El Tribunal Oral Federal de esa provincia dio por terminado el primer juicio por esos delitos contra el exjefe del Ejército (imputado junto a otros doce genocidas). Fue por los casos de Pedro y Ramón Olivera.
Con la sentencia de los jueces Julián Falcucci, Jaime Díaz Gavier y Enrique Lilljedahl (que había sido anunciada para las 13 pero se demoró por unas tres horas) concluyó el primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico-militar-eclesiástica en La Rioja, que tuvo al exjefe del Ejército César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milanicomo uno de los trece acusados.
A Milani y otros genocidas se los juzgó por su participación en el secuestro y las torturas padecidos por Pedro Olivera y su hijo Alfredo, ocurridos en 1977. Pedro, durante su cautiverio, sufrió un accidente cerebrovascular en medio de una sesión de tortura y luego fue abandonado por los militares en su domicilio.
La querella de los Olivera había pedido una condena de veinte años de prisión para Milani, igual que para el exjuez federal Roberto Catalán. También doce años para el teniente Alfredo Santacrocce, entre otros pedidos. En tanto que la Fiscalía pidió para Milani 18 años de prisión.
En todos estos meses La Izquierda Diariofue informando sobre las alternativas de este importante proceso judicial, desde que comenzó el 3 de mayo. Sobre todo los importantes testimonios de sobrevivientes que fueron aportando datos, fechas, lugares y circunstancias que permitieron comprender la historia. Entre ellos, se destacaron las declaraciones de Ramón Olivera y Oscar Schaller, hijo del fallecido Plutarco Schaller, periodista del diario local El Independiente que también denunció a Milani por participar de su secuestro y torturas.
Otros de los valiosos testimonios fueron los de Verónica Matta, su hermana Cecilia y Jesús Olivera, hijo de Pedro y hermano de Alfredo, quien también con su declaración aportó muchas pruebas contra Milani.
En el juicio se vivieron también algunos momentos indignantes, como cuando el Tribunal echó de la sala a la Madre de Plaza de Mayo Marcela Ledo y a su hija Graciela, madre y hermana respectivamente del soldado Alberto Ledo. Se trata del joven desaparecido en Tucumán en 1976, en un hecho por el que también está procesado Milani y cuyo juicio oral y público se iniciará el 12 de septiembre.
También causó bronca e indignación en sobrevivientes y familiares de víctimas que el mismo Milani, al dar su declaración apenas iniciado el juicio, leyera en voz alta una carta de Hebe de Bonafini en la que se lo hacía pasar por un hombre bueno e injustamente procesado.
Milani estuvo presente en las instancias obligatorias del juicio, y el resto de las audiencias las siguió desde Campo de Mayo, donde está preso desde el último día de 2018 tras pasar un largo tiempo en el penal de Marcos Paz.
“Un castigo al Ejército Argentino”
Este mismo viernes, antes de que el Tribunal diera su veredicto, Milani aprovechó sus últimas palabras para realizar una especie de arenga nacionalista con tintes discursivos propios del peronismo.
Acusó a quienes supuestamente montaron “una campaña política, mediática y judicial inédita contra un jefe del Ejército”, al tiempo que reafirmó su “firme convicción” de que con su “injusta y arbitraria detención y las falsas acusaciones”, más que hacerle un daño a él, “se le ha infligido un castigo al Ejército Argentino, privándolo de la posibilidad de una reconciliación definitiva con el pueblo de que se nutre”.
Buscando darle una curiosa épica a su paso por le jefatura del Ejército gracias a los favores de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, Milani dijo sentir “que con las acusaciones, calumnias e injurias” hacia él y “las convicciones nacionalistas” que representa, “se ha pretendido ahogar quizás el último gran intento de lograr un Ejército defendiendo los grandes proyectos nacionales y populares”.
De los graves hechos de violaciones a los derechos humanos de los que se lo acusó en este juicio y en otros que vendrán, Milani este viernes no dijo absolutamente nada. Solo referencias a un hipotético ejército “popular” inspirado en los caudillo federales y en Juan Domingo Perón.
Sobre el final de su intervención, Milani dijo que cree “firmemente en Dios, que algún día juzgará nuestros actos. Por eso estoy tranquilo, vistiendo con orgullo el uniforme de la patria, seguro de que me asiste la verdad y la razón”. “No me van a quebrar”, finalizó diciendo.
Repudio a la decisión judicial
Referentes políticos, de derechos humano y sociales hicieron conocer su repudio a la decisión que garantizó impunidad para Milani. Entre ellas estuvieron los dirigentes de la izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño.
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