Los trabajos de la Universidad de La Rioja para confeccionar una “etnografía del agua” se desarrollan en Bañado de Los Pantanos, una localidad que encierra una misteriosa ciudad perdida y las ruinas de un fuerte y presidio español del siglo XVII.
Por Horacio Raúl Campos
El proyecto de investigación “Río Colorado. Una etnografía del agua” despliega trabajos etnográficos en la localidad de Bañado de los Pantanos, en el departamento de Arauco, en el norte de la provincia de La Rioja. La iniciativa, dirigida por el arqueólogo Claudio Revuelta, pertenece al Museo de Ciencias Antropológicas y Naturales de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR).
Las tareas, enfocadas en la antropología y la arqueología, se centran en la realización de una “etnografía del agua en esa localidad, con estudios, descripción y análisis de una práctica comunitaria de captación del agua del río Colorado con fines agrícolas”, señaló Revuelta al Suplemento Universidad.
Bañado de Los Pantanos está a veinte kilómetros de la ciudad de Aimogasta, cabecera del departamento Arauco (La Rioja), y, según el investigador, “atesora históricamente una relación particular con el río Colorado”. Según la documentación etnohistórica, durante las primeras décadas del siglo XVII, las poblaciones indígenas del campo de Paccipas (la región comprendida entre San Blas de Los Sauces, Bañado del Pantano y Aimogasta) “desviaron el curso natural del río para su beneficio durante el alzamiento diaguita-calchaquí, de modo tal que inundaron el terreno circundante, formando un pantano”, explicó.
En el lugar, se realiza en mayo la Toma de San Isidro, “una particular manera de organización social a escala comunitaria de todas las actividades, trabajos y obligaciones que entran en juego, como también los derechos de acceso al agua e implicancias rituales y simbólicas, única en su tipo en la provincia”, señaló.
“Desde esta perspectiva –agregó–, todos los elementos de la naturaleza, sean animales, árboles, piedras, ríos, cerros y chacras, tienen su lado interior, su vida secreta, su propia personalidad, capaz de comunicarse con hombres y mujeres a condición de que sepa abrirse a ellos y tratarles con sensibilidad”.
Revuelta destacó que la investigación pretende aportar “un modo de conocimiento y pensamiento situado en relación a la gestión y comprensión del agua en una región sumamente árida y, por otro lado, poner en relieve la necesidad de mejorar el acceso al agua de riego mediante la reactivación de la toma de Tuscamayo, una obra largamente esperada por los pobladores”.
Recordó que las primeras observaciones etnográficas en el lugar se realizaron en mayo de 2016 y fueron formalizadas dos años después por medio de un proyecto de investigación de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNLaR.
“Los trabajos se desarrollan mediante la realización de observaciones participantes en el lugar y entrevistas antropológicas. Las actividades recientes se abocaron especialmente a la realización de entrevistas con los pobladores y observaciones en torno al trabajo campesino del cultivo del comino y el manejo y gestión del agua”, puntualizó.
Bañado de los Pantanos, resaltó Revuelta, “siempre es un lugar que despierta la imaginación por su misteriosa ciudad perdida, por las ruinas del fuerte y presidio español levantado en 1635 por el capitán Ramírez de Contreras, declarado Monumento Histórico Nacional, o por las noticias de la realización de un trabajo comunitario, donde la gente desvía el curso de un río a pico y pala”.
El equipo de investigación está integrado por las investigadoras Carina Jofre (UNLaR-CONICET), Laura Leguizamón y Heliana Gómez, y estudiantes de las licenciaturas en Historia y Trabajo Social de esa casa de estudios, bajo la dirección de Revuelta.
El director del proyecto destacó la colaboración de “toda la comunidad de Bañado de Los Pantanos, por el tiempo, los conocimientos y los diálogos brindados a lo largo de estos años, y en especial a las familias González, Quintero y Cabrera, por la hospitalidad y la amistad”.