El gobierno trabaja en el desarrollo de la producción de canabbis para distintos usos. Según un informe del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), la Argentina presenta capacidades tecnológicas en materia agroindustrial, una extensa red de laboratorios públicos y privados, y diversas instituciones de ciencia y tecnología para la investigación. La exportación presenta oportunidades interesantes para atraer divisas al país. Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan y Mendoza avanzan en esa dirección.
A escala global, la producción de cannabis se concentra en el Reino Unido, con el 75 por ciento; Lesoto, con 10,6; Israel, con 7,2, y los Países Bajos, con 3,5. Según un estudio del CEP XXI -Centro de Estudios para la Producción-, el Reino Unido también fue el principal exportador de cannabis, de extractos de cannabis y de fármacos derivados en 2018, con el 77,8 por ciento de las exportaciones mundiales, luego Países Bajos con el 11,9 por ciento y Canadá, con el 6,9. De esta manera, se evidencia la concentración del mercado en solo dos países que representan casi el 90 por ciento de las exportaciones. Esto implica un desafio, si bien es difícil penetrar en mercados concentrados, también es una oportunidad ante una demanda creciente.
Las inversiones en cannabis no se agotan en empresas de cultivo o venta. Hay muchas compañías que proveen servicios complementarios a la industria, así como actividades derivadas, ya sean compañías de fármacos y biotecnología que crean sustancias basadas en cannabinoides o proveedores de productos y servicios.
¿Qué pasa en Argentina?
En marzo de 2017 se aprobó la Ley 27.350 de Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la planta de Cannabis y sus Derivados y fue reglamentada en 2020. En marzo de 2021, el Ministerio de Desarrollo Productivo impulsó un proyecto que contempla la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). El presidente, Alberto Fernandez, lo mencionó entre los pilares de su proyecto nacional de desarrollo e inclusión social. En esta línea, hay varios proyectos que plantean la despenalización de la tenencia para consumo, pero todavía no hay respuestas.
En diciembre pasado, la provincia de Jujuy inauguró la primera empresa estatal de producción e industrialización de derivados medicinales de cannabis en Argentina, Cannava SE. Según el presidente de Cannava, Gastón Morales, se apunta a sembrar 2000 hectáreas y a crear 8000 puestos de trabajo en el año. La Rioja, Misiones, San Juan y Mendoza pusieron en marcha proyectos similares. El Ministerio de Desarrollo Productivo, en el caso de cultivo a cielo abierto, calcula que la demanda de mano de obra ronda entre los tres y cuatro operarios por hectárea. En las producciones bajo invernadero y/o indoor, la utilización de mano de obra es más intensiva, la cual requiere entre diez y quince operarios por hectárea.
La situación en la región
Colombia es el país que mayor desarrollo exportador tiene en la materia. Según la Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis (Asocolcanna), las exportaciones en 2020 alcanzaron 5,1 millones de dólares, con un incremento de 1.555 por ciento frente a lo registrado en 2019.
Uruguay registró en 2019 las primeras exportaciones vinculadas al sector. Algunas corresponden a ventas de biomasa de cáñamo, y de medicamentos en base a cannabis, pero aún con montos relativamente bajos. La exportación más relevante de ese año correspondió a un envío de flores superior a los 3,2 millones de dólares. En 2020, Uruguay se consolidó como exportador de cannabis, con un total de 10 millones de dólares.
Fuente: Página 12