¿Por qué Carrió no pudo cuestionar la salida de Prat Gay? ¿Por qué dejó de atacar a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani? ¿Por qué viaja tanto a los Estados Unidos y a la vuelta hace escala en México? ¿Qué tienen que ver la AFI y la DEA? Todas las respuestas, en esta nota.
Por Marina Ulloa. Periodista.
La diputada Elisa Carrió llamó al presidente Mauricio Macri para decirle que Alfonso Prat Gay estaba bien despedido y que las designaciones de Luis Caputo y Nicolás Dujovne eran buenas decisiones. ckaph-zwgaawq3u
Macri le pidió la renuncia indeclinable y Carrió le soltó la mano: fue un día negro para el economista, otrora diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires (2009-2013), electo por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS).
Carrió no pudo decirle a Macri que, en realidad, estaba en desacuerdo con el despido del funcionario, después de que en meses pasados haber criticado la violencia del ajuste que estaba llevando a cabo el Gobierno, con las tarifas por ejemplo.
La diputada defenestra el programa económico de Macri en su círculo íntimo, pero en público elogia a los coordinadores del Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que son los comisarios políticos y económicos en el interior del Gobierno.
¿Pero por qué Carrió no puede ahora levantar la voz si en octubre denunció a tres funcionarios del ministerio de Energía y Minería? Hay algo mucho más pesado, que implica al narcotráfico, a su hijo y a la mismísima DEA.
Enrique Santos es el hijo de Carrió: vive en el estado mexicano de Guadalajara y tiene problemas muy serios con la Justicia del país centroamericano que no lo deja cruzar la frontera hasta no saldar los pendientes.
Santos estuvo preso en la Argentina a mediado de los años 90 cuando la Policía lo encontró traficando 25 kilos de cocaína de máxima pureza. Carrió había sido electa diputada nacional por el Chaco en las elecciones de 1995 y eso la ayudó.
La entonces diputada chaqueña usó sus contactos con el Superior Tribunal de Justicia del Chaco y sacó a su hijo de la cárcel, lo subió a un avión y lo envió a Londres con la excusa de que estudiaría arte escénico.
Ahora, Santos (el hijo de Carrió) volvió a tener problemas con la Justicia, pero ya en México: lo acusan de ser uno de los cabecillas de la nueva generación en el sanguinario y millonario cartel de Jalisco.
En 2010 surgieron en México los cárteles La Resistencia y Jalisco Nueva Generación, luego de la detención, en octubre de 2009, de Óscar Nava Valencia, sobrino de Luis Valencia, cabeza del Cártel del Milenio.
El hijo de Carrió es amigo íntimo de Nava Valencia y, la Justicia investiga, lo ayudó a contener hasta 2012 la revuelta interna en el cartel. Pero hubo una división y nació Jalisco Nueva Generación, el nuevo brazo armado utilizado provisionalmente por del cártel de Sinaloa, para terminar con Los Zetas en Veracruz.
La Justicia mexicana tiene abiertos tres procesos judiciales en los que está mencionado Enrique Santos, el hijo de Carrió. Y no se descarta que sea detenido. Por eso, Carrió le pidió ayuda a Macri.
Ocurre que la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ya puso su lupa sobre Santos por envíos decomisados de droga al país del norte, desde Guadalajara.
No sólo hay venta de drogas ilegales, también hay procesos abiertos por lavado de dinero por varios cientos de millones de dólares.
La preocupación de Carrió por su hijo es tan grande que hasta aceptó el pedido de Macri para dejar de atacar a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, quienes fueron elegidos por el jefe de Estado para encabezar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
La AFI está realizando ahora gestiones al más alto nivel con las autoridades de su par mexicano, el denominado Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) para que se frenen los procesos judiciales contra su hijo Enrique Santos.
Esta situación de desesperación, por la que ya viajó varias veces a México, llevará a Carrió a ser relegada por Macri. Y al Presidente le servirá para mantener controlada a la diputada, sin que genere mayores disgustos en la Casa Rosada con sus denuncias.