Feletti adelantó que se reunirá con el PAMI y Salud para evaluar “algún tipo de intervención”. También se verá con los laboratorios. La inflación interanual del sector fue de 62,6 por ciento, contra un IPC que aumentó 50,2 por ciento.
Por Leandro Renou para Página 12
En línea con la evaluación de precios generales de los alimentos, la Secretaría de Comercio Interior avanzará en aspectos técnicos que permitan monitorear la razón de una evolución superior a la inflación en el valor de los medicamentos. A tales fines, el titular de la cartera, Roberto Feletti, coordinará con el PAMI y el Ministerio de Salud las acciones a seguir, y habrá además reuniones individuales con laboratorios. Si bien la idea aún está en pleno carreteo, preocupan los datos: la inflación interanual del sector remedios superó el 62 por ciento al cierre del primer semestre, contra un alza del IPC del INDEC de 50,2 por ciento. Se especula, además, con que en los meses posteriores a julio, la tendencia al alza continuó.
En este contexto, el sector salió al cruce con un comunicado conjunto de las cooperativas, multinacionales y laboratorios locales especificando que “resulta innecesario alterar las reglas de la libre competencia”, adelantándose a la posibilidad de un congelamiento del precio de los remedios.
Es que en una entrevista radial con Futurock, Feletti consideró necesario “algún tipo de intervención” en el sector, al entender que “no puede haber consumos esenciales que no tengan algún grado de regulación del Estado”. Agregó el funcionario que “vamos a ver el estado de situación (de los medicamentos), pero me parece que algún tipo de intervención tiene que haber porque, si no, no hay política de ingresos que se sostenga”.
En esa línea, el secretario adelantó que “hoy vamos a tener una reunión con Luana Volnovich, del PAMI, que es el principal comprador de medicamentos” y “vamos a empezar a ver ahí qué es lo que ocurre”. En paralelo, adelantó que “mañana tenemos una reunión con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en la que también vamos a abordar el tema”. Por último, explicó que “no puede haber consumos esenciales como alimentos o medicamentos que no tengan algún grado de regulación del Estado, no puede quedar librado a la asignación de recursos que hace el mercado; nadie dice que las empresas prestadoras, productoras o laboratorios no tienen que ganar plata”.
Naturalmente, el encuentro con el PAMI es el más lógico teniendo en cuento el volumen de comprar de remedios del organismo; mientras que el encuentro con Salud es más de contexto político. La problemática de los precios de la canasta de remedios tiene datos concretos que reflejan subas mayores a la inflación. Hay varios estudios que midieron el primer semestre casi con los mismos resultados. Entre ellos destacan el de la Unión Argentina de Salud (UAS), -que tiene como presidente al titular de la prepaga Swiss Medical, Claudio Belocopitt, y nuclea a prepagas, hospitales, prestadores y obras sociales-; y el del Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar), entidad comandada por profesionales del rubro farmacias que tienen con objetivo el acceso justo de la población a los remedios. Aún con diferente origen e intereses políticos y empresarios, los trabajos muestran la misma realidad.
La posición de los laboratorios
“CAEME, CILFA Y COOPERALA manifiestan que, teniendo en cuenta la presencia de más de 350 laboratorios y 229 plantas industriales en el país, con 7300 marcas y más de 16.000 presentaciones de medicamentos con distintos principios activos que compiten en un entorno en donde en la dispensa intervienen más de 14 mil farmacias, resulta innecesario alterar las reglas de la libre competencia, a través de mecanismos de congelamiento de precios”, expresaron las cámaras en un comunicado.
Agregaron además que “desde hace muchos años la industria farmacéutica presente en Argentina, viene haciendo grandes esfuerzos para sostener la accesibilidad de los medicamentos a los principales financiadores, obras sociales y prepagas, en muchos casos con coberturas que llegan hasta el 100 por ciento del valor para los pacientes, tal como ocurre en los tratamientos oncológicos y especiales y en el programa VIVIR MEJOR implementado por el PAMI, con un sustancial aporte de los laboratorios”. El texto concluye que esas mismas entidades “ratifican su compromiso para con el gobierno nacional, financiadores públicos y privados de la salud, la comunidad médica y los pacientes, de mantener los valores promedio de los medicamentos en línea con la dinámica evolutiva de precios del IPC del INDEC”.
Los números mandan
El informe de la UAS mide el costo de la salud versus la inflación en la primera mitad del año. Observan allí que, en los primeros cuatro meses del 2021, ese dato se mantenía “levemente” por debajo del IPC del INDEC, pero “desde mayo los costos de la salud aumentan 1,5 por ciento por encima del nivel inflacionario y en julio continuó la tendencia incrementándose un 0,8 por ciento más que el IPC. En cuanto a medicamentos, los ambulatorios en general aumentaron un 28,6 por ciento en el primer semestre, por encima del IPC general, que fue de 25,3 por ciento. Mientras que la inflación interanual del precio de los remedios fue del 62,6 por ciento, contra un IPC del 50,2 por ciento.
El Ceprofar suma, en este escenario, otro dato interesante. En el primer semestre, los remedios más consumidos subieron en promedio un 31 por ciento, versus un IPC del 25,3 por ciento, lo que redunda en 5,7 por ciento de alza sobre la inflación. Y aclaran que esos mismos medicamentos ya habían subido 10 puntos por encima de la inflación en el año 2020, plena pandemia de COVID. En el global, Ceprofar consigna que, si se toma el acumulado de alza de remedios más usados en 2020 y 2021, los precios ya superan en casi un 16 por ciento el nivel de inflación.
Todos suben parejo
En el caso de los remedios de venta bajo receta, el precio tuvo las subas más altas desde enero del 2020. Algunos ejemplos: el Enalapril, para la hipertensión, aumentó 93,8 por ciento; la levotiroxina se incrementó un 86 por ciento y el salmeterol aumentó 85,59 por ciento. La Drospirenona, un anticonceptivo, subió 86,94 por ciento, mientras que una crema antibiótica para uso en niños reflejó una suba del 153 por ciento, según datos de la UAS. La entidad advirtió también que “sólo desde marzo a julio de este año, un spray nasal de cloruro de sodio de uso pediátrico aumentó 21,9 por ciento”.
En el desglose por rubros, los medicamentos aplicados en internación tuvieron un alza del 37 por ciento entre enero y junio del corriente, cuando el IPC tuvo un alza del 25,3 por ciento en ese período. Los casos más notables: el omeprazol por 40 miligramos subió 50 por ciento y la morfina un 60 por ciento.
En la misma línea, los remedios de alto costo, tuvieron un alza del 20,5 por ciento en el mismo período, con algunos productos que incluso llegaron a aumento del 30 por ciento.