El presidente Milei ha vetado tres leyes fundamentales: el aumento de las jubilaciones mínimas, la emergencia en discapacidad y el financiamiento de las universidades públicas. No se trata de decisiones administrativas. Son afrentas directas del gobierno nacional contra el pueblo argentino.
El presidente veta por desprecio. Desprecia a nuestros jubilados, a las personas con discapacidad, a los estudiantes, a los docentes, a las provincias. Desprecia todo lo que representa comunidad, derechos, justicia social.
Vetar el acompañamiento a los sectores más vulnerables, en nombre de una supuesta “pureza fiscal”, no es austeridad, es un acto absoluto de inhumanidad. Un gobierno que se declara libertario pero que utiliza el poder para castigar, no es liberal: es tiránico.
Hoy no estamos discutiendo modelos económicos, discutimos valores. Milei está dinamitando la dignidad, la memoria social y el contrato democrático. Cada veto es una herida que se abre en el cuerpo de la Patria.
¿Qué país puede sobrevivir si se le niega el derecho a envejecer con dignidad, a estudiar, a recibir acompañamiento frente a una discapacidad? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos gobiernen con odio, con desprecio, con indiferencia?
En todo el país se siente el hartazgo. Se ve en las aulas vacías, en las farmacias sin cobertura, en los hogares donde no alcanza para un plato de comida, en el desempleo creciente. Milei está achicando el alma de la Nación, no solo el Estado.
Desde La Rioja, no vamos a quedarnos callados. No aceptamos este modelo de maltrato institucional. No nos vamos a arrodillar ante los vetos. Donde el Gobierno Nacional se borra, las provincias deben dar un paso al frente. Y el Congreso debe reflexionar y actuar desde la empatía con el argentino de a pie.
Convocamos a todos los sectores democráticos, políticos, sociales y sindicales a no naturalizar la crueldad. A no resignarse al castigo. A levantar la voz con fuerza, con coraje, y sobre todo con amor por la gente.
Porque este país no se construyó con odio. Se construyó con educación pública, con jubilaciones dignas, con políticas de inclusión, con paritarias. Y no vamos a permitir que eso se borre con un tuit ni con un decreto.
El futuro de la Argentina debe escribirse con humanidad, con respeto y con justicia social.