Lo firmó Defensa con la Guardia Nacional del Estado de Georgia, sede del Comando Sur. Desde el Cemida denunciaron que el convenio implica “volver a la represión militar interna”. En la oposición exigen que se debata y se apruebe en el Congreso.
De la mano del Comando Sur norteamericano, las Fuerzas Armadas podrían volver a inmiscuirse en tareas de seguridad interior para las que no tienen capacidad ni formación. Así surge de un convenio que el Ministerio de Defensa firmó con la Guardia Nacional del Estado de Georgia, por el cual esa fuerza “llevará a cabo acciones militares” con sus pares argentinos “en apoyo de los objetivos de seguridad y defensa”, áreas separadas desde que el ex presidente Raúl Alfonsín promulgó en 1988 la ley de Defensa. El escueto comunicado del ministro Julio Martínez sugiere que el convenio –que no adjunta– es para “brindar asistencia ante catástrofes naturales y ayuda humanitaria”. El de la embajada norteamericana, donde se presentó en sociedad, celebra la “extraordinariamente rica variedad de competencias” en juego, desde “temas ambientales” hasta “seguridad fronteriza”, que “ayudarán a responder a las necesidades de seguridad de Argentina” y que además implicaría buenos negocios: “Esperamos que esta colaboración brinde oportunidades a muchas industrias y emprendimientos comerciales líderes de Georgia”, se esperanzó su gobernador Nathan Deal. El Centro de Militares para la Democracia (Cemida) denunció que el acuerdo implica “volver a la represión militar interna establecida por la Doctrina de la Seguridad Nacional” y reclamó al Congreso que “no apruebe este nefasto ‘convenio’”. “Por su magnitud y por involucrar tareas de Seguridad y Defensa claramente debe pasar por el debate parlamentario y tener aprobación del Congreso”, evaluó el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi.
El 10 de noviembre, el gobierno del estado de Georgia anunció que su Guardia Nacional había sido seleccionada como operadora del Comando Sur para la Argentina como parte del Programa de Colaboración Estatal (SPP por sus siglas en inglés) del Departamento de Defensa. El ministro Martínez lo presentó un mes después, el martes 13, no en el edificio Libertad sino en la embajada de Estados Unidos, junto al anfitrión Noah Mamet y al embajador argentino en Estados Unidos, Martín Lousteau. Destacó que “nuestro país fue seleccionado entre otros 16 para el trabajo conjunto con la Guardia Nacional de los Estados Unidos, una fuerza de reserva con más de 460.000 integrantes”, y que hasta entonces “Argentina y Brasil eran los únicos países de la región que no contaban con un acuerdo de estas características”.
El SPP “establecerá las bases para desarrollar una relación exitosa a largo plazo, mediante el conocimiento en respuesta a la compartición (sic) de emergencias y desastres, la mejora de la seguridad fronteriza y el fortalecimiento de la cooperación en Operaciones de Paz y su preparación”, señala el único párrafo conocido del convenio, citado por el Cemida. “Gracias a la Alianza, la Guardia Nacional llevará a cabo acciones militares entre los dos grupos, no sólo en apoyo de los objetivos de seguridad y defensa sino que también hará uso de las relaciones de toda la sociedad y recursos para facilitar las acciones interinstitucionales y de respuesta, no sólo con los medios militares sino también con el gobierno, y los sectores sociales y económicos”, agrega.
“El SPP nos permite fortalecer los profundos lazos de confianza que ha creado la Guardia Nacional con un grupo muy amplio de socios en el extranjero, en todos los niveles de comandos de combate” afirmó el general Joseph Lengyel, jefe de la oficina de la Guardia Nacional, quien aseguró que ambas partes “se beneficiarán de la extraordinariamente rica variedad de competencias y experiencia que cada uno aportará”. El gobernador de Georgia dijo estar “orgulloso” del convenio, que espera “brinde oportunidades a muchas industrias y emprendimientos comerciales líderes de Georgia como así también organismos estatales, universidades y organizaciones de la sociedad civil”.
El comunicado de la embajada asegura que la relación entre ambos países “tuvo un avance importante” cuando a principio de año el presidente Mauricio Macri “solicitó la inclusión de la Argentina en el SPP”. Destaca que la guardia de Georgia tiene diversas “capacidades” para “responder a las necesidades de seguridad de Argentina” y que el SPP permitirá “compartir experiencia en situaciones de emergencia y desastres, fortalecer la seguridad en las fronteras y la cooperación y preparación en materia de operaciones de mantenimiento de la paz”.
“Argentina tiene una economía abierta y bien desarrollada con una fuerza militar madura. Nuestra organización espera brindar asistencia en temas ambientales relacionados con inundaciones, incendios forestales, intercambios y mantenimiento en materia de aviación, seguridad fronteriza, logística y preparación para desastres”, enumeró el brigadier Joe Jarrard, ayudante general de la guardia de Georgia. La relación entre ese estado y la Argentina “no tiene fronteras y ayudará no sólo a fortalecer a nuestros dos países sino también a aumentar la estabilidad en las Américas”, afirmó.
“El Comando Sur tiene como política central para América Latina tratar de involucrar a las fuerzas armadas en cuestiones de seguridad interior. Uno de sus objetivos después de la etapa de dictaduras militares fue convertir a la Doctrina de la Seguridad Nacional en la de Nuevas Amenazas, considerando sobre todo al narcotráfico”, recordó Rossi ante la consulta de PáginaI12. “La invocación a las catástrofes y a la ayuda humanitaria han sido dos de los ejes sobre los que siempre ha operado con un mismo objetivo: sacar a las Fuerzas Armadas de su misión principal”, destacó. El ex ministro de Defensa apuntó que “la seguridad fronteriza es tarea de las fuerzas de seguridad, por ende el convenio es impugnable”, y recordó que en materia de operaciones de paz “la Argentina tiene un centro de preparación reconocido internacionalmente, en Campo de Mayo, por lo que no veo cuál es el objetivo de que una fuerza de seguridad de Estados Unidos capacite a militares argentinos”. Rossi recordó que “desde la gestión de Nilda Garré planteamos propuestas para reformular los convenios de cooperación y colaboración con los Estados Unidos, muy imbuidos de la ideología de los ‘90, pero nunca las aceptaron”.
El convenio implica “habilitar la posibilidad de volver a emplear a personal militar en seguridad interior, eludiendo burdamente la prohibición explícita de lo determinado por las Leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior”, destacó el Cemida con las firmas del coronel (R) José Luis García y la profesora Elsa Bruzzone. Recordó que “múltiples convenios de este tipo se han establecido últimamente en países africanos con resultados desastrosos” y propuso “que las organizaciones políticas y sociales se movilicen para solicitar que el Congreso Nacional no apruebe este nefasto ‘convenio’ por los peligros que su vigencia representará: volver a la represión militar interna establecida por la Doctrina de la Seguridad Nacional, ahora por la puerta de servicio desde donde ingresarán efectivos militares foráneos capitaneados por el tristemente famoso Comando Sur”.
Fuente: Página 12