la ley Bases, perdiendo su legitimidad de origen.
Desde el primer momento, asumimos el desafío de enfrentar el ajuste pero también abrimos el espacio para el debate político y realizamos el 23 de marzo del año pasado, un Congreso que guió la lucha de resistencia para derrotar el plan de ajuste y saqueo del gobierno, con un programa transformador y emancipador de cara a la sociedad, elaborado por los trabajadores y trabajadoras para salir de la crisis.
Nos impulsan, con claridad, valores y consignas históricas que son “luchar para resistir, unidad para vencer”. Pero no tiene que ser una unidad por el espanto, ni una unidad de amontonamiento, sino que tiene que ser una unidad que sea capaz de construir alternativas emancipadoras para nuestra patria y que defienda los intereses sectoriales de la producción, con la centralidad en la clase trabajadora y del conjunto del pueblo y la nación Argentina.
Tenemos el orgullo de haber asumido la responsabilidad de haber utilizado los humildes recursos de nuestra central para ponerlo al servicio de esta tarea, la de construir poder popular a lo largo y a lo ancho de todo el territorio nacional y de seguir construyendo una Central de nuevo tipo.
Está claro que fragmentar a la clase trabajadora ha sido una estrategia planificada por los gobiernos neoliberales desde la Dictadura Cívico Militar para acá. Por eso el genocidio tuvo al 70% de los 30.000 detenidos desaparecidos a hombres y mujeres de nuestra clase, y luego continuó la tarea sistemática de degradar la democracia, precarizando, instalando una desocupación y una pobreza estructural. Planificaron la pobreza.
Entonces, hoy más que nunca, el desafío que asumimos hace más de 30 años, allá en diciembre de 1991 cuando dijimos que la CGT no era el instrumento para construir una unidad de la clase trabajadora, decimos que ahora se vuelve a ratificar como una decisión muy correcta: seguimos construyendo una central de nuevo tipo para los trabajadores y trabajadoras, más allá de lo que digan los patrones o los gobiernos.
Nos impulsa la identidad de la propia clase, por eso es que nuestra resistencia ha sido desde el inicio de este gobierno, con un paro nacional el 24 de enero de las tres centrales, en unidad, y cerramos el año el 5 de diciembre rebalsando la Plaza de Mayo y planteando con claridad que es obligatoria la confrontación con esta experiencia de gobierno neofascista para derrotarla en el menor tiempo posible. Así, desarrollamos y promovimos el juicio político, denuncias en la Justicia y en instancias internacionales, sosteniendo nuestra lucha a lo largo de todo el año 2024.
Pudimos proponer espacios de construcción y unidad del campo popular a nivel multisectorial. También asumimos el desafío de convocar a organizaciones hermanas a reencontrarnos, por ello abrimos las puertas a estos debates y retomamos las discusiones para transitar el camino de reencuentro con la CTA de los Trabajadores. Lo hacemos desde la autonomía de la clase trabajadora, con iniciativas políticas y propuestas de acción para recuperar al conjunto del campo popular en unidad pero que también nos permitan superar nuestras diferencias para no repetir nuevas frustraciones.
En este escenario dramático, cuando el gobierno lleva adelante la destrucción de la nación para entregarnos como una colonia a EE.UU, si queremos enfrentarlo con perspectiva de victoria, debemos ser capaces de construir unidad del campo popular y latinoamericano, con un programa emancipatorio. Unidad profunda, en todo el país, que no es uniformidad de pensamiento sino que valora corrientes de pensamiento interno que enriquece nuestros aportes, para llevar adelante primero la derrota a este proyecto de muerte que encabeza Milei y los grandes grupos económicos, pero también que sea capaz de hacer realidad nuestros sueños de justicia.
Nuestra resistencia a Macri permitió su derrota pero luego la inconsecuencia de Alberto Fernández hizo posible el retorno de la ultra derecha. Para no repetir esta experiencia, debemos construir una fuerza popular que sea capaz de garantizar que los intereses populares se reflejen en las decisiones de gobierno, como lo hicimos a partir de la rebelión del 2001. Proponemos al Congreso ese camino, el de construir las condiciones para un nuevo tiempo.
Unidad para la transformación, unidad para la emancipación. Cerramos esta frase de nuestro libertador, el general José de San Martín: “Cuando la patria está en riesgo todo está permitido, excepto no defenderla”. Son muchas las tareas y los frentes de pelea. Por eso es que queremos debatirlo y extender este debate a todo el territorio.
Protagonismo de la clase trabajadora para lograr la potencia liberadora. Pero, como dijimos, somos conscientes de que no hay ninguna unidad de fondo que se resuelva por decreto ni por un puñado de dirigentes por importantes o representativos que sean que la representatividad de la clase anida en la multiplicidad de organizaciones que tenemos.
Este Congreso es parte de ese plan de lucha que proponemos, en continuidad de las acciones que venimos realizando. Continuidad que se va a expresar en el Paro y movilización del 9 y 10 de abril. No sólo para sacarnos de encima esta experiencia gobierno neofascista, sino para unir a nuestro pueblo y organizarlo. Para recuperar esperanza, para terminar el hambre, en defensa de la salud, la vivienda, educación pública. El sentido que prevalezca no sea el odio sino la capacidad vivir en paz, en la que nos podamos cobijar.
Es imperioso construir poder propio y autónomo como clase trabajadora y avanzar por más unidad. Por eso decimos: Unidad, Rebelión, Democracia y Soberanía para derrotar a este gobierno y alumbrar un nuevo tiempo de esperanza para nuestro pueblo.
Fuente: CTA- Autónoma – 28marzo2025