Desde el Partido Comunista de la Argentina repudiamos la provocación injerencista del embajador estadounidense, Marc Stanley, quien en la reciente reunión realizada en la Ciudad de Buenos Aires por el Consejo de las Américas (un consorcio del gran capital regional al servicio de los intereses del imperialismo yanqui y diseñado en Washington hace sesenta años con el fin de contrarrestar la influencia de la entonces naciente Revolución Cubana) llamara al gobierno nacional y a la oposición de derecha a conformar “antes de las elecciones de 2023” una gran coalición de partidos para “salvar al país”.
Estos consejos salidos de la Doctrina Monroe, que buscan apoyo en la remanida e inviable conciliación de clases, encuentran eco en declaraciones como las del propio ministro de economía, Sergio Massa, quien abogó en el mismo auditorio por “no tener ni miedo ni vergüenza de sentarnos a buscar acuerdos entre fuerzas políticas distintas”, coqueteando con la idea sugerida por Stanley de avanzar hacia un hipotético “Frente de Todos Juntos por el Cambio”.
El FMI cogobierna la Argentina y el embajador estadounidense, uno de los principales lobbistas del acuerdo sellado con el fondo en marzo pasado, declara con aires de virrey: ” ¿Tienen Vaca Muerta, tienen alimentos, tienen litio?, acá está el socio que necesitan para salir a ofrecerlo”.
Estas bravuconadas proferidas por Stanley reafirman el siempre renovado interés de los Estados Unidos no sólo en nuestro país, si no en toda en nuestra región, a la que nunca han dejado de considerar como su patio trasero. El interés obsesivo del imperialismo yanqui al sur del Río Bravo se ve hoy potenciado ante la manifiesta pérdida de hegemonía mundial que sufre a manos de China y Rusia, por eso no deben sorprendernos para nada estas repudiables declaraciones, que van en el mismo sentido que las que pronunciara la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, semanas atrás y representan una gravísima amenaza contra los recursos naturales y la soberanía de Nuestra América.
Los gestos en pos de la unidad latinoamericana proclamados por el presidente Alberto Fernández en la reunión de la CELAC en el día de ayer en el Centro Cultural Kirchner deben ser acompañados por hechos concretos, como el de devolverle de inmediato a la República Bolivariana de Venezuela el avión secuestrado en nuestro país por orden de EEUU y ordenar a nuestra Cancillería que exija la inmediata remoción del embajador Marc Stanley por su intromisión directa en nuestra democracia.
La disociación entre los anuncios y las medidas tomadas por este gobierno ya son una constante, como lo demuestran la marcha atrás con la expropiación de Vicentín o con la investigación de la “mayor estafa contra el pueblo argentino”, como el mismo AF caracterizó en su momento al préstamo pedido (y fugado) por el macrimo al Fondo Monetario, que luego terminaría legitimando.
La defensa de nuestra soberanía exige romper esa hoja de ruta marcada por el FMI, con sus clásicas recetas que colocan siempre al pueblo como variable de ajuste, y tomar la decisión de recuperar Vicentin, de recuperar el control sobre el Río Paraná y estatizar los puertos, tal como exigieron amplios sectores de la CTA y de la CGT en la masiva movilización del reciente miércoles 17 de agosto.
La defensa de nuestra soberanía exige
reagrupar fuerzas en el campo popular para poder ponerle fin al neoliberalismo de una vez por todas, para forjar una unidad programática que le haga honor a la memoria de nuestro Libertador General José de San Martín, y luche, por hacer de nuestra Patria “una tierra digna de ser vivida, donde todos podamos sembrar, crecer y prosperar, libres de toda cadena”.
Secretariado Nacional
Partido Comunista de la Argentina