En la mañana de este lunes, los trabajadores de la Curtiembre Curtume CBR, ubicada en Nonogasta, departamento Chilecito, realizaron una denuncia por desbaratamiento de la empresa en contra de los propietarios de la planta. Federico Salazar, secretario General de SECALaR rubricó la demanda en el Ministerio Público Fiscal.
En ese sentido, Salazar consignó que el motivo de dicha denuncia es por “un desbaratamiento de la empresa que está previsto en el Código penal, Artículo 176 inciso E por el que denunciamos al empresario y los posibles coatutores, ya que la dejaron abandonada, no se dieron a quiebra y dejaron que la línea de producción se desgastara para poder argumentar en su momento, ahí sí, una quiebra”.
“A esta denuncia no la hicimos antes por miedo a perder el REPRO y beneficios, y como a eso ya lo perdimos, formalizamos desde la Federación la denuncia para volver a trabajar. Es fundamental castigar a un empresario que dejó a 700 familias riojanas en la calle, sin pagar sueldos, ni siquiera darlos por despedidos para poder cobrar algún tipo de indemnización”, explicó el referente de los trabajadores.
Comentó asimismo que la presentación es “en contra de Gilmar o del empresario, de su directorio esperando una solución directa de la justicia”, y agregó que Fiscalía no se expidió formalmente ya que no se hicieron presentaciones antes, “y nosotros hicimos los pasos que debíamos hacer que son los de llamar a conciliación en Trabajo, llamar a las partes, y el Ministerio de Trabajo de la Nación nos pudo liberar las partes, y una denuncia que no hacíamos por miedo a perder un REPRO”.
“Es la última instancia desde el punto de vista técnico legal en contra del empresario, pero desde trabajadores venimos haciendo con la toma de la fábrica, y trabajando en conjunto con el Gobierno Provincial y Nacional en busca de una solución que creo que próximamente se puede dar”, argumentó.
Sobre las respuestas desde el Gobierno Provincial en la figura del gobernador Ricardo Quintela, dijo que “todas fueron positivas desde que llevamos el problema cuando tomamos las calles en Chilecito, y se comprometió a buscar una solución. Él buscó a un empresario interesado pero en el medio está Gilmar, mientras tanto, nos dio un subsidio de 15 mil pesos, nos subsidió la luz y los módulos alimentarios todos los meses, que ayudó a alivianar la carga que teníamos que era la falta del salario. Ahora, la otra parte que nos falta recuperar, es la felicidad de poder trabajar dignamente”.