Mirta Collante, encabeza una inquebrantable lucha contra la impunidad. A su hijo A Mario Taboada lo mataron en la noche del 23 al 24 de mayo del año 2014. Su cuerpo fue hallado con los primeros rayos del sol en el camino al boliche El Pinar, una conocida discoteca de la capital provincial. Tenía rastros de sangre en la nariz y tres pinchazos, por lo que la conclusión de la Policía fue rápida y de manual: murió de sobredosis. Sin embargo, la autopsia arrojó que la lesión en la nariz se la produjo un antestesiante (cloroformo) y las inyecciones que recibió tenían una mezcla de ketamina y potasio, dos sustancias cuya combinación es letal. La investigación no tardó en dirigirse contra Matías Sebastián Oliva, un amigo de la infancia de Taboada.
Collante está convencida de que fue “un crimen por encargo”. Nunca dijo en público quién cree que es el autor intelectual del asesinato, aunque le dio el nombre y el apellido al juez Daniel Barría. Pero ante la falta de avances en la causa, decidió hacer pública parte de la historia.
“Mi sospecha es que fue un crimen que viene de la droga porque yo denuncié a un traficante que vivía en mi barrio. Lamentablemente el juez federal (Daniel Herrera) Piedrabuena no investigó y cerró la causa por inexistencia de hecho. No sólo no me puso custodia, sino que le hizo saber al narco que lo había denunciado. Entonces esta persona me pegó donde más me duele y mató a mi hijo. Yo sospecho que además hay gente poderosa metida acá y por eso no quieren ir más allá”, reveló en el programa Laberinto, que se emite todos los martes a las 22 por Canal 5- La Rioja
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