La intimidad del encuentro entre Alberto Fernández y Milagro Sala
Desde el entorno de Sala se mostraron sorprendidos y valoraron la actitud del Presidente. “En este matadero de la política donde todo el mundo se tira con todo, donde todo es tan inhumano, es un acto de humanidad muy importante”, destacó Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador del Frente Milagro Sala.
La última vez que Alberto Fernández se había reunido con Milagro Sala todavía no era Presidente. Fue el 31 de diciembre de 2016, cuando visitó a la dirigente social durante la víspera de Año Nuevo. Aquel encuentro fue en el penal de Alto Comedero en Jujuy, en donde Fernández le expresó su solidaridad ante la detención arbitraria -motivada por el accionar de Gerardo Morales- de la líder de la organización Tupac Amaru. Cinco años y medio después y ya con el cargo de jefe de Estado, Fernández viajó a la provincia a visitar a Sala, quien debió ser internada de urgencia por una trombosis venosa profunda.
“Apenas llegué de Alemania me enteré que estaba internada con un coágulo y estaba comprometida su salud. Llamé a su esposo y le dije que la iba a ir a ver. Pero esto no es de ahora, yo siempre he planteado lo indebido de la detención de Milagro Sala, la irregularidad que los procesos que han tenido”, reveló Fernández sobre cómo surgió la idea de visitarla, tras su regreso de la cumbre del G7.
Desde el entorno de Sala se mostraron sorprendidos y valoraron la actitud del Presidente. “Me llamó ayer a las 10 de la mañana. No es habitual que te llame un Presidente, me dijo ‘voy a viajar mañana, la quiero ver'”, relató a Página|12 Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador del Frente Milagro Sala.
“La quiero ir a ver, humanamente es un desastre lo que están haciendo con Milagro, yo tengo el límite de no tener la posibilidad de liberarla, pero voy a hacer todo lo que me permita la institucionalidad para que esto se resuelva porque es una injusticia absoluta. Si ella está en condiciones médicas de recibirme, viajo a primera hora”, le dijo Fernández a Garfagnini en aquel llamado.
El dirigente rescató la actitud del máximo mandatario, al tiempo que insistió en su asombro: “Me parece que puso por delante una cuestión muy humana. En este matadero de la política donde todo el mundo se tira con todo, donde todo es tan inhumano, es un acto de humanidad muy importante. Ojalá que eso sirva para contagiar a otros dirigentes políticos. Ese acto de sensibilidad no lo esperaba”.
Por fuera de las diferencias políticas que desde el Frente Milagro Sala han expuesto en el último tiempo sobre la gestión actual, Garfagnini calificó como “algo histórico” lo que sucedió este miércoles, y recalcó el hecho de que una figura presidencial visite a una presa política. “Somos muy críticos de la gestión de este Gobierno, pero eso no invalida que yo diga las cosas que están bien”, reconoció.
“Ojalá alcance para que la clase política reflexione, la liberen y se den cuenta que a través de la persecución, el hostigamiento y la tortura no se resuelven las diferencias entre proyectos políticos, que es lo que hizo Gerardo Morales. La discusión con Milagro se tiene que dar en las urnas”, enfatizó.
Revolución en el hospital
La sorpresa por la llegada de Alberto Fernández se extendió hasta último momento. El entorno de Milagro no lo esperaba hasta que finalmente dio ingresó a la clínica Los Lapacho. “En ningún momento hubo un rumor, no sabíamos que venía. La gente que estaba en la clínica y los allegados de Milagro estábamos expectantes. Había un ambiente de sorpresa y felicidad de este gesto desde la Presidencia con Milagro”, contó a este medio Marcos Aldazabal, abogado de Sala.
El letrado destacó el rol de la clínica, que en todo momento se encargó de cuidar a los pacientes tras el revuelo que generó la visita presidencial: “Cuando llegó los empleados se acercaban a sacar fotos. También un montón de trabajadores de la salud se acercaron por la precarización del gobierno provincial y un grupo se acercó a pedir por Milagro”.
El encuentro entre Milagro y Alberto duró alrededor de 45 minutos, en el que compartieron una charla íntima sobre su salud, el presente y su situación judicial. “Ella estaba contenta”, indicó su abogado.
“Alberto había venido en 2016, por eso esperábamos el gesto ya como Presidente, que se haya manifestado cambia el panorama, es una situación de violación de derechos humanos que no puede pasar en el territorio argentino”, manifestó Aldazabal.
El abogado sostuvo que “es importante que haya un mensaje del Poder Ejecutivo”, aunque aclaró: “Quien tiene que resolver es la Corte Suprema que tiene la causa hace casi dos años y medio y el poder judicial cooptado de Jujuy”.
La situación judicial de Sala
En cuanto a la situación judicial de Sala, en las últimas semanas el Ministerio Público de la Acusación expresó públicamente su intención de que vuelva a la cárcel, sin importar lo dispuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La líder de la Tupac Amaru lleva casi siete años en prisión preventiva, monto que triplica el máximo establecido legalmente. Mientras tanto, el Poder Judicial jujeño continúa impulsando causas contra ella y su familia. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por su parte, tiene pendiente de resolución la causa principal contra Sala desde hace más de dos años.