Por Mariano Saravia

El gobierno de Macri mandó armas a Bolivia luego del golpe contra Evo Morales. Esas armas se usaron para dos masacres, una el 15 de noviembre en Sacaba, Cochabamba, con al menos 12 civiles muertos y cientos de heridos, y otra el 19 de noviembre en Senkata, El Alto, con otros 11 muertos y cientos de heridos.
Para eso (para usarlas contra el pueblo) mandó armas el gobierno de Juntos por el Cambio a la dictadora Jeanine Añez, hoy presa e investigada por varios delitos de lesa humanidad.
Todo esto surge de documentos oficiales y pruebas que presentó el actual gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, encabezado por el presidente Luis Arce. En Argentina se iniciaron investigaciones. De Juntos por el Cambio, la única que habló fue Patricia Bullrich, que negó todo y dijo que sólo envió “ayuda humanitaria”. Muy consecuente con los argumentos del Imperio, que cuando invade o comete masacres alrededor del mundo, las llama también ayuda humanitaria.
Esa ayuda humanitaria que mandó el macrismo era: pistolas semiautomáticas, escopetas de repetición, carabinas automáticas, ametralladoras, fusiles; chalecos antibalas, cascos y escudos balísticos, visores nocturnos y más de 8.000 municiones de distintos calibres. Además, habrían ido también unas 70 mil municiones, un contingente de gendarmes (fuerza de seguridad que dependía de Bullrich) y hasta espías argentinos para triangular información con Estados Unidos.
Ecuador, gobernado por el neoliberal Lenín Moreno, también habría mandado armamento para la represión del pueblo boliviano. Con lo cual, estamos frente a una repetición de métodos usados durante los ’70 en lo que fue el Plan Cóndor, un plan de represión a nuestros pueblos en conjunto por las dictaduras del Cono Sur, y al servicio de la Doctrina de la Seguridad Nacional impuesta por el Imperio Estadounidense.
Pero no sólo Bullrich es responsable de esta barbaridad, como ex ministra de Seguridad. También lo son Oscar Aguad, que era ministro de Defensa, Jorge Fourie, que era canciller, y el mismo Macri, ex presidente. Todos ellos podrían ser cómplices de delitos de lesa humanidad. No es cualquier tipo de delito, es la aberración máxima a la cual puede caer un ser humano. ¿Y los radicales? Bien gracias. No saben, no hablan, no contestan. También son cómplices, por ser socios políticos.
Esto marca dos cosas. La primera, es que en el mundo entero se nos presentan dos tipos de derecha, una fascista y otra neoliberal, pero las dos son caras de una misma moneda. Por un lado, hay una derecha extrema, neofascista, racista, discriminatoria, homofóbica y violenta. Ahí están los Bolsonaro, Trump, Vox en España, Matteo Salvini en Italia, Marine Le Pen en Francia, los gobiernos de Hungría y Polonia, etc. En esa lista entra Patricia Bullrich y su discurso violento, racista y clasista. La otra es una derecha neoliberal en lo económico, pero que en lo cultural intenta presentarse como moderna y amplia. Ahí están los Macri, Sebastián Piñera, Mariano Rajoy, Iván Duque, hasta Joe Biden. Pero con esto queda claro algo que vengo diciendo desde hace tiempo, esa derecha con piel de cordero es también lobo, en el fondo es tan fascista como la otra.
Segundo, que la clase dominante que representan Macri y Bullrich siempre fue violenta y siempre masacró a nuestros pueblos: los 30 mil gauchos exterminados por Mitre, la Guerra de la Triple Alianza, la Campaña del Desierto, la Semana Trágica, la Forestal, la Patagonia Rebelde, el Bombardeo de Plaza de Mayo, etc., etc., hasta llegar al genocidio de la última dictadura. Así que esta actitud no es nueva en nuestras clases dominantes ni en nuestras derechas latinoamericanas, que siempre se ayudan entre ellas para mantener sus privilegios.
Por lo tanto, el envío de armas de guerra por parte de Macri a la dictadura boliviana para usarlas contra su propio pueblo nos deja dos conclusiones. Uno, que NO hay derecha buena, sensata, moderna o democrática. Y dos, que la derecha SIEMPRE masacró al pueblo.

By omalarc

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.