El Salar del Hombre Muerto estuvo en manos del Estado a través de Fabricaciones Militares. La empresa norteamericana se lo quedó con un trabajo de pinzas: colaboracionismo científico, dictadura de 1976 y las reformas del gobierno de Carlos Ménem. Algo que no pudo ni en Bolivia ni en Chile. Ahora hay 38 proyectos en el noroeste argentino, todos de origen extranjero. La preocupación de las comunidades por el agua y las escasas regalías que deja la minería.

  1. Primer mapa del Salar del Hombre Muerto, realizado por el geólogo Luciano Catalano.

El primer mapa del Salar del Hombre Muerto, al noroeste de la provincia de Catamarca, fue realizado en 1927 por el geólogo Luciano Catalano. Sobre ese suelo que pisó en cinco expediciones el científico argentino y militante del nacionalismo yrigoyenista, la norteamericana Livent explota el litio desde hace 25 años.

Si bien hay 38 proyectos de exploración en el país de este recurso tan de moda hoy en día (3 en pleno funcionamiento), la multinacional de Estados Unidos es la más antigua en el rubro.

Pero lo llamativo es cómo se apropió de la explotación de este metal blanco la multinacional, cuando el proyecto estuvo en manos del Estado nacional a través de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM).

Lithium Corporation of América (Lithco) se fundó en 1944 en Minnesota donde comienza, en asociación con el gobierno estadounidense, la producción de hidróxido de litio. Así lo informa en su página web donde hace mención al uso de este metal para aplicaciones militares.

Acá está el punto. Si bien las cualidades del litio permiten su uso para producción de baterías para dispositivos móviles y autos eléctricos, en la segunda guerra mundial se lo usaba con fines militares.

“Se instala como recurso estratégico no por el tema baterías, sino por la fusión nuclear, con la que se intentaba reemplazar la fisión con lo que se hacía la bomba termonuclear, la bomba de hidrógeno, es decir la más poderosa usada en la Guerra Fría”, señaló Federico Nacif, sociólogo, docente e investigador (ver “Detrás de Jujuy está la especulación inmobiliaria financiera sobre los yacimientos”).

Es más, en un trabajo que realizó en 1963 Oscar Reverberi denominado “El mercado mundial del litio”, planteó que las grandes compras realizadas por la Comisión de Energía Atómica de EEUU entre 1956 y 1960 fueron de litio. El 88 % del consumo mundial correspondía al país norteamericano y se proyectaban “nuevas aplicaciones para la reacción de fusión, propulsión de cohetes y elementos balísticos y aleación con aluminio para fabricación de aviones militares y vehículos astronáuticos”, indicó Reverberi en este trabajo impulsado por la Dirección Nacional de Geología y Minería de la nación.

Al sur del río Pilcomayo, esa carrera militar también estaba presente. En 1941 se creó en Argentina la DGFM, por iniciativa del coronel Manuel Savio y en 1956 se impulsó la explotación de yacimientos a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

En manos del Estado

Bajo el “Plan Salares”, la DGFM realizó entre 1969 y 1974 la exploración de las principales cuencas salinas de la puna en Jujuy, Salta y Catamarca, en el plan “Noroeste Geológico Minero”. En 1975 DGFM registró 93.000 hectáreas del Salar del Hombre Muerto a su nombre y empezó con un proceso de exploración.

Modelo opuesto al de ahora, explicó Nacif y agregó: “se tenía pensado explotarlo dentro de un esquema para abastecer la industria local y el mercado interno, como un insumo que se utilizaba en grasas, lubricantes, para el sector mecánico y en aleaciones especiales”.

También la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) envió profesionales a la Puna para investigar elementos químicos como el litio, boro, magnesio y potasio.

La carrera militar iba rápido. Ni lerdos ni perezosos, bajo el gobierno de facto del militar Roberto Levingston, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y un fondo especial del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), firman un convenio el 6 de abril de 1970 con la DGFM, para una “evaluación preliminar del mineral potencial estimado existente en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero”. Fue refrendado por cuatro artículos de la Ley N°: 18762.

Bajo este programa participaron, junto a los profesionales argentinos, expertos consultores del servicio geológico de EEUU (en inglés USGS), como también de la misma área pero de Francia (BRGM en francés).

Trabajo de pinzas

Al ser colaboración científica puede parecer neutral. Pero en el medio de la Guerra Fría, toda información valía oro. Bajo el convenio de PNUD con DGFM, en el libro II se dejó en claro que en 1973 se produjeron en Catamarca 3 toneladas de litio. “Su futura relación a la tecnología nuclear hace obligatorio se vuelquen esfuerzos igualmente dirigidos hacia el hallazgo de este elemento”, dice el informe en su página 33.

Pero una década antes ya se podía ver como las colaboraciones científicas permitían producir recursos que abastecían a la industria militar en esa carrera.

Bajo la Dirección Nacional de Geología y Minería, Lilo Guerello viajó becado en 1960 a EEUU durante 9 meses. Allí se capacitó en análisis de cromitas, silicatos, fosfatos y carbonatos en laboratorios de la marina norteamericana. Fue en el marco de la Comisión Nacional de Administración del Fondo de Apoyo al Desarrollo Económico (CAFADE), firmado el 26 de febrero de 1959, que promovió becas de científicos en el país del norte, financiadas por el gobierno de EEUU con los excedentes de la producción de aceites vegetales.

Programa que duró hasta 1961 y fue muy criticado por el movimiento estudiantil universitario por “intensificar la dependencia” con el país del norte.

Hasta cursos de perfeccionamientos sobre Fotogeología y Geoquímica se dieron en 1959 en el servicio geológico de EEUU (USGS) para profesionales argentinos. Las capacitaciones también iban acompañadas de conferencias sobre política, religiones, educación, libertades civiles en los EEUU.

Básicamente, EEUU perfeccionaba la técnica para la realización de los mapas sobre los recursos naturales en el país. Si bien hay una selección de estos documentos en esta nota, se pueden ver completos en el repositorio del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR).

En estos años, la disputa por el control del litio y otros recursos naturales, era grande. El propio Catalano, siendo Subsecretario de Minería en 1964 del gobierno de Arturo Illia, señaló ese año en el libro “Boro-Berilio-Litio” que  el “litio ha adquirido el carácter de elemento crítico de alta importancia de la defensa nacional. Estamos obligados a defender esa riqueza (agotable) para nuestra propia soberanía y bienestar”.

La dictadura

Aunque durante la última dictadura cívico-militar no se privatizó el Salar del Hombre Muerto, fue aquel gobierno el que aumentó las condiciones para eso. Por goteo, aceleró los pasos a la privatización del litio y desaceleró la posibilidad de que ese recurso esté en manos del Estado.

En 1979, la ONU escribió un informe sobre el “Desarrollo Industrial del Noroeste Argentino” donde llamó a intensificar los esfuerzos para preparar un proyecto de inversión.

También en ese año, la DGFM realizó un estudio con la colaboración de profesionales de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), Grupo Asesor Minero Alemán (GAMA) y el gobierno federal de Alemania (RFA, la Alemania occidental). En el mismo mapearon recursos como oro, plata, zinc, hierro, tungsteno, boratos, uranio y hasta petróleo en las provincias de Salta y Jujuy.

Con la modificación del Código de Minería (Ley N°:22.259) se permitió el traspaso de las reservas fiscales federales a los gobiernos provinciales. Además, se incorporó al litio como sustancia de primera categoría. Es decir, disponible para concesionarlo.

Denominada “Ley de Minería a Gran Escala”, esta normativa aprobada el 24 de julio de 1980 llevó las firmas de Jorge Rafael Videla y el ministro de Economía de facto, José Martinez de Hoz.

Durante la guerra de Malvinas, hubo una intentona para avanzar en la exploración del litio por parte del Estado nacional en Catamarca pero el plan fue rechazado por la situación política crítica que se vivía. En definitiva, no era ese el plan que gobernaba.

En 1985, la DGFM llamó a licitación internacional donde se presentaron COMINCO y Lithco, pero los escribanos del gobierno de Catamarca declararon nulo el acuerdo. Fueron a juicio entre 1986 y 1987 y cuando llegó a la Corte Suprema, el gobernador Vicente Saadi pidió participar como provincia en un contrato directo con la multinacional. Finalmente, en 1988, una comisión evaluadora de la DGFM adjudicó la licitación a FMC Corporation, que en ese año había adquirido a Lithco. Pero la muerte del gobernador Saadi volvió a frenar el traspaso.

FMC es una líder mundial en fertilizantes radicada en el país desde 1958. Además de importar insecticidas, producía maquinaria para el sector agrícola, alimenticio y petrolero en la provincia de Córdoba desde 1962.

Litcho, FMC y Livent fueron las distintas denominaciones que tomó esta multinacional norteamericana en su historia. En la actualidad, con grupos financieros globales como BlacRock y Vanguard Group dentro de su directorio.

FMC también tuvo su intento para explotar este recurso en los países limítrofes del triángulo que posee el 68% de las reservas de litio a nivel mundial. No pudo. En Chile, porque la estatal CORFO se quedó con la explotación del Salar de Atacama. En Bolivia, las intensas movilizaciones sociales contra un contrato directo por 40 años impidieron a la norteamericana quedarse con el Salar de Uyuni.

 

  1. Imagen satelital del Salar del Hombre Muerto, previo a la explotación del litio, a través de la misión Landsat 5 de EEUU.

El neoliberalismo lo hizo

Lo que FMC no pudo ni con la dictadura de 1976, ni con la dictadura Pinochet en Chile, ni con los movimientos sociales en Bolivia; lo logró en tres años durante el gobierno del ex presidente Carlos Ménem.

El 21 de febrero de 1991 la DGFM y el gobierno de Catamarca firmaron el contrato que le otorga a FMC Argentina SA y Minera del Altiplano S.A. (su subsidiaria en el país) la exploración, desarrollo y explotación de las propiedades mineras ubicadas en el yacimiento Salar del Hombre Muerto, en el departamento de Antofagasta.

Algunos autores que escribieron sobre la historia de la minería, comentan que el crimen de María Soledad Morales aceleró los pasos de esta transferencia.

Había ocurrido cinco meses antes, pero en ese febrero de 1991 un combo de sucesos puso al hecho en la agenda nacional. El subcomisario policial Luis Patti había sido enviado en enero para la investigación del caso y el principal sospechoso Guillermo Luque (hijo del diputado nacional Angel Luque) estaba prófugo. Fue el propio Menem quien dio garantías para que Luque se presente a declarar el 23 de febrero de 1991. Finalmente la provincia fue intervenida.

Lo que también hizo el gobierno de Menem fue poner el tope del monto de las regalías para las mineras. A través de la Ley de Inversiones Mineras N° 24.196, aprobada en 1993, dejó en claro que las provincias no podrán cobrar un porcentaje superior al 3% sobre el valor “boca mina” del mineral extraído.

Y el gobierno de Catamarca fue por más. En unas modificaciones al contrato con FMC Corporation firmado el 9 de marzo de 1994, estableció que los pagos de la minera a la provincia no podrán ser superior al 2% “en ningún caso”. Recién en 2017, el Senado y la Cámara de Diputados catamarqueños modificaron ese artículo, aunque el tope sigue enmarcado en la legislación de los noventa.

Además, con la reforma constitucional de 1994, los recursos naturales pasaron a las provincias. Ese es el marco por el cual operan las transnacionales mineras en el país.

Sumado a eso, también fue en la década de los noventa, que se privatizaron gran parte de las empresas en manos públicas. DGFM no fue la excepción. Junto con SOMISA (metalúrgica que pasó a manos de Techint) se liquidaron otras 26 empresas y dependencias.

  1. Imagen satelital del Salar del Hombre Muerto realizada por la misión Landsat 8 OLI de EEUU. Abajo al medio se pueden ver los piletones de Livent.

Livent con bajo costos

 

Con la planta del Salar del Hombre Muerto en pleno funcionamiento, Livent se convirtió en 1998 en la cuarta productora mundial de litio y en la segunda exportadora de litio en salmueras.

 

Recientemente se fusionó con la de origen australiano Allkem (ex Orocobre) y crearon NewCo, transformándose en la principal operadora del sector en el país y tercera en el mercado internacional, por detrás de los grupos chilenos SQM y Albemarle.

 

Es llamativo como la propia Livent remarca los beneficios de explotar el litio en el país. Las salmueras que explotan en la Puna “son una de las fuentes de litio más importantes y de menor costo del mundo”, indicó la multinacional en un extenso informe en inglés presentado a la Comisión Nacional de Valores norteamericana en 2019.

 

En ese mismo informe, sin pelos en la lengua, Livent destacó que el acuerdo de los años noventa “otorga a la provincia de Catamarca una participación minoritaria inmaterial en la subsidiaria Minera del Altiplano”. Pero además, la regalía que pagan es “un canon semestral insignificante” en estos “derechos de concesión minera válidos hasta que el depósito se agote de todos los minerales”.

 

 

Proyecto Fénix es el nombre que le pusieron los nuevos propietarios al Salar del Hombre Muerto por considerar que se debía anteponer una expresión fausta al emprendimiento.

En sus dos décadas y media, Livent ya dejó el saldo de 11 kilómetros de sequía del río Trapiche, indicaron desde la red de Asambleas Pucará de Catamarca.

 

“No ha dejado nada. El 3% de regalías que es nada y un fideicomiso minero para obras que solo le sirven a la actividad minera. Livent estuvo subfacturando, declarando menos de lo que salía internacionalmente”, indicó Romina Pesalachi, integrante de “Pucará”, asambleas de Catamarca. (ver “Livent secó 11 kilómetros de vera del río Trapiche”).

 

Se refiere así a una multa de 6,7 millones de pesos que la Dirección General de Aduanas le aplicó a la multinacional por subfacturación de 403 operaciones entre 2018 y 2019.

 

De 38 proyectos para extraer litio en la puna argentina, solo 3 están en pleno funcionamiento. En Catamarca se avizoran 14 y 5 se instalarán en el Salar donde está Livent. ¿Qué pasará cuando todos estén en plena explotación? se preguntan, con preocupación, los vecinos.

 

Mientras tanto, en febrero de este año, pobladores de El Peñón -en la región de Antofagasta (donde Livent traslada litio a granel)- cortaron la ruta por condiciones para las baños en las escuelas de sus hijos.

 

Hace casi un siglo, cuando el geólogo Catalano descubrió la potencialidad de esta región en 1927, decía que con la explotación e industrialización de los productos mineros “se cambiará la situación económica del noroeste argentino”. Eso sí, Catalano planteó al litio como recurso estratégico en manos del Estado y lejos del trust internacional.

 

Publicado por El megàfono. https://elmegafono.net/21613/ – 26JUL23

Fuente: Tramas – 26 jul2023

 

 

By omalarc

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