Por Adolfo Pérez Esquivel.
El lawfare nació en Estados Unidos y se comenzó a implementar en América Latina para derrocar gobiernos progresistas. ¿En qué consiste? Es un mecanismo del poder político-económico que hace hasta lo imposible por inventar causas ilícitas a distintos referentes políticos, meterlos presos y evitar su postulación como candidatos. Esta herramienta ha sido utilizada por las Fuerzas Armadas y hoy es ejercida por jueces condicionados, corruptos, comprados por los grandes intereses hegemónicos en el continente.
La primera víctima fue Manuel Zelaya, en Honduras. La segunda fue el presidente de Paraguay, Fernando Lugo. Después, Rafael Correa, en Ecuador. Lula y Dilma Rousseff, en Brasil, fueron otros casos. Lo que está pasando con Cristina es lo mismo. El Poder Judicial condicionado por el poder político a través de las corporaciones de Comodoro Py, no son nada nuevo. Con estos mecanismos quisieron dañarla siempre, hasta el día de hoy. Lo que les interesa es neutralizarla para evitar que sea candidata a la presidencia.
No es sólo un problema de Argentina, es un problema continental. Por eso, hay que tratar de estar unidas y unidos, para defender no sólo a Cristina sino las instituciones y la democracia del país. El gobierno viene señalando hace tiempo la reforma judicial, en contra de una corporación muy fuerte. Algo es definitivo y seguro: tiene que haber un cambio en el Poder Judicial, porque si no esto no tiene ni presente ni futuro.