El freno al ascenso a la categoría de mercado emergente es el primer traspié serio que sufren los activos argentinos. Elecciones y déficit fiscal condicionan a los inversores
Imposible determinar si Luis “Toto” Caputo sabía o contaba con algún indicio de que la Argentina no conseguiría por el momento volver a la categoría de “emergente”. Pero indudablemente resultaba sospechosa la decisión de emitir un bono a 100 años apenas 24 horas antes de esta trascendente definición. “¿Por qué no esperar la buena noticia para salir a una tasa más baja?”, era una incógnita obvia que planteábamos en Infobae. Con la noticia ya consumada, el apuro del ministro de Finanzas luce mucho más lógico, más allá de la discusión sobre la conveniencia de emitir deuda a plazos tan largos.
Aunque Morgan Stanley reconoce los avances realizados por la Argentina, en especial en la eliminación de los controles de capitales y de los límites para girar divisas al exterior, además de la adopción del régimen de flotación cambiaria, plantea al mismo tiempo que todavía es prematuro considerar que “los cambios serán irreversibles”.
Se trata del primer traspié serio que sufre Mauricio Macri en la extensa luna de miel que tenía con los mercados desde que asumió en diciembre de 2015. La eliminación del cepo cambiario, las negociaciones que concluyeron en la salida del default y el acercamiento a las principales potencias mundiales llevaron a los inversores a comprar el nuevo escenario argentino. La luz amarilla prendida ante la decisión de no incorporar a la Argentina en el índice de mercados emergentes que elabora MSCI no significa que ahora los inversores le vayan a dar la espalda súbitamente al país. Pero es indudable que ahora la decisión de incorporar activos argentinos a un portafolio será mucho más meditada.
Ahora se le exigen más señales al Gobierno de que no habrá una vuelta al pasado. En particular en relación a las medidas relacionadas con el libre movimiento de capitales
La decisión de pasar o no a la Argentina del grupo de mercados “fronterizos” a emergentes la tomó un comité asesor luego de consultar con fund managers alrededor del mundo. Concretamente, les preguntaron si estarían dispuestos a incorporar a un grupo de acciones argentinas dentro de su portafolio destinado a emergentes. Es obvio que hubo más respuestas negativas que positivas.
Luego de este paso fallido, el Gobierno tendrá que dar nuevos y duros exámenes ante la comunidad de inversiones. Uno de ellos será el resultado de las elecciones de octubre y el peligro latente de un retroceso en el rumbo tomado. El otro tema pasa por la disminución del déficit fiscal el año próximo, ya sin ayuda del blanqueo, con menor recaudación ante la baja de la inflación, con la necesidad de subir tarifas para bajar el gasto en subsidios y en medio de una reforma impositiva que en teoría debería servir para aliviar la carga fiscal.
Los mercados habían descontado el regreso de la Argentina a la categoría de “emergente”. Ahora las acciones deberán digerir el impacto negativo.
Ahora los mercados deberán digerir la novedad, que es justamente la ausencia de noticia. Los precios de las acciones ya habían incorporado una decisión positiva, pero ahora sufrirán el golpe. La incorporación del país como mercado emergente hubiera obligado a una gran cantidad de fondos de inversión alrededor del mundo a incorporar papeles locales a sus carteras para quedar equilibrados con el nuevo índice. Ahora ese esperado movimiento no tendrá lugar, lo que disminuye la demanda potencial de papeles argentinos. Ese es el motivo que llevaría hoy a un ajuste de los precios. Una toma de ganancias, en definitiva, que la mayoría de los operadores por otra parte consideraban como razonable. Tanto el mercado de acciones como de bonos venían operando en niveles cercanos al récord.
No sería extraño, además, que el ajuste llegue al tipo de cambio, sobre todo luego de la suba del dólar ayer en Brasil a 3,33 reales (casi 1,3% de incremento). Y finalmente que los bonos también se vean algo afectados, aunque los rendimientos siguen siendo mucho más altos que el promedio de la región.
Pero el principal impacto negativo será para las empresas. El regreso a la categoría emergente hubiera permitido que más empresas salgan a buscar capital al mercado bursátil. Eso es lo que hizo hace dos semanas Banco Macro, consiguiendo en el exterior casi USD 700 millones por una ampliación accionaria. También tiene planes en esa dirección otro banco como el Supervielle. Pero además varias empresas están comenzando a evaluar la posibilidad de abrir su capital accionario. Al haber menos oferta potencial de activos argentinos, todos estos planes quedarían como mínimo en duda y en algunos casos directamente postergados hasta que soplen vientos más favorables. Como mínimo hasta que la Argentina pueda dar señales mucho más claras de que no volverá a recetas del pasado.
Fuente: Página 12