Comenzó el juicio por el femicidio de la joven patquiense Romina Ríos, cuyo cuerpo fue hallado en las cercanías del Golf calcinado, el 14 de febrero de 2015. En el inicio de la audiencia declaró por primera vez en lo que va de la instrucción el único detenido el policía Pedro Miguel Angel Ortíz. Admitió que el mató a Romina Ríos y contó detalladamente los sucesos. Insistió que no fue intencional, que se le escapó el tiro mientras le mostraba el arma a la joven y que en su desesperación se deshizo del cuerpo. La muerte, según Ortiz fue a la siesta del 12 de febrero de 2015.
DECLARACIÓN DE PEDRO MIGUEL ANGEL ORTIZ
En su declaración el hombre, hizo un extenso descargo contando que era acosado por la joven, a pesar de su negativa. Ortíz remarcó que Romina Ríos, insistió con tener una relación con él, a pesar que él le explicó en reiteradas oportunidades que él tenía una relación con quien definía constantemente como “la madre de su hijo”.
Pedro Ortiz, en su relato quiso dejar en claro que Romina era quien lo acosaba constantemente, y que tras su insistencia aceptó verla. En su declaración dijo que en la fecha que la joven desapareció, el estaba trabajando y ante los mensajes insistentes él accedió a pasar a buscarla por el Profesorado, donde ella había ido a inscribirse.
Tras intercambiar unas palabras, Ortiz manifestó que se despidió de ella, pero la encontró horas mas tarde en una estación de servicio, donde tenía que encontrarse con su novio. Ortiz contó que él se ofreció a acompañarla a la parada de el colectivo, pero ella se negó. Dijo que Romina le comentó que se quedaba un día más en La Rioja, para hacer trámites para la inscripción.
Luego el policía, relató que al otro debía fue a retirar su uniforme y el arma, pero le informaron que hubo una demora en la entrega por eso, sólo retiró el arma y que el ese jueves 12 a las 20 debía presentarse en la Comisaría Primera para el uniforme.
Cuando estaba almorzando, recibió un mensaje de Romina, pidiéndole verse a las 15. Según expresó Ortiz, Romina le habría dicho “ya veo que le invento a mi tía”.
Después de un intercambio de mensajes quedaron en verse en las inmediaciones de la Escuela Pío XII por Av. Santa Rosa, y de acuerdo a lo expresado por Ortíz con claras intenciones de tener un encuentro íntimo, por lo que pidió prestado el departamento a un amigo apellidado Pereyra
Finalmente se encontraron en la Rotonda de Santa Rosa y Circunvalación, en la puerta de un negocio conocido y de allí partieron al departamento prestado, para mantener relaciones.
Estando allí ella le pregunta que “como van a quedar”, y el le responde que “nadie se tiene que enterar”, que debían seguir como estaban “yo con la madre de mi hijo y vos con Ricardo”. Ortiz decía que ella quería algo más serio .
Aproximadamente a las 16,45, se preparó para ir a bañarse y Romina le pide prestado un cargador de celular. Cuando lo busca trae también el arma, que recién le habían entregado, para demostrar que “ya era un policía de verdad”.
De acuerdo a la declaración del policía, para “monear”, sacó el arma de la pistolera, la abrió y sacó el cargador, presumiendo delante de la joven que estaba en la cama intentado enchufar el cargador. En ese momento Ortiz señala que el tenía el arma abierta apuntando al respaldo de la cama y que Romina estaba agachada, en ese instante él coloca el cargador y sin percatarse que no tenía seguro, el arma se dispara impactando el tiro en la espalda de la joven patquiense que en ese momento se había incorporado hacia el respaldo.
“Por monear,en ese momento jugando con el arma, mientras ella estaba poniendo el cargador, sale el disparo y veo que le pega en la parte de la espalda. Largo el arma al suelo y me agarro la cabeza. Agarro a Romina, la pongo en el piso, tomó dos bocanadas de aire y ella murió. Me acuerdo que le apreté el pulso en la mano y no le sentí. En 5 segundos pasó mi vida, la de mi hijo”, dijo Ortiz al contar el trágico instante en que Romina perdió la vida
Continúo: “Me paro y veo la pieza llena de sangre, un cuerpo. En el medio de la desesperación me pongo las ojotas, la veo ella estaba con los ojos y las boca abierta. Salgo, veo un plástico negro y vuelvo adentro con la esperanza de que se haya movido al menos. En la desesperación decido que no tenían que encontrarla. Puse el plástico por debajo de ella, ella estaba en ropa interior, pongo su ropa adentro y la ato con un hilo, eran los cordones. El celular de ella lo pongo en el elástico del short. Salgo con ella y la pongo en la moto, lo trabo con las piernas y salí sin saber adonde ir, todo ensangrentado”, relató sin emoción el acusado
Pedro Ortiz siguió con su macabro relato: “Salgo por el costado de la escuela de policía… no tenía rumbo, perdido de la desesperación, agarro la circunvalación y no se me cruzó nada. Yendo veo que la moto estaba casi sin nafta. Fui hasta la cantera que ya la conocía porque ahí hacíamos instrucción. Vi un basural, entro la moto, había una piedra con la que trabo con el portón . Había un árbol, vi un árbol en el borde y empujé la bolsa sin mirar adonde ni como caía. Cerca del Parque de la Ciudad tiré el teléfono de ella”.
El acusado dijo que luego volvió al departamento de su amigo, lo limpió, se bañó y fue al polígono a probar el arma. Hizo 5 disparos y pidió retirarse. Dijo que lloró porque con cada tiro veía sangre.
Relató que esa tarde, tal como estaba previsto, le entregaron el uniforme, y luego de la ceremonia volvió a su departamento y allí se encontró con su primo que le preguntó como le había ido con Romina. Ortíz dijo que mintió y le contó que solo la había visto 10 minutos porque la había llamado su madre. Luego viajó a Patquía, a insistencia de su pariente en colectivo. Estuvo ahí hasta el viernes 13, que llegó a trabajar.
Estando afectado al Polideportivo de Vargas, escuchó por radio a la madre de Romina Ríos, pidiendo datos de su paradero.
Pensando que podía hacer, volvió al departamento a las 22, y se dijo que “no me tenían que descubrir”. Pensó en pedir ayuda pero desistió “nunca lo van a entender… me lo tenía que llevar conmigo”. Ese sábado entró a trabajar a las 6 y escuchó Infantería estaba buscando a Romina. A las 14 salió de trabajar fue a su departamento tomó una botella de alcohol de litro que tenía mas de la mitad y salió con la intención de borrar las huellas en el cuerpo de su víctima. Al pasar compró 2 botellas más de alcohol
Llegó a la cantera, tiró el alcohol sobre el plástico con que envolvió el cuerpo de Romina, y sin mirar le prendió fuego. “Sólo quería borrar las huellas”, dijo evidenciando su premeditación.
Dijo que fue a su departamento se sacó la ropa, que luego arrojó en un contenedor ubicado en Av Luis Vernet frente a una heladería y fue a trabajar.
Cuando llegó a su departamento lo llamaron de Investigaciones para prestar declaración, ya habían encontrado el cuerpo de la infortunada. El confesó que dijo conocer a Romina Ríos, que había mantenido comunicación con ella hasta la mañana de la desaparición, pero que no tenía ningún tipo de relación íntima con ella.
“Ese día pedí trabajar en adicionales para no pensar. Sabía que si no me mataba iban a venir por mí”, dijo el imputado.
Luego el abogado defensor pidió un cuarto intermedio antes de continuar con la escalofriante declaración de Ortiz.
Sorpresivamente en la primera jornada del juicio, la familia de Romina Ríos escuchó, lo que reclamaba saber: como fue, cual fue el móvil del crimen y si hubo o no más implicados. Sin dudas un duro golpe para sus seres queridos que escucharon el relato de Ortiz, que en su primera parte solo quiso ensuciar la memoria de Romina Ríos.
Ahora sólo queda esperar la resolución de la Justicia.