Ante los anuncios devastadores del gobierno nacional, batallón de Macri, que marcan un endurecimiento en las políticas de ajuste, la AMP dice “la casta éramos los trabajadores”.
Somos las trabajadoras y los trabajadores los que soportaremos la pulverización de nuestros salarios, y no los políticos ni los sectores económicos concentrados, como dieron a entender los “libertarios” durante su campaña electoral.
A unos salarios devaluados y con actualizaciones esporádicas, se les suma ahora la quita de subsidios y la falta de control en la avanzada de precios producto de un Estado cada vez más desdibujado y carente de poder de intervención.
El laissez faire, filosofía política partidaria de limitar la intervención del Estado al mínimo imprescindible, es la característica principal del liberalismo que hoy gobierna.
La devaluación del 118%, la quita de subsidios en energía y transporte, la liberación de importaciones y exportaciones, el congelamiento de salarios por un año, el ajuste a jubiladas y jubilados, el ataque a las y los trabajadores del Estado, la suspensión de la publicidad oficial, entre otras, destruirán no solo los ingresos populares, sino también los puestos de trabajo de millones de personas en todo el país. Estamos convencidos de que ésta es solo la punta de iceberg.
Acostumbrados a un Estado presente, con políticas intervencionistas, garantes de derechos; el llamamiento es a RESISTIR, a aprehender colectivamente la resistencia popular, la resistencia en unidad, la resistencia del pueblo trabajador. Aprehender, capacidad que no implica solo adquirir conocimientos sino hacerlos propios, defenderlos, que se hagan carne en el cúmulo de valores que nos hacen pertenecer a una clase trabajadora, que hoy es objeto del mayor de los abandonos por parte de gobernantes ultra liberales cuyas políticas buscan, sin lugar a dudas, favorecer a los poderes económicos más concentrados.
La AMP se suma al llamado de las centrales a constituir el polo de resistencia que nuestro pueblo necesita y jamás será cómplice de la tibieza y falta de reacción en compañeras y compañeros que sostienen “hay que dejarlos gobernar”, como si avizorarán un futuro mejor en medio de tantas medidas que lesionan los derechos de todas y todos los trabajadores.