Las Armas de Fuego generan violencia y atentan contra la paz.
Parece un despropósito manifiesto, combatir la llamada inseguridad, con armas de fuego y controlar el reclamo social, con igual método.
Es esta, lamentablemente, la decisión y el contenido, de la resolución 2018- 956, emanada de la Autoridad del Ministerio de Seguridad de la Nación, el 29 de noviembre, instituyendo el nuevo reglamento general para el empleo de las armas de fuego por parte de las fuerzas federales de Seguridad.
Este instrumento lo que hace, es autorizar a las fuerzas, en la práctica, a la ejecución por la espalda , al delincuente que fuga después de cometer un hecho grave
Esta medida, abre la puerta a la legalización de la violencia del Estado, agrede y lastima, severamente, principios identitarios del Estado de Derecho, como lo es, el de inocencia y de que nadie puede ser condenado sin juicio previo y legaliza la práctica violatoria de ddhh y constitucionales como es el ” gatillo fácil”.
De esta manera, seguimos retrocediendo y retornando a concesiones, que dieron lugar a la instalación, en la Patria, de ideas y prácticas incompatibles con el Estado de Derecho, el respeto a la Constitución y la limitación peligrosa de valores democráticos, que sembraron terror y oscuridad.
No es con balas de plomo como construimos seguridad para nuestra sociedad que la reclama.
La armadura más poderosa de la seguridad, es la inclusión social de todxs los ciudadanos y habitantes de esta Patria.
Es el trabajo,la salud y la escuela, para todos y todas.
Es la ley y la Justicia y, nunca el fuego letal de las armas, que sólo siembra odio y muerte.
Delfor ” Pocho” Brizuela