El presidente Alberto Fernández encabeza en la localidad bonaerense de Merlo el acto de lanzamiento del Programa “Paradas Seguras” que tiene como objetivo instalar 4.000 refugios con dispositivos de seguridad en paradas de colectivos de 43 municipios de la Región Metropolitana de Buenos Aires.
Su instalación, que demandará una inversión de alrededor de 2.500 millones de pesos, será el resultado del trabajo coordinado entre la Nación, la Provincia y los Municipios.
El mandatario fue recibido en el Parque de la Unidad Nacional por el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez.
De la actividad participa también el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Los refugios contarán con WiFi, cámara de 360° para ver en tiempo real lo que sucede en el lugar y sus alrededores; botón antipánico para dar aviso a las autoridades locales; intercomunicador con un centro de monitoreo para casos de emergencia, y sistema de altavoz integrado.
Tras los discursos de Sergio Massa y Axel Kicillof, el presidente se refirió al fallecimiento de Mario Meoni, ex titular de la cartera de Transporte: “Mario era por sobre todas las cosas un bonaerense, que amaba su provincia entrañablemente y que conocía los problemas de su provincia. Y vivía obsesionado con el problema de la seguridad en la provincia de Buenos Aires. Y este plan tiene que ver con eso, con su obsesión de que el que tiene que esperar un transporte público no tenga la sensación de que todo puede ir mal”.
Luego, agregó: “A Mario lo conocí en 2003, él acababa de ganar su municipio. No éramos del mismo espacio y pudimos trabajar muy bien juntos, como podemos trabajar muy bien juntos con muchos opositores. Creo que la inmensa mayoría de la Argentina eran como Mario, como cualquiera de los intendentes acá presentes. Todos queremos vivir en una Argentina en paz, todos queremos una Argentina unida en la pluralidad, en la diversidad. La democracia es eso, el arte de la sinfonía, el arte para que todo suene bien cuando todos tocamos instrumentos distintos sabiendo que en algunos momentos a unos les toca dirigir la orquesta y en otro tiempo le toca ejecutar un instrumento. Eso es la democracia”.
Sobre la pandemia de coronavirus, señaló: “La explosión de casos hace que las camas se saturen y que de repente los hospitales privados de la Ciudad de Buenos Aires le tengan que pedir al hospital Muñiz que le habiliten camas para seguir atendiendo a sus pacientes después de haber mandado a muchos pacientes a la provincia para ser atendidos. En ese contexto me pregunto si no debemos reflexionar un segundo cuánto vale la vida. Porque en este momento en donde todos sentimos la pérdida de Mario, deberíamos entender cuánto vale la vida. Es lo más valioso que tenemos. Cuando nos falta solo nos quedan dar homenajes, pero esa ausencia, esa vida que se pierde, no se recupera, como no podemos recuperar a Mario”.
Agregó: “Eso pasa con cada argentino que se muere en la pandemia. Por eso nosotros no nos podemos dar el lujo de decirle a un argentino ‘no te puedo atender porque no hay cama’. Y no nos podemos dar el lujo tampoco de exigirle cada día más al sistema de salud, a esos médicos, esas médicas, esos enfermeros y enfermeras, a esos terapistas, esos camilleros que van en socorro de aquellos a los que el virus ataca. Por eso este tiempo sirve también para que reflexionemos, para que nos demos cuenta que necesitamos cuidarnos mucho, que si nos cuidamos mucho cuidamos al otro. Que si nos cuidamos todos, nos podemos salvar todos. Pero si no nos cuidamos nosotros, vamos a llevar mucho dolor a otros, podemos ser la causa de muerte de otros, podemos ir a buscar nuestra propia muerte.”
Al final de su discurso, hizo referencia a las especulaciones políticas en el marco de pandemia: “No hay que olvidarlo, son tiempos muy difíciles que no se resuelven haciendo política en este contexto. Ninguna coyuntura política nos autoriza a dejar de valorar la vida. Ninguna coyuntura política nos autoriza a no valorar la salud de los argentinos y argentinas. Porque si una enseñanza nos deja Mario en el día de hoy, es cuánto vale la vida. Y que no podemos exponernos a que se pierdan vidas de argentinos. Olvidémonos por un rato de las diferencias, que cada uno toque su instrumento, pero hagamos el esfuerzo de tocar una sinfonía”.