Por Mercedes López San Miguel para Página 12
Desde San Pablo

Desde el Instituto Lula, ubicado en el barrio Ipiranga, el candidato favorito para las elecciones de octubre próximo en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo por qué decidió estar presente en los festejos por los 38 años de la recuperación de la democracia en Argentina, este viernes, donde también estará José “Pepe” Mujica. “Para mí es un orgullo inmenso poder participar de un acto que conmemora la reconquista de la democracia después de la dictadura. Además de participar del acto y de encontrarme con sindicalistas, es un gesto de agradecimiento a Alberto Fernández por su solidaridad cuando estuve preso en Brasil” dijo a PáginaI12.

Las palabras del exmandatario, quien ganaría en todos los escenarios de segunda vuelta a su principal rival, Jair Bolsonaro, según un último sondeo de la consultora Quaest, anticipan la nutrida agenda que tendrá en Buenos Aires. La misma incluirá una reunión en la mañana del viernes con el Presidente Fernández en Casa Rosada. Después recibirá el premio Azucena Villaflor de parte de organismos de derechos humanos en el Museo del Bicentenario. El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y exmetalúrgico, junto al expresidente Mujica, tendrán un encuentro el sábado con dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Instituto Lula

Desde su casa de reuniones diarias con políticos, empresarios, académicos, el líder histórico de la izquierda brasileña firmó junto a Víctor Santa María, titular del Grupo Octubre, un convenio de cooperación entre el Instituto Lula, la Fundación Octubre y la UMET, con el objetivo de fortalecer la agenda progresista de la región. Formaron parte de la comitiva la diputada nacional de Frente de Todos, Gisela Marziotta, Pablo Gentili, coordinador del Centro de Estudios y Formación del Grupo de Puebla, “Marco Aurelio García” y Nicolás Trotta, exministro de Educación.

En el Instituto Lula se podían ver fotos de distintos momentos de la carrera de Lula: una en blanco y negro arropado por sus seguidores; otra imagen junto a su fallecida esposa Marisa Leticia y el vicepresidente José Alencar, en el día que asumieron el primer mandato, el 1 de enero de 2003. Oficinas, salas de estar, y decoración con artesanías de viajes. Y gente pululando por los pasillos. En una de las salas de estar estaba Nelson Barbosa, exministro de Finanzas de Dilma Rousseff. Dijo que periódicamente el exmandatario hace reuniones de discusión sobre la economía. Es que la candidatura de Lula está en proceso de construcción, de cara a octubre del año próximo. Se encuentra conversando con el exgobernador paulista Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) la posible conformación de una alianza.

Este miércoles se conocieron los resultados de la encuesta de la consultora Quaest, correspondientes a la primera semana de diciembre. Lula se ubica en primer lugar en todos los escenarios de primera vuelta, pero en ninguno logra el 50 por ciento necesario para evitar el ballottage. La candidatura del líder del Partido de los Trabajadores alcanza entre un 46 y un 48 por ciento según quiénes sean los demás candidatos. En uno de los escenarios en los que participan Lula, Bolsonaro y el exjuez Sergio Moro, el exmandatario obtendría 47 por ciento, el presidente ultraderechista un 24 por ciento y 11 puntos para el exjuez de la causa Lava Jato devenido en candidato “independiente”.

Una a una, fueron cayendo las causas contra Lula. El dirigente de izquierda estuvo preso 580 días en Curitiba por una causa de corrupción que juzgó Moro y fue anulada por manipulación y lawfare. Cuando el exmandatario petista ofreció su primera conferencia de prensa en marzo pasado tras la anulación de los procesos y condenas por parte del Supremo Tribunal Federal, agradeció al presidente Fernández por su apoyo en un momento crucial como era la campaña electoral de 2019. El presidente argentino visitó a Lula en prisión y denunció internacionalmente la manipulación de la justicia para actuar con fines políticos contra el líder sindical.

Con todo, Paulo Okamotto, presidente del Instituto Lula, destacó a este diario que el lugar sufrió persecuciones, en línea con la ofensiva judicial contra el exmandatario. “Nos estamos recuperando. Las consecuencias económicas fueron fuertes, fue un período difícil, cuando acusaron al Instituto Lula de no ser una organización sin fines de lucro”, dijo Okamotto, un amigo del hoy candidato presidencial desde la época del sindicato metalúrgico.

mercelopez@pagina12.com.ar

By omalarc

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